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"..Bajaste del norte sin más que cuatro hijos y aquel cielo de tus ojos y una mujer que te aprendió a seguir.."
canta Leon Gieco
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1.- Un largo rato estuvo el reportaje de la televisión (canal 13, noticiero central del domingo 30 de enero) dedicado a mostrar como individuos inescrupulosos, roban y asaltan a transeúntes. Dicho delincuentes utilizan un sistema bautizado como "motochorros" que básicamente consiste en arrebatar teléfonos, carteras o bolsas a quienes van distraídos conversando por celular o bien están detenidos sin fijar mucho la atención en su entorno.
La delincuencia está desatada y no sirve de mucho solo constatar las acciones de quienes delinquen, es necesario también y con urgencia entregar algunos elementos básicos de autocuidado, no se la podemos dar tan fácil a quienes hicieron de apropiarse de lo ajeno una opción de vida.
Pero el centro del reportaje que comentamos es que en todo momento - y las imágenes eran más que claras - este tipo de mecanismo de robos fue asociado a quienes van en moto y con una mochila de despacho de alimentos en su espalda.
2.- Sólo en los momentos finales, se tomaron la molestia de separar a los ladrones de quienes se sacan la contumelia entregando productos alimenticios a domicilio (o delivery como dice un modismo idiomático adoptado). Y resulta que este sistema, ya instalado desde antes de la pandemia pero que explosionó de forma impresionante desde entonces, es una de las peores formas de explotación del trabajo humano.
Quienes trabajan repartiendo comida y otras cosas, no solo deben disponer de su propio medio de transporte, también deben cubrir todos los costos que esto les demanda. Los asaltan, les roban motos y productos y nadie se hace responsable de nada.
Hasta ahora sus patrones les llaman "socios conductores" o bien "socios colaboradores". Recientemente el Senado aprobó una norma legal que requiere ahora aprobación de la cámara de diputados, que exigirá que se les haga contrato de trabajo y otras cuestiones propias de una relación contractual y esperamos que eso dignifique de alguna manera, a quienes hacen grandes esfuerzos para mantener sus hogares, corriendo a diario muchos riesgos.
Momento necesario también para que quienes trabajan en sistemas como uber u otros similares, sean de una vez reconocidos como trabajadores y tratados como tales y por supuesto es de esperar que estos abusados, asuman como obligación organizarse para mejorar sus condiciones.
Una tarea irrenunciable para todo trabajador.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión C.G.T. CHILE