LAS LECCIONES QUE NOS DEJA LA EXPLOSION SOCIAL DE OCTUBRE
Cuando la rabia acumulada explosionó, todo un pueblo se lanzó a la calle y aún sigue allí.
Nuevamente,
al igual que el 2006 y el 2011, los estudiantes encendieron la mecha y
una población hastiada finalmente salió de su letargo y se puso de pie.
Y a casi un mes del estallido no ha parado de expresarse en todas las formas posibles.
Nuestra
CGT, escuchando las orientaciones de la Central Clasista, llamó desde
el primer día a los trabajadores a actuar en conciencia, invitándoles a
manifestar en sus barrios
y participar de todas las acciones en desarrollo, llegando a la
paralización de labores en donde estuvieran en condiciones de hacerlo
Pusimos
especial énfasis en la necesidad de romper el miedo en los lugares de
trabajo, realizando asambleas, tranquilizando a quienes estaban
preocupados de sanciones cuando
por cuestiones de cualquier tipo llegaban atrasados o no podían llegar a
sus turnos.