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"..Me gusta el sol , Alicia y las palomas el buen cigarro y las malas señoras, saltar paredes y abrir las ventanas.."
canta Jorge Cafrune
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Siendo algo tan urgente y necesario no siempre es bien entendido y son más los que hablan en contra o se restan a organizarse, que aquellos que se dan cuenta que mientras sigan viviendo en la individualidad las cosas no van a mejorar como lo esperan.
Responsable directo de esto es la falta de educación, tanto la deficiencia en la entrega de la misma como el poco espacio que las organizaciones le dan a tan importante insumo. No son muchas las escuelas sindicales ni tampoco los intentos por educar a través de las redes, lo que redunda en un desconocimiento brutal de cuestiones tan básicas como las normas sobre los contratos de trabajo, reglamentos internos, comité paritarios etc.
Por eso el trabajador deambula sin rumbo, está harto del excesivo discurso y el poco apoyo real, cansado de que le digan que hacer y no le muestren como hacerlo.
2.- En esto de la deficiente educación, nos han preguntado cuántos trabajadores se requieren para constituir los comités paritarios y si es verdad que la empresa puede exigirles ser parte de los mismos.
Al respecto debemos decir que los comités paritarios se constituyen en todas las empresas, faenas, sucursales o agencias en que trabajen más de 25 personas. Los integran 3 representantes de la empresa designados por la misma, y tres representantes de los trabajadores que resultan de una elección en la que pueden participar todos quienes lo deseen, cumpliendo ciertos requisitos. O sea, nadie está obligado a estar allí si no lo quiere.
Los trabajadores que obtengan las 3 primeras mayorías serán los representantes titulares de sus compañeros en el paritario y quienes obtengan las mayorías 4,5 y 6 serán los suplentes que pasarán a reemplazar a un titular, en el mismo orden, en caso de que este deje de ser miembro del paritario.
Los requisitos a cumplir por los trabajadores son simples. Deben tener mínimo 18 años, saber leer y escribir, tener al menos un año de antigüedad en la empresa, y acreditar haber asistido a un curso de orientación de riesgos profesionales. Sin duda este último requisito debe ser complementado necesariamente con la exigencia a la empresa, de dictar este tipo de curso a lo menos una vez al año a sus trabajadores.
Sí así como conocemos esta norma, nos damos el tiempo para educar sobre otras, ¿cuantos miles de trabajadores podrían salir de la oscuridad en la que los tiene sumidos la ignorancia?
A trabajar con más fuerzas cada día.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Propaganda