Pulso Sindical Diario de la CGT Chile - 24 diciembre 2022

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"..Llora la patria sus hijos caídos por bala mortal no pudieron siquiera saber lo que es la libertad.."
        canta Quilapayun
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1.- Cientos de miles no tendrán una Nochebuena. La verdad es que no han tenido días ni noches buenas desde hace mucho tiempo. No es por que no quieran, es porque el sistema depredador en el que vivimos les ha impedido acceder a ciertas garantías y beneficios - educación sin costo para sus hijos, vivienda digna, salud cuando se requiera y no in extremis y otra serie de necesidades básicas que no pueden satisfacer - ya sea por que los empleos a los que acceden son de baja remuneración o simplemente porque son parte de ese largo ejército de dependientes, que se ven obligados a trabajar por lo que venga y en lo que venga para evitar caer en la inanición.

Ellos ven pasar fiestas patrias, vacaciones,  navidad y año nuevo por fuera de sus casas, enfrente de sus narices. No tienen posibilidad de darse esos gustos de los que les habla la campaña incesante de la televisión. No son de los que esperan ansiosos un fin de semana largo para llenar con sus bártulos el cacharrito comprado en cientos de cuotas, para irse a veranear a cualquier parte por algunos días. Anhelan tener algo de eso para sí y sus hijos, no encuentran respuesta a la pregunta de por qué ellos no pueden y los otros si.

Algunos se van directo a delinquir, otros van generando un resentimiento que con el tiempo puede llegar a transformarse en odio. Rechazan los llamados a organizarse y creen una y otra vez en quienes requieren de ellos para llegar al parlamento, con la promesa de sacarlos de la miseria. No obstante y una vez electos, gracias al apoyo de los parias, los dejan tirados hasta las próximas elecciones. Así ha sido para muchos la vida y no va a cambiar aunque esta noche sea noche buena y mañana navidad.


2.- No es suficiente con abrir el corazón y entregar algún dinerillo para comprar comida que se repartirá a los pobres. Solo tiene sentido si también se preocupan por fomentar la organización y la búsqueda de mecanismo para combatir la miseria y salir de ella.

El simple asistencialismo, la solidaridad por horas, es pan para hoy y hambre para mañana. Sirve pero no es suficiente. Nadie rechazará ese pan, pero claramente se requiere más que eso para dejar de sentirse una sobra social.

A todos quienes tendremos una noche tranquila solos o junto a los nuestros, nos asiste el deber, la obligación de pensar en la manera de que esta tranquilidad pueda extenderse a millones que carecen de todo. No se trata de desprendernos de lo poco que tenemos, sino de enseñar a luchar por lo suyo a quienes nada tienen.  

Basta ya de repetir como un mantra esto de "feliz navidad y año nuevo y que se cumplan todos tus deseos". Es momento de enseñar a pelear para que los deseos dejen de ser sueños y se transformen en realidades concretas

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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria