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"..No me dejes morir donde no debo, que no quiero dejar de ver el cielo, este suave celeste que vigila.."
canta Victor Heredia
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1.- Es claro que en nuestro país no más del 20%, y con suerte, de la fuerza de trabajo activa participa en sindicatos, por lo que el desafío es llevar a quienes no están organizados nuestro mensaje.
Es con estos trabajadores, humillados e ignorados por el sistema, con quienes debemos trabajar para pertrecharlos de “conciencia de clase” e involucrarlos en la lucha por cambiar el actual estado de cosas. Rechazar el actual cuadro en que se enmarca el sindicalismo, es un deber para cada dirigente sindical y militante de la organización.
La lucha por nuestros derechos, debe dejar de ser solo discurso y pasar a transformarse en acción concreta. Tal acción será plasmada por organizaciones vivas y dirigentes ganados para la propuesta.
2.- Los trabajadores debemos estar en contradicción permanente con un sistema que busca llevarnos nuevamente a la esclavitud. No se puede participar en instrumentos de propuesta o evaluación con los empresarios y los gobiernos, si es que antes no se ponen en la mesa los reales y urgentes problemas que afectan a los trabajadores.
Hay que iniciar, continuar y profundizar la relación con los profesionales que apoyan el trabajo de las organizaciones clasistas. En conjunto con ellos - y no cada uno por su lado como regularmente sucede - hay que elaborar las propuestas para el futuro al que aspiramos como trabajadores. Educación, Previsión, Salud, Vivienda, entre otras, son materias que deben estar presentes permanentemente en nuestro trabajo.
Semanas han pasado desde que se inició el debate sobre la jornada de 40 horas semanales y ni una propuesta clara desde el lado nuestro. La tendremos? Hablaremos de jornada continúa, pondremos en la discusión si se considerará como tiempo trabajado la colación, como decía el proyecto original?
Si quienes dicen estar con la clase - pero construyen al margen de ella o se limitan a enviarle recados a los parlamentarios y los gobiernos - no se ponen las pilas, un enorme número de explotados no sabrá ni para donde va la micro y seguirán siendo abusados.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria