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"..Pero este puerto amarra como el hambre no se puede vivir sin conocerlo, no se puede mirar sin que nos falte.."
canta Osvaldo Rodríguez
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REMEMORANZAS II – Camino a los 50 años del golpe militar - 1973 - 2023
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1.- "Al momento del golpe militar de 1973, ferroviarios y militares eran parte del paisaje de la ciudad y en muchos casos establecieron relaciones de amistad que, con algunas dificultades se mantienen incluso hasta hoy. Los ferroviarios abandonaban diariamente la Maestranza a las 12.00 y las 17.00 horas, en una larga y compacta marcha de bicicletas hacía sus casas, marcha que se habría en decenas de direcciones en la avenida Portales. Con el tiempo se hizo necesaria la habilitación de un tren que se detenía cerca del regimiento. Quienes no alcanzaban a ir hasta sus casas recibían de sus mujeres o hijos las viandas con el reparador almuerzo, para volver luego a cumplir con sus obligaciones en los diferentes talleres en que prestaban servicios.
Los militares, quienes durante la década del 60 incluso entregaban raciones diarias de comida a los indigentes y pobres que hacían largas filas en las puertas del regimiento, ingresaban y dejaban las instalaciones de la escuela de Infantería regularmente cada día, antes de izar la bandera con el toque de clarín y después de la ceremonia de arriar el pabellón, ceremonias que eran presenciadas indistintamente por estudiantes y adultos que pasaban cotidianamente por el lugar. Ferroviarios y militares compartían la afición por el fútbol y eran entusiastas hinchas y/ o jugadores de los clubes instalados en los diferentes barrios de la comuna".
2.- "Similar interés y participación concitaba en ellos el juego de la rayuela, al que se dedicaban con regularidad al término de la jornada de trabajo. Hasta hoy, pero ya con la desconfianza marcada por todo lo sucedido, viven en las mismas poblaciones o villas, junto a trabajadores municipales, empleados públicos, carabineros y gendarmes.
Después del golpe llegó la vigilancia armada a algunos lugares de cada barrio. El amigo no fue más llamado por su nombre o su apodo sino que debía anteponerse el grado militar.
El “tú“ fue reemplazado por el “don”. Los niños hijos de uniformados jugaban en lugares distintos, con vigilancia especial y las mujeres de los militares se pusieron altaneras y soberbias.
Desde el 11 de septiembre de 1973 hacía adelante, todo cambió. El dolor y la muerte vinieron a reemplazar la risa abierta, la fraternidad sin fronteras, la amistad de viejos camaradas".
*del libro Testimonio, Cerro Chena un campo de prisioneros.
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MANUEL AHUMADA LILLO
PRESIDENTE CGT CHILE
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria