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"..Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.."
Marcos Tulio Cicerón
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1.-
En términos muy simples, el sindicato es la unión de trabajadores y
trabajadoras que quieren mejorar sus condiciones económicas y sociales,
en el lugar donde trabajan.
Para
formar un Sindicato se deben considerar una serie de factores, siendo
el principal, los costos que esta decisión puede provocar en quienes
acometen el desafío. Y es que están resolviendo, ni más ni menos,
confrontar al capital - su adversario histórico - conocido como patrón o
empleador - y que no perdona a quienes lo miran de frente, aunque vaya
por ahí diciendo “que nunca le han molestado las organizaciones de los
trabajadores”.
Primero
que todo, los interesados en dar el paso deben actuar con cautela para
no ser descubiertos en el empeño y pasar a integrar las listas negras de
los patrones, ya que eso puede limitarlos en el desarrollo laboral en
el lugar de trabajo y traerles complicaciones en empleos futuros.
Cautela
que también es necesaria con el entorno, pues no se conoce el pensar de
los trabajadores con los que se comparte respecto de lo que se pretende
hacer.
Muchos
se muestran motivados cuando escuchan la invitación a organizarse pero
luego se retractan, evitan a los gestores de la invitación e incluso
podrían - sin que sean traidores por esto - exponer a los que están
involucrados, en algún comentario sin mala intención.
Por
lo mismo, este trabajo inicial debe ser lo suficientemente bien
planificado para que solo en la etapa final del mismo queden expuestos
el o los gestores del proceso, ya que existen instrumentos para su
defensa en caso de persecución o despido.
2.-
Se deben elaborar con mucha inteligencia aquellos elementos que, vía
cartilla educativa o volante informativo, llegarán a las manos de los
compañeros de trabajo. El cuándo y el cómo se entregará la propaganda,
son también importantes cuestiones a tener en consideración en este
inicio.
Siempre la comunicación es vital, pero sobretodo lo es en esta etapa
Téngase
siempre presente el temor que tienen los trabajadores a organizarse. No
son pocos los que vienen de intentos fallidos, que les han significado
perder la fuente de trabajo e incluso, a veces, el rechazo de la familia
a la participación en un Sindicato.
Nunca presionar; siempre convencer, es la consigna.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE