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"..Les dice que dios no quiere ninguna revolución, ni pliegos, ni sindicatos, que ofenden su corazón..."
Violeta Parra
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1.- Las
ollas comunes, que han ido brotando como flores de primavera en pleno
otoño, son la mayor expresión de amor filial que pueda imaginarse.
Son
el ¡no nos vencerán! que levantan como un muro aquellos que,
conscientes del dolor que aflige a su pueblo, no están dispuestos a
darse por vencidos y cocinan día a día para sus amigos, vecinos y
compañeros de infortunio.
Por
eso nuestra obligación es apoyar todas estas expresiones de
solidaridad, haciendo llegar mercaderías, verduras y frutas a los
lugares donde se han instalado las ollas, o bien consultar con los que
las dirigen la manera en que podemos aportar.
El
hambre se instaló en muchos lugares hace harto tiempo. Viene de antes
del estallido social. Es el reflejo de la mala distribución de la
riqueza. Una fotografía gigante de los efectos del sistema capitalista y
sin embargo no hicimos mucho por denunciarlo, entendiendo que hacer
mucho implicaba para nosotros concientizar, organizar, organizar y
organizar sin decaer ante las dificultades.
Al
igual que los abusos en la relación laboral, la falta de viviendas, las
pensiones de hambre y un largo etcétera, la deficiente ingesta de
alimentos ha ido siendo asumida como algo inevitable, lo que impide y
anula la reacción de los hambrientos.
Ese
el en gran valor de las ollas comunes, rompen este orden de cosas y
demuestran que la unión de los parias si pueden tumbar a los poderosos.
2.- Por
eso es que tenemos la obligación de saludar cada lucha que emerge, pues
son la concreción de lo que majaderamente hemos venido repitiendo por
años de años.
Somos
la expresión viva de aquellos que un día construyeron instrumentos para
guiar la lucha popular sin concesiones de ninguna clase, ni pasos
tácticos ni acuerdos estratégicos.
Somos
hijos de los que dieron la vida por los sueños del pueblo y reiteramos
el compromiso de no claudicar, ni aminorar, ni minimizar, ni negociar
las necesidades de nuestro pueblo, de los trabajadores.
Saludamos
la lucha valiente del Sindicato Nacional mixto # 2 de trabajadores de
Central de Restaurantes Aramak, hombres y mujeres que trabajan haciendo
aseo en bancos, clínicas, empresas de estiba y desestiba, en Talcahuano,
Puerto Varas, Concepción, Los Ángeles y otras localidades en el sur de
Chile.
Pese
a las practicas antisindicales que denuncian y que no siempre son
fiscalizadas con la premura que corresponde, no bajan ni bajarán sus
brazos.
Por ellos y ellas, por todos los que luchan contra el abuso y las desigualdades, no podemos aflojar en nuestra lucha.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras
Secretario C.G.T. CHILE