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"..Por que los pobres no tienen en este mundo esperanzas se amparan en la otra vida como a una justa balanza, por eso las procesiones.."
canta Violeta Parra
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Hemos desarrollado muchos proyectos, todos hermosos pues han contado con la participación de los trabajadores, sus cónyuges e hijos y distintos profesionales. Uno de estos fueron las clases de piano que contaron con un grupo de pequeños y pequeñas interesados en aprender cosas nuevas. En este día recordamos a quien encabezó este proyecto y que ya no está con nosotros. Se fue físicamente un 29 de noviembre, pero sigue aquí acompañándonos con su desfile maravillosos de negras y blancas.
1.- Cuando me propusieron la idea de tenerla entre nosotros no lo pensé 2 veces y di el vamos. El directorio de la CGT se sintió gratificado de que una joven profesora hubiese decidido entregar su talento a los hijos de los trabajadores y en un dos por tres ratificó mi decisión y todos juntos le habilitamos un espacio y la hicimos una de nosotros. Vaya que nos costó llegar con su piano al quinto piso, pero lo logramos.
La alegría indescriptible de ver llegar a los padres acompañando a sus niños y la satisfacción en sus rostros por las primeras notas que recorrían nuestra sede, es algo impagable. Y aquí se quedaron esas notas, todavía las oigo en mi oficina cuando el silencio es total y absoluto.
La emoción nos desbordó a todos cuando su primera alumna interpretó un par de piezas el día que hicimos el acto previo al Primero de Mayo. El abrazó que nos dimos reflejó la satisfacción del deber cumplido.
Elisa María tocaba el piano desde muy joven, estudió en la facultad de artes de la U de Chile y años después volvió al mismo lugar para deslizar sus dedos entre las teclas y acompañar con sus notas a las niñitas que se iniciaban en el ballet.
2.- Desde que llegó fue una más de la CGT, compartió con los dirigentes, atendió con cariño a los hijos de los trabajadores que, temerosos al principio, miraban el gran instrumento que tenían ante sus ojos sin atreverse a tocarlo. Ella los guiaba con paciencia y lograba que esos deditos infantiles le sacaran las primeras notas al piano.
El sábado era un día especial. Si encontraba su motoneta estacionada en la entrada del edificio es que se me había adelantado y me esperaba sentada en el suelo a la entrada de la oficina, leyendo algo la mayoría de las veces. Nos turnábamos para comprar la caja de leche y siempre me trajo un paquete de galletas rellenas con crema.
Hablábamos de nuestras familias y nos contabamos secretillos mientras nos comíamos un sandwich y reíamos, a veces a carcajadas con algún chascarro, a la espera que llegara el primer alumno. Cansada, en más de una ocasión se durmió en un sillón de mi oficina mientras yo escribía.
Elisa María. Solo te puedo asegurar que por todos los que nos han dejado, tú incluida, seguiremos adelante con nuestras tareas y proyectos. Fuiste una de las colaboradoras de la CGT y te quedaste en nuestro corazón.
Aquí sigues hasta hoy y aquí están tu piano y algunos de tus instrumentos, para testimoniar que nunca te iras. Solo muere quien es olvidado.
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MANUEL AHUMADA LILLO PRESIDENTE CGT CHILE
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria