…. ven, ven conmigo, ven con todos
los que a ti se parecen, los más sencillos.
Ven, no sufras, ven conmigo,
porque aunque no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos, y es ésta la palabra:
no sufras porque ganaremos,
ganaremos nosotros, los más sencillos
ganaremos, aunque tú no lo creas,
ganaremos.
De “Oda al hombre sencillo”, Pablo Neruda
¿Como
no escuchar en cada lucha las palabras del poeta?, ¿No es posible acaso
extraer de cada párrafo, de cada verso, de cada trozo de vida escrita,
las lecciones, las enseñanzas, la convicción que guíe nuestro trabajo
diario?.
Seguramente
las organizaciones nacieron después de un gran esfuerzo, convencidos
sus gestores de que ganarían la batalla contra el abuso, contra el
capital, la mentira, el oportunismo, el acomodo, contra todos los males
insuflados por el sistema capitalista, males en los que muchos aún
siguen cayendo. No importa. Ganaremos, es la certeza.
Lo
que no escribió Pablo Neruda, o quizás si lo escribió y aún no lo
encontramos entre tantas letras verdes, es que para ganar se requieren
no solo los deseos y las convicciones - que son importantes pero
insuficientes - sino por sobre todo fuerza real, activa y decidida, masa
en ebullición permanente, grandes y poderosas organizaciones que
acompañen al discurso y la proclama.