Cada 6 de
Octubre, como cada año y por siempre, recordamos la memoria de nuestros
hermanos, dirigentes y trabajadores ferroviarios y campesinos fusilados en el
Cerro Chena en San Bernardo.
Por cierto
que no son los únicos.
Muchas son las páginas de dolor escritas con la sangre de los nuestros y las nuestras. Es solo que tuve el doloroso privilegio de ser uno de los últimos en compartir la vida de estos viejos obreros, campesinos y sindicalistas. Fue un compromiso, un acuerdo de todos, que aquel que sobreviviera nunca dejara de dar la pelea por la causa de la clase trabajadora, nuestras ideas son justas se dijo y hasta el día de hoy trabajo con esa convicción.