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"..Soldado no me dispares, soldado, yo se que tu mano tiembla, soldado no me dispares.."
canta Quilapayun
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1.- Las opiniones, las evaluaciones y las propuestas de una organización son resultado del análisis y la discusión de todos quienes participan en ella. Por muy baladí que sea lo que se va a tratar, debe tenerse el cuidado de que todos puedan entregar su opinión y, de esa manera, siempre va a ser mayoritaria la aceptación a la conclusión final que se llegue.
A pesar de todas las dificultades, sobre todo en los últimos 2 años, hemos consultado al directorio y las organizaciones base sobre iniciativas y propuestas diversas, las que en algunos casos se integraron a nuestra plataforma de lucha y son parte de las demandas en los contratos colectivos de trabajo. En varias empresas hemos logrado establecer el pago del seguro de cesantía a cargo del empleador y el no descuento del aporte patronal al seguro, cuando se paga indemnización. Este ejercicio de participación también lo hacemos cuando se trata de materias que se analizan al exterior de la relación trabajador - empresa.
2.- Hemos sido críticos, claros y directos, cuando hemos expuesto el descontento de los trabajadores respecto de las propuestas de candidatos a cargos de representación popular, que se basan en generalidades y no apuntan a nada salvo generar ruido. Hemos llamado con firmeza a votar por el menos malo en muchos de los procesos electorales, insistiendo en plantear que lo que nos corresponde es generar una fuerza propia que sea capaz de instalar nuestros temas pues nadie, salvo nosotros mismos, se preocupara de aquello.
Los años transcurridos nos han dado la razón y fortalecen nuestros planteamientos.
Los trabajadores, los ciudadanos, todos tienen pleno derecho a expresar su sentir y manifestar sus simpatías y, aunque pudieran estar equivocados, a nosotros nos corresponde intentar poner luz y mostrar más allá del momento y las emociones, el escenario al que podemos enfrentarnos. Creemos firmemente que esa es la obligación de una organización de trabajadores. Si hay equivocación corresponde mostrar el error y no condenar ni descalificar al que, siendo parte de la clase trabajadora, se manifiesta a favor de quienes poco o nada hacen por él.
3.- En este plano saludar a todos quienes creyeron en Boric y votaron por él, ya sea como el mal menor o porque efectivamente les representa en su programa y propuestas. Pasadas las elecciones es momento de buscar los espacios desde los cuales se pueda controlar el cumplimiento de las propuestas y exponer las dudas y reclamos que el abandono de los mismos amerite.
No se puede ser un actor pasivo, ni tampoco criticar desde la individualidad, hay que unirse con otros y seguir buscando como concretar nuestras aspiraciones.
Así como fuimos claros para exponer por donde pasaba una victoria de Boric - dijimos que esta era posible si votaba más gente en la primera vuelta y la votación de Parisi no se traspasaba en bloque a Kast - hemos sido lo suficientemente honestos para decir que el programa de Apruebo Dignidad no contiene mejoras de fondo, que vayan en beneficio directo de los trabajadores.
¿Cuantos trabajadores han leído el programa de gobierno de la coalición triunfante? ¿Cuantos se han dado cuenta que no hay aún claridad respecto de que la jornada de trabajo de 40 horas no vaya a ser excluyente y lo que es más grave moderada con algunas regalías a los empresarios, como la figura de los turnos cortados?.
¿Todos tienen claro que no hay ninguna otra mejora real como locomoción y colación?
4.- El presidente electo y su coalición, han hablado con mucha propiedad de que se propiciará la participación de las y los trabajadores en los directorios de las empresas, pero se cuidaron mucho de enfatizar que el programa solo habla de las "empresas grandes"
¿Y que dicen los números? En Chile el 70,5% de las empresas son microempresas, el 23.5 % pequeñas, un 4% son empresas medianas y solo el 1,9% son empresas grandes.
Mientras estas últimas entregan el 53,7% del empleo las otras se distribuyen el 46.3% restante.
Los datos de sindicalización tampoco son halagüeños. En 2019 se registran 11.926 sindicatos y 1.193.104 trabajadores sindicalizados, lo que nos da un promedio de 100 trabajadores y fracción por sindicato.
Y eso no es todo. Del total de organizaciones sindicales solo 6.675 son sindicatos de empresa, no estando claro cuántos de estos corresponden a grandes empresas.
Entonces, ¿para qué ponerle tanto color con eso de la participación en los directorios, cuando si llega a darse será solo en unas pocas empresas?
¿Porque no entregan lineamientos claros para permitir una sindicalización efectiva y negociación colectiva real en vez de embolinar la perdiz con cuestiones como estas?
Que quede claro, solo avanzamos si nos educamos y organizamos, para pelearle lo nuestro al gobierno que tengamos por delante.
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Nuestra fuerza la unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE