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"..Año del 76 julio 4 no es desgracia, fecha de las elecciones fiesta de la democracia, el pueblo acude a votar por propaganda que asombra.."
canta Oscar Chavez
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1.- La libertad, como la deben entender las organizaciones de base, parte por la facultad que tiene cada trabajador de ser parte o no de la organización y ésta de gestionar según los socios determinen. Es una decisión soberana la de asociarse, y la no pertenencia hoy no solo debe achacarse al miedo u otros factores similares.
¿No es momento de pensar en que puede haber desconfianza?, ¿Que después de ver el actuar de algunos dirigentes, los trabajadores sin organización no tengan claro que el sindicato los puede defender del abuso patronal? ¿No será que es más creíble el discurso de la patronal de que si están bien con la empresa podrán obtener beneficios, en vez de escuchar a un ente que no les ofrece nada y está desprestigiado?
Vistas así las cosas, la única salida es que la organización sindical sea rescatada para la correcta aplicación de su rol. El sindicato es impoluto, sus dirigentes tienen la obligación de serlo. Preocuparse de la defensa de los derechos de sus representados en el lugar de trabajo, formar conciencia de clase y después avanzar junto a otros para pensar en el tipo de sociedad en que se quisiera vivir.
Ese es el trabajo a realizar, lamentablemente hasta ahora la gestión es deficiente e incluso nula y eso es lo primero a cambiar.
2.- Hay que recuperar las asambleas periódicas, los informativos internos, el análisis de elementos de la coyuntura (la jornada de 40 horas es un buen ejemplo), desarrollo e incentivo de la actividad deportiva y cultural, conocimiento de la realidad de los asociados (hogar propio o allegados, situación familiar, estudio de los hijos, etc)
En la organización sindical la gestión financiera debe ser ágil y clara, la comisión revisora de cuentas debe jugar un rol activo y los dirigentes deben dar cuentas de su gestión de manera periódica. Presupuestos discutidos y aprobados por las asambleas, reuniones atractivas, didácticas, educativas, participación efectiva de los socios en las diversas tareas - no basta criticar o mirar pasivamente hay que decir las cosas si algo no está bien - hay que ser integrante activo, no sólo un número en el libro de registro.
Nadie es más importante que la propia organización. Aunque lo digamos mil veces hay que volver a repetirlo hasta el cansancio.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria