"..En un tiempo fui dichosa apacibles eran mis días más llegó la desventura perdí lo que más quería.."
conjunto folklórico AFDD
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1.- Hace algunas jornadas nos hicieron la pregunta y nos pidieron una respuesta.
¿Que pensabamos del estallido social y que conclusiones sacamos de aquello?. Debemos reiterar en primer lugar que, para nosotros, el estallido fue la expresión de millones que dijeron basta y se manifestaron por todo el país. Tan reconocido fue el descontento, que la clase política se vió obligada a sacar cartas debajo de la manga y buscar una salida, ante el riesgo cierto de que la ingobernabilidad se profundizara.
Todo lo que vino después es conocido y se han dado muchos argumentos, no obstante no se ha logrado concitar nuevamente la adhesión de tantos millones de ciudadanos que, por cierto, deben tener las mismas o más razones para mantenerse descontentos. Lo concreto es que, desde nuestro punto de vista, en ese momento tan importante no dispusimos de una organización sindical acerada y mayoritaria, que diera pautas claras y precisas a los trabajadores y que se mantuviera al mismo tiempo vinculada con organizaciones poblacionales, estudiantiles y sociales, desarrollando en conjunto un plan de hostigamiento al sistema, que nos hubiese llevado hasta la convocatoria a una gran paralización nacional, instancia a la que debimos llegar con una propuesta y demanda clara - una suerte de Pliego de Chile - discutido previamente entre todas las orgánicas que buscan el cambio de sociedad.
Es claro que poco o nada se ha avanzado desde entonces, que muchos de los discursos maximalistas quedaron solo en eso y, lo más dramático, después de la votación de septiembre del 2022 quedamos prácticamente sin opinión y desmovilizados. Aún no hemos hecho la discusión en profundidad de las razones de estos cambios tan marcados y existe la obligación de hacerlo para determinar cómo vamos a actuar desde ahora.
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¿Dónde están incorporados y participando los más de 2 millones de compatriotas que marcharon en Santiago y regiones, exigiendo cambios de fondo?
¿Cuantas más son las organizaciones sindicales y sociales que se constituyeron y están en acción después de todo este proceso?
¿Que medidas se tomaron para corregir el déficit de instrumentos de comunicación con los que llegar a la población? 
Es una obligación responder a estas preguntas sin hacernos el harakiri ni descalificar, si las mismas parecen fuera de lugar o incorrectas.
Lo que es claro es que después de superar el 75% de aceptación para elegir una Convención Constitucional y tener mayoría en la elección de constituyentes, hoy hay una mayoría de la derecha más reaccionaria redactando la nueva constitución y a estas alturas resulta ciertamente insuficiente estar trabajando solo para votar en contra de una propuesta que ni siquiera ha sido presentada, prescindiendo de llamar a la población a organizarse y cambiar las cosas desde el espacio donde acciona.
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MANUEL AHUMADA LILLO PRESIDENTE DE CGT CHILE
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria