PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE - 04 OCTUBRE 2022

               ***********
"..Puta jefe no sea tan mala onda, puta jefe no sea maricón, puta jefe no me deje sin pega, Ho no, nada que comer.." 
                   canta Glup
             ***********

1.-
 "Con los nervios hechos un nudo que se iba a estacionar al estómago, las manos sudando permanentemente,(pese a que de tanto en tanto las restregaba en el pantalón) crucé el destartalado portón de fierro que por el lado poniente de la Carretera Panamericana y frente a la calle San Alfonso, permitía la entrada al cuartel   N° 2 de la Escuela de Infantería, abierto para una carrera de motocross. Eran los primeros días de Octubre de 1974 y la primavera se había instalado en todo su esplendor. 

Caminamos lentamente por el camino de tierra, subiendo la pequeña pendiente detrás de la cual rugían las motos. Soldados en uniforme de combate y fusil en ristre, hacían guardia a lado y lado del camino. Aunque intentaban dar una imagen de normalidad, escrutaban los rostros de quienes pasaban frente a ellos y no apartaban el dedo del gatillo. Nos detuvimos en seco.  
Al costado derecho nuestro la casa blanca. La misma de donde salí un año antes y en la que quedaron mis amigos y compañeros de cautiverio. La gran casona, conocida también como la casa del techo rojo, mantenía su estructura, la misma desde antes de la dictadura y que continúo igual mientras fue un campo clandestino de prisioneros. Es un caserón alto, rectangular, de un piso, con un largo aproximado de 30 metros y un ancho de 8, que como entrada tenía en vez de escalones una plataforma de latón que era necesario subir al trote".

2.- A un costado dando hacía el norte, algo semejante a pequeños cuartos, que originalmente eran utilizados para que los conscriptos se familiarizan con las armas y que luego del golpe había servido para interrogar a los detenidos. Al lado sur dos cubículos en los que algunos prisioneros estuvieron en régimen de semi – incomunicación.

Ahora estaba rodeada de un doble cerco de alambre de púas que brillaba al sol de media tarde. En sus cuatro costados montan guardia soldados con un aspecto de pocos amigos, quienes nos impidieron acercarnos y nos ordenaron volver al camino. Solo le hacen falta los reflectores y guardias con perros, para parecer un campo de concentración nazi.

Mientras nos acercábamos al camino la observamos como hipnotizados. Se hizo en ese momento un silencio impresionante, roto apenas por las motos que comienzan a competir. Nítidamente se percibe el sonido que emiten los cables  de alta tensión a través de las altas torres cruzan  todo el cerro.

¿ Había todavía gente al interior de la casa o solo la rodearon con alambres para que no  pudiésemos observar las manchas de sangre en el piso, ni sentir los gritos de los torturados que quedaron adheridos para siempre a sus paredes?. Un año y algunos días habían transcurrido desde que mis sueños juveniles fueran destruidos.

Un año en que la delación, la persecución y la muerte, habían posibilitado la llegada a ese lugar y el posterior asesinato,  de opositores al régimen de Pinochet.

Queridos camaradas míos, amigos y compañeros de aflicción. No puedo evitar emocionarme mientras recuerdo vuestros nombres.

Nos retiramos en silencio, percibiendo a nuestras espaldas y en el aire de este cerro Chena, el grito potente de libertad y de vida, que sin duda dieron mis compañeros, cuando sintieron la presencia de la muerte fuera de la casa de techo rojo". 

*Del libro, Testimonio, Cerro Chena un campo de prisioneros

MANUEL AHUMADA LILLO 
PRESIDENTE CGT CHILE
             ************       
Nuestra fuerza la Unidad 
Nuestra meta la Victoria