Algunas autoridades gubernamentales, particularmente quienes prestan sus servicios en el ministerio y la dirección del trabajo, así como la seremi metropolitana de salud y el ministerio de transportes, tienen particular predilección por hacer su trabajo, o al menos parte de él, acompañados de bastantes medios de comunicación.
La ciudadanía es testigo privilegiado de cómo se constatan anomalías y de la disposición de dichas autoridades a fiscalizar el cumplimiento de las normas laborales en todo lugar donde estas se produzcan, “caiga quien caiga”.
Primero fueron las terminales del Transantiago que carecían de servicios higiénicos dignos, luego los buses interprovinciales – en especial la empresa Tur Bus, después fue la empresa Fruna y hace algunas semanas algunos “café con piernas”. Sin embargo hay un problema que no es menor y al que nadie pone atención.
¿Qué pasa después de la difundida fiscalización?.
Cuales son los resultados efectivos de las mismas?,
¿Se cumplieron las sanciones cursadas y se constató una mejora del ambiente laboral luego de los controles efectuados? .