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"..Aquí plantaré el rosal de las espinas más gruesas, tendré lista la corona para cuando en mi te mueras .."
canta Shamanes
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1.-¿Podría alguien dudar que existe una crisis en el movimiento de los trabajadores organizados y que es provocada, entre otros factores, por una carencia de independencia y autonomía de las organizaciones?
Uno de los problemas, y que dificulta un acertado diagnóstico, está directamente relacionado con el o los responsables de esta crisis. Lo más fácil y cómodo es culpar de todo a los gobiernos del corte que sean, a la CUT u otras centrales que existen pero no influyen, o bien a la posición zigzagueante de algunos partidos de izquierda.
Por cierto que tienen responsabilidad, ¿pero toda corresponde a ellos?. Derechamente la respuesta es NO.
Somos muchos los que no estamos en la posición entreguista, ¿pero cuánto hemos hecho para dar cuenta de ello, cuáles son las propuestas que hemos construido y levantado, para hacer ver a los trabajadores que no todo está perdido?
¿Cuál ha sido nuestra gestión y acción en esa línea?
La verdad es que hemos construido mas siglas que organizaciones reales, tenemos más quejas que propuestas concretas, más desunión que esfuerzos por lograr la unidad en la acción. Más gestión virtual que construcción efectiva de organizaciones.
2.- No podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos por lo que no se ha hecho. No podemos discriminar ni excluir. Pero hacerlo de verdad y que se note en las organizaciones que nacen. Hay que dejar claro ante los abusados en sus derechos que en el mundo conviven dos clases, antagónicas entre sí porque representan intereses diametralmente distintos. Una es la clase de los explotados y la otra la de los explotadores.
No es posible, que siendo tan claro dónde deben tomar partido los trabajadores para frenar el abuso, siga sin verse reflejado en organizaciones que le hagan un paralé al sistema imperante.
Nos guste o no, la razón principal está en la falta de educación. Todos tenemos ideas, visiones políticas y las defendemos con calor. No obstante, no las podemos poner por delante en nuestra relación con los trabajadores.
Cómo no vamos a poder definir una plataforma básica de lucha y con ella salir por todos lados a hacer organización. La apatía, el desencanto y la falta de visión en un mejor porvenir, puede y debe ser atacada sólo en contacto real, activo y permanente con los trabajadores. Toda otra salida inicial mantendrá latente el problema. Y serán los trabajadores quienes sigan sufriendo las consecuencias.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria