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"...No me pongan en lo oscuro a morir como un traidor, yo soy bueno y como bueno moriré de cara al sol.."
Jose Martí
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1.-
Hay algunas huelgas que pasan dolorosamente desapercibidas. Autopista
Central y Containerland son 2 ejemplos de lo que hablamos y hay varios
más en desarrollo.en este momento.
Llama
la atención que pese a lo complejo que ya resultaba la
negociación colectiva en "tiempos normales" el movimiento sindical haya
guardado silencio y no se pronunciara para exigir la suspensión de los
procesos en curso, que se visualizan complejos, habida cuenta de que los
patrones cuentan con todas las garantías para rechazar, sin ser
repudiados, todas las peticiones de sus trabajadores.
Dijimos
al inicio del estado de excepción y lo seguimos reiterando, que el
mejor camino hubiese sido la suspensión de las negociaciones en curso y
la prórroga de los contratos colectivos vigentes, hasta terminada la pandemia.
Tanto
la suspensión como la prórroga hubiesen impedido está suerte de
rendición a la que se encuentran enfrentados quienes están en procesos
de negociación colectiva en la actualidad. Seamos claros, una de las
pocas salidas que va quedando a quienes están negociando y/o están en
huelga, es utilizar el articulo 342 que permite mantener los beneficios
actuales, a excepción de las reajustabilidades, por los próximos 18
meses.
De lo contrario se corren graves riesgos, no solo de no avanzar en las peticiones, sino también de perder beneficios.
Podemos
decir al respecto que en una de nuestras negociaciones, en Punta
Arenas, pudimos instalar una prórroga en una negociación colectiva en
desarrollo, hasta septiembre de este año, lo que permitió extender el
fuero a todos quienes están involucrados en la negociación colectiva.
2.- Lo positivo de nuestros Pulsos Diarios es que permite a dirigentes y trabajadores hacer saber sus opiniones y pedir respuestas.
Respecto
de la modificación de contratos de las que hablamos ayer, nos han dicho
que debemos considerar que muchos trabajadores pueden aceptar esas
modificaciones para mantener los puestos de trabajo.
Y no están equivocados quienes lo dicen.
¿Podemos
condenar a quienes renuncian a defender sus derechos intentando con eso
asegurar sus puestos de trabajo, aunque esto implique disminución de
remuneraciones?
Por
supuesto que no, pero tenemos la obligación de decir a quienes opten
por esto que están hipotecando su futuro y que cada vez que el patrón
quiera bajar costos pensará en ellos para hacerlo.
Cierto,
hay que sostener una familia, pensar en el futuro, pero nunca puede ser
a costa de hipotecar la dignidad. Las manos y la cabeza - que son
las herramientas con las que se piensa y concreta el trabajo -
permanecen pegadas al cuerpo más allá del finiquito, y si debe buscar un
nuevo empleo lo hará con la certeza de que no renuncia a sus valores
más preciados.
Solo así podrá iniciar el camino de su emancipación.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras
Secretario C.G.T. CHILE