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"
Me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no
pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta
mierda.."
canta Silvio Rodriguez
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Un
año más se cumple, sin que estén claramente definidos los responsables y
no hay otro camino que seguir demandando una investigación acuciosa y
las sanciones correspondientes, porque este asesinato no puede quedar
impune.
La
muerte de Juan P. Jimenez se suma a lo ocurrido al trabajador forestal
Rorigo Cisternas, muerto a balazos por carabineros en una manifestación
sindical el 3 de mayo de 2007 y al subcontratista del cobre Nelson
Quichillao, asesinado también por carabineros el 24 de julio de 2015 en
otra manifestación de trabajadores.
No
son los únicos por cierto y tampoco los ultimos, pues cada vez que los
trabajadores manifiestan su desencanto contra el sistema capitalista y
sus secuelas de abusos y explotación, la respuesta es la represión a
palos y balazos pues para el sistema los trabajadores son un activo
reemplazable.
2.-
Por lo mismo, la respuesta de los trabajadores organizados debe superar
la catarsis y transformarse en resultados concretos, que pongan en
primera línea lo que sin duda eran los objetivos por los que lucharon y
dieron su vida estos y otros mártires obreros.
En
primer lugar la educación en los derechos, pues si nuestros compañeros
llegaron a ser lo que fueron antes de perder la vida, fue porque
estuvieron claros de cuál era el camino y ese lo aprendieron estudiando
lo que han sido las luchas de la clase trabajadora a través de la
historia.
Rodrigo,
Juan Pablo y Nelson llegaron a la convicción, junto con sus compañeros
de trabajo, que el camino para enfrentar al adversario de clase era la
organización.
Los
3 eran parte activa de organizaciones y cualquiera fuera el lugar que
ocupaban en estas, tenían muy claro que había que ir para adelante
presentando proyectos de mejoras y enfrentando a los representantes de
las empresas en cada espacio en el que les tocó participar.
Cuando
no hubo otro camino, fueron parte activa de las luchas por mejorar las
condiciones sociales y económicas que llevaron adelante sus
organizaciones, pagando con su vida la no sumisión.
3.-
En cada conmemoración debemos hacer el balance, y dar cuenta a todos de
cuánto hemos avanzado en la tarea con la que nos comprometimos al tomar
las banderas de los que cayeron.
Estas muertes no pueden ser solo una mención en los obituarios, ni tampoco la repetición mecánica de actos.
Pueden
y deben ser un momento de reflexión, balance y nuevas tareas para que
sean miles los que asuman la tarea que Rodrigo, Juan Pablo y Nelson no
alcanzaron a terminar.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE