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1.- Hace algunas semanas hicimos notar nuestra
preocupación por el resultado de los procesos de negociación colectiva en esta
situación de pandemia.
Independiente de que en algunas medianas y grandes empresas el resultado
puede llegar a ser positivo - especialmente en aquellas donde hay sindicatos
poderosos y con alta afiliación - la lógica indica que el grueso de las
negociaciones con suerte quedará con iguales beneficios o perderá parte de
ellos.
Dijimos que, en esta etapa, un buen camino es la prórroga de los
procesos en curso, no solo porque es bueno esperar al término de la pandemia
para negociar, sino también porque tal
prórroga implica la mantención del fuero a quienes son parte de la negociación.
2.- Nos han pedido nuestra opinión sobre el
proyecto de ley que busca limitar los periodos a los que puede optar un
dirigente sindical.
Somos firmes promotores de la autonomía e independencia de las
organizaciones, así como de la elección
universal en federaciones, confederaciones y centrales.
También reivindicamos el derecho de los trabajadores a poder sacar de
sus cargos a los malos dirigentes, sin tantas trabas como las que hoy
existen. Por lo tanto esa debiera ser la
principal preocupación parlamentaria.
Dejen a los trabajadores decidir cuántos periodos puede estar un
dirigente sindical en su cargo.
Los parlamentarios tienen que aprovechar su tiempo para modificar la
legislación y que esta permita, a los dirigentes sindicales y sociales,
postular a otros cargos de elección popular sin tener que renunciar a sus
responsabilidades.
Solo en el caso de ser electos debe regir la incompatibilidad.
3.- Y ya que de preocuparse de los trabajadores
se trata, es momento que se presente en el parlamento una ley que profundice de
una buena vez el concepto de "piso de la negociación".
Todos los beneficios del contrato colectivo vigente, incluida la
reajustabilidad periódica del IPC de los sueldos y demás beneficios pactados en
dinero, deben ser el punto de partida de la negociación siguiente.
De la misma manera, deberá legislarse para que los sueldos y demás
beneficios que se pacten en un contrato de trabajo sean reajustados anualmente,
a lo menos, en la misma variación del IPC acumulado en el año, mientras que
beneficios como aguinaldos, locomocion y colación deben ser recibidos por todo
aquel que suscriba un contrato de trabajo, sea este a plazo o indefinido.
Para avanzar en la dignificación de la clase trabajadora con beneficios
como los que aquí enunciamos, se requiere de una gran organización.
Es momento de comenzar a construirla.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de
Trabajadoras y Trabajadores
Secretario CGT CHILE