1.-
La despedimos con dolor.
Estamos
tan lejos que no alcanzamos a llegar a su hogar para decirle hasta siempre.
Queda
en nosotros su incansable caminar en busca de la verdad y la justicia, una
lucha que han continuado sus hijos y quienes la rodearon.
Nos
dejas físicamente Laurisa Rosales y sin embargo te quedas aquí, rodeando el
Chena, caminando la plaza Guarello, recorriendo San Bernardo y otros lugares a
ver si de repente, por si acaso, ojalá ahora, habían noticias nuevas que te
acercarán a tu niña, acortando la distancia puesta a la fuerza por los perros
que gobernaron.
Converse
con usted un par de veces, al igual que lo hice con su hija. A sus cabros los
conocía como "Los Mota" y más de una vez fui a reuniones de la
Jota a la casa de Varas, siendo ese también el primer
lugar al que llegue el 12 de septiembre del 73, así es que una mínima parte de
la historia nos hermana.
Vaya
tranquila Laurisa, que los que la sobrevivimos seguimos convencidos de lo justo
de nuestra causa, de manera que usted es una nueva enseña que se une a la
galería de los inmortales, de los imprescindibles.
2.-
Día a día nuevos muertos por la pandemia, novedosas maneras de establecer las
cuarentenas y un trato a los enfermos según el peso social que tienen.
Afortunadamente, y pese a las improvisaciones y chascarros, no aumenta aún de
forma acelerada el número de infectados ni la cantidad de decesos. En esto debe
ayudar sin duda que estemos en el extremo del mundo.
Para
la estadística quedará la baja cantidad de respiradores artificiales y de camas
disponibles, así como también para los resúmenes posteriores las carencias de
elementos para protegerse de la pandemia, particularmente notorios en un amplio
sector de la población así como en los trabajadores de la salud.
Aplausos
para los trabajadores de la salud pide un ministro.
Y
lo que debemos pedir encarecidamente son los elementos suficientes para que
puedan cumplir con su trabajo sin poner tanto en riesgo su vida.
Más
que aplausos, debemos pedir para los trabajadores de la salud condiciones
dignas y humanas, las mismas que requieren los pacientes que llegan a las
postas y hospitales.
Además
de los aplausos, que son más que merecidos, hay que exigir ahora que no haya
más trabajadores a honorarios, que se les paguen las remuneraciones que
merecen.
Aplausos?
Bueno, ya, pero sépase que no son
suficientes, pues no sirven para mantener un hogar en forma digna.
No
más trabajadores a honorarios, todos los trabajadores de la salud deben ser
personal de planta y recibir los mismos beneficios y derechos pues cumplen
sacrificada y estoicamente con los mismos deberes.
3.-
Hace algunas horas varios partidos de oposición han sacado una declaración
pública demandando del gobierno acciones urgentes para combatir la pandemia y
sus consecuencias.
Son
los mismos que el 12 de noviembre del año pasado demandaron nueva Constitución
y asamblea constituyente y solo 2 días después se entregaron en bandeja al
gobierno y su propuesta de paz social.
Conclusion?
No les crea ni lo que rezan.
Estos
son capaces de vender a su madre con tal de sacar algo en beneficio propio.
Carecen
de honestidad y moral, Son parte del problema no de las soluciones.
Nuestra
lucha va por el camino de promover la organización, para que una vez retomada
la normalidad que se ha perdido producto de la pandemia, recuperemos de hecho o
de derecho lo que nos ha arrebatado en
esta pasada, en especial nuestras
remuneraciones.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central
Clasista de Trabajadoras y Trabajadores
Secretario C.G.T.
CHILE