"..Entre la miseria hambre y desolación en el fango alguien plantó una flor un tal Bolívar le dicen el Libertador .."
canta SKA-P
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1.- No hay dudas que una de las noticias que ha ocupado espacios en las últimas semanas es la relacionada con la denuncia relativa a proyectos y otros aprobados a Fundaciones o similares, vinculadas a partidos del gobierno del presidente Gabriel Boric, por una buena cantidad de millones.
Ya el 2 de mayo de este año la asociación de funcionarios del Serviu de Antofagasta informó a la subsecretaria del ministerio de la vivienda sobre irregularidades en convenios. ¿Que pasó que no se tomaron medidas inmediatas, por que no se consultó o se pidió hacer las gestiones para conocer la certeza o no de esa denuncia?
Se trata, como todos los anteriores, de un gobierno compuesto por distintos partidos, por lo que una cuota mínima de lealtad y honestidad con el proyecto que se lleva adelante, obliga a todos a ser vigilantes y cada caso que pudiera perjudicarlos debieran analizar rápidamente y tomar las medidas para corregir. Pero en política parece ser que cada error del adversario o el aliado permite sumar puntos para operaciones futuras, así es que el que pestañea pierde.
Que lealtad, que respeto, ni qué ocho cuartos. Si te caíste esperaré a ver cuando es lo que pierdes y si algo de eso me beneficia tanto mejor.
No se trata de una cuestión que por primera vez ocurre, es una práctica común vinculada a todas aquellas instituciones políticas que hacen gobierno. Somos testigos de cómo los partidos presionan por la repartición de ministerios y otras reparticiones, algunos más apetecidos que otros, pues permiten disponer de gran cantidad de recursos. Elegantemente a esto le llaman irregularidades pero son robos descarados que todos hacen y cuando quedan muy expuestos ante la ciudadanía generan comisiones, propuestas y leyes, pero las cosas siguen tal cual porque de verdad no les interesa cambiarlas.
2.- No hay ningún partido político o entidad vinculada a un gobierno que actúe con total probidad, algunos solo son más inteligentes que otros, mueven mejor sus piezas y pasan sin quedar expuestos.
Nada ha de cambiar por cierto mientras se siga funcionando con el mismo sistema. El desafío nuestro es ser capaces de educar a nuestros hermanos en la clase trabajadora para que no se normalicen los malos hábitos. El control de los bienes, las cuentas claras del uso de los dineros de la organización, informes detallados de las reuniones que se sostienen y nada a escondidas, son parte de lo que se debe hacer para que la mala fe, la corrupción y el robo descarado no sean parte de nuestro accionar.
Una nueva sociedad, limpia y honesta, es posible de construir si somos vigilantes y nos cuidamos.
No tenemos porqué repetir malas prácticas, solo debemos evitar que la ambición nos lleve a fallarle a nuestras familias y compañeros de lucha.
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MANUEL AHUMADA LILLO
PRESIDENTE DE CGT CHILE
Nuestra fuerza la unidad
Nuestra meta la Victoria