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"..Soy bolita en Italia, soy colombo en Nueva York, soy sudaca por España, soy paragua de Asunción.."
León Gieco
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Sigue a esta campaña consumista el vendaval de compradores que buscan llevar si o si esos productos a sus casa, por que de lo contrario no pasaran unas buenas fiestas patrias.
Lo único que está claro es que al termino de estas festividades, muchos comerciantes sacaran cuentas alegres o seguirán llorando penurias, mientras millares de familias van a ver aún mas abultadas sus deudas.
Esta incitación al consumo genera una serie de efectos negativos, partiendo por las complicaciones de salud pues muchos se excedieron con la comida o el alcohol.
Es cosa de observar los noticieros televisivos cada día, para constatar como lo que mas se proyecta son compatriotas en un estado lamentable, durmiendo la borrachera en cualquier lugar o intentando bailar lo que no saben.
Se perdió en el tiempo, y mas parece una rareza, la fiesta vecinal con calles adornadas con guirnaldas, banderas y banderitas, una convivencia en la que todos cooperan con algo mientras los niños juegan.
¿Cuantos son aquellos que en estos días jugaron al trompo, al emboque, las bolitas o los diversos juegos con cordel y pelotas de goma o plásticas, o bien elevaran volantines sin el animo de ganarles a otros, sino solo buscando disfrutar esa sensación de dirigir al volantin en el aire? Hoy todo es visto como una rareza.
De hecho habría que preguntar cuantos son los que aún conservan esas tradiciones y las transmiten a sus hijos.
Y claro que se puede bailar una cueca, tomarse un terremoto y hasta mas de un vaso de vino, al mismo tiempo que los hijos toman jugo o bebida y todos juntos se comen las empanadas que se hicieron en casa.
Es la entrada triunfante de la primavera, un momento de relajo y descanso que debiera aprovecharse para compartir en casa, jugar con los hijos y profundizar los vínculos con el vecindario, lo que sin duda ayudará a futuro para prevenir accidentes, asaltos y abusos.
2.- Las fiestas patrias y de fin de año debieran ser un momento de sano jolgorio, en el que todos los habitantes del país - los que tienen de sobra y los que no - disfruten de un merecido descanso.
Y si las costumbres sociales instaladas, así como la voracidad de quienes quieren venderlo todo impiden que esto se realice, pues que se establezcan condiciones y remuneraciones especiales para los que están impedidos de descansar. Sistemas de turnos, fiscalizar el respeto a las leyes vigentes y que se termine de una vez, con eso de que algunos deben sacrificarse para que los demás disfruten.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Secretario CGT CHILE