PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE 21 MARZO 2022


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"..En un humilde rancho de un huaso envejecido, vivía una muchacha a quien yo conocí, pero una hermosa tarde abandonó su nido.." 
      canta Hector Pavez
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1.- Nunca los poderosos - aquellos que determinan que se hace y que no se hace en las sociedades - darán su visto bueno a la construcción de organizaciones clasistas. 

Y la razón es simple. Han invertido miles de millones para encantar con sus discursos a los ilusos que creen en los diálogos y los consensos, compran espacios y oradores para mostrar mundos que crecen y se desarrollan sin conflictos entre capital y trabajo, mundos ficticios pues están construidos sobre la aniquilación de las propuestas e ideas de la clase organizada. Y sin embargo no nos han hecho desaparecer. 

No pueden, pues tenemos la razón de nuestra parte. Solo debemos mantenernos firmes en las convicciones y desarrollar los instrumentos para educar y organizar, a quienes tienen en sus manos la responsabilidad de cambiar el orden de las cosas. Difícil pero no imposible. 

Ya se avanzó algo con la revolución francesa, la comuna de París, la toma del poder por los bolcheviques. Solo queda analizar profundamente cada uno de esos procesos y sacar las lecciones, dar cuenta de los errores y estar firmemente convencidos de que se pueden hacer mejor las cosas. 

Si estudiamos, si compartimos con otros los saberes y aprendemos respecto de nuestras carencias seremos mejores en el trabajo, en la organización sindical y hasta en la dirección de los países, si se presenta la posibilidad.

2.- Cómo están las cosas, para organizar y luchar con los trabajadores tenemos al menos 2 alternativas: 

a) Trabajar por construir una organización de hecho, o sea por sobre las normas legales, y negociar con la patronal en forma directa, sin sujeción a plazos y con la huelga como instrumento de presión.

b) Construir el instrumento bajo las normas de la ley y desde ahí trabajar por fortalecerlo. Primero al interior de la empresa con todos los trabajadores, a excepción de los ejecutivos, y luego vincularlo con otros sindicatos de la misma área en un sector determinado (comunal, regional o nacional).

Todo indica que la primera de las alternativas es la que mejor respondería a nuestros anhelos, aunque se ve difícil de concretar dada la actual situación en que se encuentran los trabajadores. Pérdida de confianza en el sindicato como instrumento, sucesivas decepciones vividas por los trabajadores, la deslealtad manifiesta de quienes abandonaron los principios del sindicalismo de clase, unidas al miedo a quedarse sin trabajo y el endeudamiento, obligan a tomar el camino más largo, que por ahora se nos muestra en la segunda de las alternativas.

Es momento de ponerse a trabajar en serio.

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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria



MANUEL AHUMADA LILLO 
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE