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"...En su telar de esperanzas, como las estrellas, florece la nueva vida, que alegres son las obreras bailemos con ellas..."
Canción popular boliviana
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1.-
100 trabajadores, entre La Serena y Puerto Montt, fueron despedidos en
los últimos días por Ferretería Imperial - parte del holding Falabella -
algunos de ellos en riesgo de contagio por su edad y que se encontraban
en su domicilio, por acuerdo con la empresa.
Está
decisión arbitraria e inhumana, habida cuenta de los momentos que se
viven en el país, tarde o temprano se transformará en una práctica común
de los empresarios.
Que
se entienda de una vez y para siempre. No somos colaboradores y
tampoco formamos parte de una familia en la empresa en qué trabajamos.
Somos fuerza de trabajo mal pagada y los únicos derechos que podemos
reclamar son aquellos establecidos en los contratos de trabajo y los
anexos correspondientes que pudieron haberse suscrito entre las partes.
Muchas consultas hemos recibido en nuestro wasap +56 9 84495318, relativas a cuestiones mínimas que los trabajadores desconocen.
a)
Ningún trabajador puede dejar de ir a su empleo, si no recibe una
comunicación de la empresa que le se lo indique y que a la vez le haga
saber que va a pasar con sus remuneraciones. Dejar de ir a trabajar con
la sola comunicación verbal de la empresa puede dar lugar a despido por
abandono de trabajo y la perdida de las indemnizaciones.
b)
No se debe firmar ningún documento que cambie las condiciones del
contrato, sin antes consultarlo con los dirigentes sindicales o alguna
organización clasista.
Mucho
cuidado cuando se invita a firmar documentos en los que ofrece
mantener "los sueldos mensuales", pues lo correcto es que diga que se
van a mantener "las remuneraciones mensuales".
Establecer
solo la mantención del sueldo mensual deja fuera bonos, beneficios
comisiones y otros de pago mensual, lo que lesiona gravemente los
ingresos mensuales del trabajador.
2.- Las ollas comunes son un instrumento de apoyo y fraternidad popular, de centenaria tradición.
Son la respuesta de los desposeídos ante las carencias y el desprecio de los poderosos.
La
olla común fue la respuesta de los trabajadores y el pueblo en Santa
María de Iquique, ha sido el instrumento con el que se alimentaron, y
alimentan, miles de familias en las tomas de terrenos que brotaron por
todo el país, además de ser la herramienta con la que nuestro pueblo se
defiende ante catástrofes, pandemias y otros males.
Debemos
seguir esforzandonos por apoyar todas y cada una de las ollas populares
impidiendo toda acción de gobierno que apunté a desnaturalizarlas.
No se metan con las ollas ni con el pueblo organizado.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras
Secretario C.G.T. CHILE