PULSO SINDICAL Nº 367 DEL 01 AL 15 DE NOVIEMBRE DE 2018


No cabe duda de que los medios de comunicación, casi sin excepción, entregan las noticias que previamente han sido “recomendadas” por los capitalistas que financian sus emisiones, ya sean diarias, semanales o mensuales. Y esto no solo aplica a diarios y revistas, sino también a radioemisoras y canales de televisión. Resulta asqueroso y es indignante ver las imágenes y/o escuchar los audios relativos a las acciones de repudio por el crimen de Camilo Catrillanca y el silencio respecto de cómo están viviendo nuestros hermanos en Quintero y Puchuncavi, además de omitir casi todo lo relacionado a las muertes, de Alejandro Castro y Luis Araya (a quienes nos referimos en nuestro Pulso 366)  y ante los asesinatos de jóvenes mapuche, dirigentes sindicales y trabajadores, que solo demandaban respuesta a lo pedido, respuesta limpia.

Aunque sigo sosteniendo que algunas acciones de alteración del orden público más sirven al sistema que a nosotros, no es menos cierto que la mayoría de estas acciones las genera el gobierno al impedir la realización de las movilizaciones, como las del día 15 de noviembre.

A que le temen? Simplemente a la masividad de estas pues tienen muy claro que, aunque lentamente y con altibajos, el pueblo comienza a tomar conciencia que vivimos en un sistema indigno y que debe luchar para cambiarlo.

Todo lo que rodea la muerte de Camilo es, a lo menos, tendencioso.

PULSO SINDICAL Nº 366 DEL 17 AL 31 DE OCTUBRE DE 2018

                                                                                                 
Pocas e intrascendentes han sido hasta las declaraciones respecto de las muertes de Alejandro Castro y Luis Araya, 2 de muchos trabajadores que pierden la vida en sospechosas y dolorosas circunstancias. Salvo honrosas excepciones, el mutismo incluye al movimiento sindical chileno que se ha mantenido prácticamente al margen de ambos hechos.

Los medios de comunicación han cerrado filas ante la versión oficial que dice que Alejandro – dirigente pesquero – se suicidó en Valparaíso, sin que hasta ahora se conozca el avance de las investigaciones para explicar cómo es que tomó esa abrupta decisión, cuando estaba enfrascado denunciando el asesinato silencioso de quienes viven en Quintero y Puchuncavi, producto de la contaminación a la que han sido sometidas por décadas ambas localidades.
Luis era un chofer del TranSantiago que – como muchos de sus colegas – tuvo la imperiosa necesidad de orinar lo que hizo situándose entre 2 buses, siendo aplastado por uno de estos lo que le provocó la muerte.

PULSO SINDICAL Nº 365 DEL 01 AL 16 DE OCTUBRE DE 2018


En el último mes hemos tenido 2 huelgas en el TranSantiago, ambas vinculadas a la empresa  SUBUS. Llama la atención, según la información recabada, que más allá de las demandas remuneracionales, una de las principales exigencias sea contar con baños suficientes en calidad y cantidad, así como espacios para la alimentación y el descanso. 

Y es que no solo resulta doloroso y terrible que un trabajador muera aplastado por la maquina en que trabaja, sino que tal hecho se produce porque el occiso no dispone de mínimas condiciones donde satisfacer sus necesidades fisiológicas.

La muerte de Luis Araya Flores es la muestra más clara de cómo la voracidad del capital y la displicencia de las autoridades son un todo. Regularmente se reclama por no cumplimiento de las normas de seguridad industrial – a principios de Octubre murió un trabajador contratista en Pelambres – pero resulta inconcebible que no existan lugares donde descansar, comer y ni siquiera servicios higiénicos para los trabajadores. 

Esto, que son cuestione básicas para quien trabaja no parece estar cautelado por las autoridades responsables y los patrones siguen sin cumplir la ley.