PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE - 21 noviembre 2022

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"..Era un acto de violencia la alegría popular, el pueblo tiene paciencia dijo un señor general.." 
                           canta Piero  
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1.-
Los trabajadores tienen que prepararse para la huelga desde el primer día en que se organizan. Cuando llegue el momento de votar, solo deben aprobar si es que están dispuestos a llevarla adelante. No sirve de nada votar la huelga “para ver si el patrón mejora en algo la última oferta”. 
 
Por lo tanto, y sin que esto sea parte de la legislación, podemos dividir el proceso de negociación colectiva en 2 partes: 1.- Entre la presentación del proyecto y la recepción de la última oferta. 2.- Después de la última oferta y hasta la huelga o la firma del nuevo contrato colectivo.
 
Durante la primera parte vamos a esperar que se cumplan los plazos de la respuesta, objetamos la legalidad si es necesario y conversaremos con la empresa si es requerido por ésta. Lo que no debemos hacer es conversar si la respuesta es NO a todo. En ese caso debemos limitarnos a decirle que no podemos negociar partiendo desde cero y esperar que la empresa se pronuncie. No podemos negarnos a ir a conversaciones si nos citan, pero eso no implica ir a negociar sobre la respuesta que la empresa nos ha entregado.  Obviamente que una de las cosas que debe ser excluida de nuestro trabajo, es aquella en que se asume que hablar de ajustes al proyecto implica disminuir los valores del mismo o renunciar a algunas peticiones.
 
Durante la segunda parte y habiendo sido negativa la última oferta, nuestro objetivo, ratificado en una reunión informativa, debe ser asegurar la votación de la huelga y activar la gestión de quienes integran las comisiones de huelga, que quedaron formadas desde el inicio de la negociación. Aunque la legislación habla de mediación obligatoria, los trabajadores no deberían solicitar esta mediación, si es que no ha demostrado la empresa una voluntad real de querer negociar colectivamente. Si la solicita la empresa vamos, pero sólo a conversar sobre aquello que fue establecido por los socios como “los acuerdos mínimos para evitar la huelga”.


2.-
Si hay huelga ésta  debe ser permanente, constante, ojalá las 24 horas del día, salvo que la empresa no funcione con turno de noche, y esto dependiendo mucho de la ubicación geográfica de las instalaciones.
 
Hay que desarrollar contactos con el entorno, juntas de vecinos, agrupaciones juveniles, otros sindicatos. El apoyo externo será vital. 
 
Debe analizarse detenidamente con los trabajadores lo que significa la huelga, las cosas que se ponen en juego. No es solo la paralización legal de las faenas. Es una respuesta potente, de fuerza, a la prepotencia  del patrón y tratará de ser castigada por éste a futuro.
 
Es posible que haya despidos, persecuciones encubiertas, que no se obtenga todo lo que se demandó en el proyecto. 
 
En la huelga se participa consciente de los costos y beneficios, no es solo una cuestión de plata, es también dignidad, rebeldía. 
 
Todas las expresiones de esa rebeldía son válidas. Lo único que no podemos permitirnos en una huelga es la expresión de derrota, la huelga es lucha, es acción, es bulla, es convicción.
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MANUEL AHUMADA LILLO 
PRESIDENTE CGT CHILE
 
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria