Desde el 21 de Octubre las y los
trabajadores, estudiantes y otras fuerzas sociales se han volcado a las calles demandando el término del abuso y la
mentira.
Hemos llamado responsablemente a parar,
hemos indicado a las y los trabajadores que no hagan esfuerzo alguno por
presentarse en sus lugares de trabajo si no están las condiciones para
hacerlo. Y esa convocatoria sigue plenamente válida, mientras dure el estado de
emergencia, la represión militar y policial, y no se responda a las demandas de
la población.
Así lo han entendido miles y miles de
trabajadores, quienes además reciben nuestras orientaciones para responder a
las amenazas de despidos y descuentos, así como a las presiones para
presentarse a trabajar.
Que quede claro, el paro, la huelga, es
un instrumento de todas y todos aquellos que se hartan del abuso, la mentira,
la manipulación y los falsos pactos sociales, que es el nombre que ahora
intentan darle a la martingala divisionista que están instalando.
Y es precisamente pensando en lo que
viene que queremos dejar claramente establecida nuestra posición y desde esta
buscar reunirnos con todas aquellas fuerza populares que han dicho NO MAS.
Nuestra Central
Clasista nace luego de años de trabajo y de construcción de diferentes
organizaciones sindicales que, hartas
del entreguismo de las estructuras y
centrales existentes, deciden levantar un proyecto que se rija por principios y
métodos organizativos históricos de la clase trabajadora, caracterizados por la
autonomía sindical con un horizonte claramente definido: acabar con el capital
y su sistema de explotación y opresión.
Hemos dicho con
claridad que la Central Clasista no se gesta en oposición a la CUT y las demás
centrales, sino más bien expresa con claridad la existencia de dos tipos de
sindicalismo, dos caminos organizativos:
uno de conciliación de clases, clientelar, burocrático y que instala demandas y
reivindicaciones cosméticas, otro, clasista, que asume que la historia la rige la lucha de clases y asume el deber de
ponerse de la vereda y la defensa de los intereses de la clase trabajadora, que
hace carne la solidaridad de clase y la participación de las bases.
Con mucho
esfuerzo y arduo trabajo hemos logrado ir dando forma a una fuerza sindical,
que sabemos que aún es embrionaria y con ciertas carencias y debilidades. Sin
embargo, tenemos la claridad sobre nuestros principios y plataforma de lucha,
así como un plan de trabajo orientado principalmente a la educación y formación
de nuestra clase, al crecimiento y despliegue nacional, y a la lucha y
agitación de nuestras justas demandas.
Hemos logrado conformar comisiones de trabajo y hacer efectiva la democracia
sindical por medio de la 1º Asamblea Nacional y de la Elección Universal del
directorio nacional y metropolitano.
Sabemos que la
fuerza propia de las y los trabajadores es fundamental para lograr torcerle la
mano a este sistema y también tenemos claro que se requiere articular las luchas
de los diferentes sectores y generar una plataforma que permita unificar al
conjunto del pueblo pobre bajo un programa común anticapitalista y
antipatriarcal, que funcione desde la independencia de clase y no sea cooptado
por la clase en el poder, ni sus organismos, partidos, u organizaciones.
Hemos visto en
los últimos años como van surgiendo expresiones y organizaciones populares, sin
embargo, la atomización y fragmentación siguen siendo la tónica, y nuestro
pueblo sigue sumergido en la división interna, en vez identificar a su real
enemigo. El sorprendente levantamiento popular producido por décadas de abuso,
nos demuestra con mayor claridad la necesidad de construir nuestros propios
instrumentos organizativos que nos permitan avanzar articulados con pasos cada
vez más firmes.
La fortaleza del
pueblo está en su unidad, pero una unidad con sentido, conciencia e identidad
de clase, que, teniendo el horizonte claro, demarca su camino.
Nuestro llamado es a levantar un
polo social anticapitalista que aglutine organizaciones de trabajadores y
trabajadoras, estudiantes, pobladores, mujeres, diversidad sexual, y que, en
conjunto, identifiquemos nuestras necesidades y delineemos nuestras
demandas, planificando un plan de lucha
común.
Trabajaremos
con todas nuestras fuerzas en aquello y hacemos el llamado abierto a todos los
que sientan que de una vez por todas debemos unirnos para responder a la
prepotencia del sistema.
Finalmente queremos expresar
nuestra posición respecto a uno de los temas en discusión. La jornada de 40
horas semanales de trabajo.
Ayer se ha aprobado en la Cámara de Diputados la idea de legislar sobre
las 40 horas. De lo que se conoce (que
es muy poco) dicho proyecto mantiene
importantes discriminaciones (artículos 27 y 34 bis, entre otros, del actual
Código) en las que casi nadie (salvo nuestra Central) ha fijado la
atención.
En efecto, el artículo 27 actual deja fuera de la jornada de trabajo a
quienes trabajan en hoteles restaurantes y clubes, salvo excepciones en administración,
cocina, lavandería y lencería. Todos estos trabajadores pueden cumplir por ley
jornadas de hasta 12 horas diarias por 5 días y como no se plantea – hasta
ahora la derogación de este articulo seguirán excluidos de un derecho que
corresponde a todos.
El caso del artículo
34 bis, es aún más preocupante pues establece que los trabajadores de
restaurantes podrán pactar turnos de 8 horas diarias, pero con un corte en cada
día de trabajo de hasta 4 horas por jornada.
Es por
tal razón que hemos insistido en la importancia que tiene que el proyecto ley
establezca una jornada continua de trabajo diario, que insistimos debería ser
de 8 horas. Ahora si es menor tanto mejor, pero debe quedar explícitamente
indicado.
Ahora que todos
comienzan a hablar de los derechos de los más explotados y abusados vale la
pena preguntarse: ¿Si disminuye la jornada laboral, será factible que los
trabajadores mejoren su dignidad y calidad de vida como dicen gobierno y oposición? La respuesta es categórica. NO.
En nuestro país, disminuir la
jornada de trabajo a 40 horas semanales no implica, en absoluto, una mejora en
la dignidad y condiciones de vida del trabajador. Los gobiernos, los
parlamentos y los patrones, tienen muy claro que los trabajadores ganan sueldos
miserables que no les permiten vivir con dignidad, a lo sumo sobrevivir.
Sin embargo hacen poco y nada por legislar sobre
el particular. Por lo tanto:
No solo se debe pelear por una rebaja en la jornada de trabajo, sino
también dejar muy en claro que dicha jornada no permitirá discriminaciones y
será continúa sin corte ni interrupciones de ningún tipo.
Al
mismo tiempo es fundamental dar la lucha por un aumento del ingreso mínimo, y
no solo eso, se debe demandar pago de bono de locomoción y de colación que
equivalga a los gastos promedios que el trabajador hace por estos ítems.
Los trabajadores, el pueblo no deben cejar en su
lucha por una vida mejor, pero esto necesariamente implica participación
activa. Por eso instamos a la construcción de miles y miles de Sindicatos en
todos los lugares de trabajo, así como a la presentación de pliegos de
peticiones con las demandas más sentidas.
Solo así
daremos un paso adelante en la lucha por la dignidad y la justicia.
¡¡Basta de abusos!!
¡¡Que se vayan todos!!
CENTRAL CLASISTA DE
TRABAJADORAS Y TRABAJADORES