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"..A quien pregunto señor porque está manchado el trigo, si en la mina El Salvador mataron a sus amigos.."
canta Rolando Alarcon
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1.- Ser dirigente sindical implica una gran responsabilidad, pues se tiene ya no solo control con su actuar y el hacer personal, sino que tal preocupación se extiende hacia todos aquellos que le dan a una persona la facultad para que los represente.
Podrá el dirigente electo carecer de muchos conocimientos, pero nadie lo eligió por ser un erudito o un super conocedor de todas las leyes, lo eligieron por que es valiente, corajudo y dice las cosas como son. Lo eligieron porque sabe representar a todos y ese es el valor más importante.
Ya irá nutriéndose de conocimientos. Contará para ello con el apoyo y la guía de otros dirigentes con más experiencia y seguramente de alguna organización mayor, donde las escuelas sindicales y actividades diversas lo irán llevando por el camino correcto.
Es difícil ser dirigente sindical en estos tiempos de consumo e individualidad. Es complicado jugársela permanentemente por los demás, renunciando muchas veces a la propia tranquilidad, quitándole tiempo a la familia porque hay acciones y/o actividades que requieren de nuestra presencia.
Se le restan muchas horas a la vida familiar y un sabio consejo que se puede dar a quienes se inician en este camino, es hacer parte del compromiso adquirido a la familia, explicando a la pareja y a los hijos que se está luchando por construir dignidad, exigir respeto, mejorar las condiciones económicas y que eso en definitiva también le va a servir al propio hogar.
El sindicato nunca debe descuidar la generación de actividades donde las familias puedan convivir. El aniversario de la organización, una fecha simbólica de la lucha clasista, un encuentro de las familias, en fin toda iniciativa que vaya en esa dirección ayudará a que la organización se transforme en algo que a la familia no le es ajeno.
En definitiva, debemos entender que el Sindicato es nuestra gran familia.
2.- No son muchos los que están dispuestos a hacer a un lado legítimas aspiraciones como posibles ascensos y mejoras remuneracionales - frutos de su esfuerzo y no de genuflexiones - y van de frente encarando a la empresa y/o a quien la representa, demandando soluciones concretas y claras, respeto a los derechos de todos los trabajadores e incluso se permiten desafiar ciertas órdenes y normas, cuando están atentan derechamente contra la dignidad del trabajador. Ellos son descalificados permanentemente, se les tacha de conflictivos, se les cierran las puertas e incluso a veces son ignorados por sus propios compañeros, cuando estos compran el discurso patronal de que el actuar del dirigente no es la forma correcta de tratar los problemas de los trabajadores.
Por eso es digno de destacar hechos como el vivido por una dirigente de Punta Arenas, presidenta de un sindicato afiliado a nuestra organización, quien fue notificada por la empresa en la que presta servicios de que la instalación donde trabajaba dejaba de estar a cargo de la empresa.
Le ofrecieron el pago de su fuero y la indemnización legal. Ella expuso que el fuero no le pertenece, que es de los socios y demandó se le trasladara a otras instalaciones, cuestión que en definitiva la empresa ha aceptado. Un lindo ejemplo de coherencia y dignidad.
Saludos por este gesto y la invitación a todos a ser cada día mejores y dignos representantes de sus compañeros de trabajo.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE