HOMENAJE
BERTOLD BRECH
Clotario Blest Riffo Nació en Santiago el 17 de noviembre de 1899. Luchó durante toda su vida por el cambio y su camino esta jalonado de hitos importantes. Participó activamente en el proyecto de llevar las ideas cristianas a los mas pobres y mostrar, con el ejemplo, que Jesucristo no era un monumento ni una estatua y que su ejemplo debía seguirse todos los días.
Luego de una larga lucha, con mas agrios que dulces días, Clotario pasó sus últimos días en la enfermería de la Iglesia de la Recoleta Franciscana en un pequeño cuarto, atendido por los padres franciscanos. Solo y pobre, con su mameluco azul y un cordón franciscano amarrado a su cintura fue poco a poco extinguiéndose, hasta que una enfermedad respiratoria terminó con sus días el 31 de mayo de 1990.
Fueron cientos los homenajes y los ¡hasta siempre no te olvidaremos!, que se escucharon aquel 31 de mayo del año 1990. Acudieron a despedirlo a la capilla ardiente, los humildes y desposeídos, los que creen en la inevitable victoria de los mas pobres, aquellos que no tienen espacio en los medios de comunicación. También estaban los figurines de ayer y de hoy, interesados en aparecer a cualquier costo, esos que llenan de anuncios rimbombantes la prensa nacional y que van de un conflicto y drama a otro, no preocupados muchas veces del problema en si, ni de lo que en definitiva pase con la gente, sino de su lucimiento personal. Muchos personajes públicos desfilaron ante el féretro de Clotario comprometiendo su decisión permanente de lucha.
Altas autoridades dedicaron palabras de pesar y con su convincente oratoria dieron muestra inequívoca de conocer de la vida y obras de este luchador social "que los había marcado". Todos los medios escritos, hablados y audiovisuales hicieron un pormenorizado recuento de la vida y lucha de este hombre, dedicándole sus editoriales o páginas destacadas. No hubo censura en esta ocasión, a pesar de que durante su vida muchas veces no le dieron el mas mínimo espacio a su denuncia contra los abusos y descalificaron las acciones de protesta que encabezó.
En las organizaciones sindicales se guardaron minutos de silencio o se tributó un aplauso en homenaje al maestro que rendía su cuerpo a la muerte, pero dejaba una escuela que todos se comprometieron a mantener y extender en el tiempo.
Fue declarado, en vida y después de muerto, presidente honorario y se crearon movimientos con su nombre. Cual mas cual menos, todos destacaron su capacidad de luchar por lo que postulaba, su renuncia al lujo y a la comodidad, la critica certera que hacía a la burocracia, la discriminación y la exclusión.
Hoy Clotario Blest está casi completamente olvidado. Parece ser, en todo caso, el pago de Chile a quienes dieron su vida por una causa noble, a quienes renunciaron al bienestar personal preocupados de que los más explotados estuvieran libres del abuso.
Tampoco se recuerda como lo merecen Luis Emilio Recabarren, Hector Cuevas Salvador, entre otros muchos líderes obreros.
Cientos de luchadores de distintos gremios, que hicieron del sindicalismo un apostolado como los antes nombrados, ni siquiera reciben una flor en sus tumbas luego de que pasa el furor de los homenajes.
A 31 años de su partida saludamos al compañero Clotario, convencidos de que su lucha continua y decididos a no dejar tiradas las banderas. Es el mejor homenaje que los trabajadores podemos hacer a CLOTARIO BLEST RIFFO.
CGT CHILE