PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE
01 octubre 2023
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"..Vuelvo amor vuelvo a saciar mi sed de ti vuelvo vida vuelvo a vivir en ti país.."
canta Illapu
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1.- Cada cierto tiempo los medios de comunicación difunden acciones de grupos grandes de personas - principalmente jóvenes - que van por ahí vandalizando espacios y aterrando a quienes no son parte de esa particular y no aceptada forma de expresar su malestar. Son las llamadas barras bravas en el fútbol, que de esa manera expresan su desazón y rechazo contra las sociedades anónimas que mandan en los clubes.
No suceden estos hechos en todos los estadios, ni todos los clubes deportivos tienen seguidores que se expresen de esta forma. Sin embargo, al sistema no le interesa hacer la diferenciación entre estos grupos y los hinchas del fútbol, que siempre están ahí al lado de su equipo, pase lo que pase.
Solo el daño y la destrucción justifican la invocación a la represión y al castigo ejemplar.
El hincha está definido como la "persona que sigue con pasión y entusiasmo a su equipo o deportista favorito".Es capaz de cubrir largas distancias y luce orgulloso sus colores y emblemas. Junto con alentar a su equipo hacen acciones sociales como limpiar una plaza o habilitar juegos para niños. También es posible verles apoyando alguna causa personal o colectiva, que por cierto los vincula a la comunidad.
Algunos visitan enfermos en los hospitales, hogares de ancianos y también hacen parte de las movilizaciones por demandas sociales y marchan junto a sus adversarios circunstanciales exigiendo que cambien las cosas.
En concreto, se trata de personas - hombres y mujeres - que, entregados a una enseña, son a su vez capaces de sintonizar con el resto de los ciudadanos y hacer parte de sus exigencias y aspiraciones.
Sin embargo, nada de esto se difunde ni se destaca, solo interesa lo negativo, aquello que permita la represión y la estigmatización.
2.- No vamos a negar la existencia de grupos que tienen una predilección por pelearse entre ellos con saña, esperando dejar imposibilitado cuando no muerto al adversario. Son los mismos que van al estadio a destruir todo lo que pillan a su paso, pensando que con eso van a anular al adversario. Arrojan bengalas y fuegos de artificio, lanzan bombas de ruido e incluso son capaces de entrar a los lugares de entrenamiento y exigir compromiso a los jugadores. Su lucha es contra las empresas que manejan el fútbol y creen que destruyendo instalaciones y enfrentándose con todo tipo de armas a quienes rinden culto a otros clubes, podrán cambiar la historia.
Y eso no va a suceder, pues escogieron mal el camino para buscar un cambio. Con lo que hacen solo se ganan el repudio generalizado de la población y el rechazo de los hinchas de verdad.
Si quieren cambiar las cosas en el fútbol hay que presentar iniciativas interesantes. Por ejemplo que nadie vaya al estadio hasta que bajen el valor de las entradas, generar los instrumentos para integrarse a los clubes y tener derecho a voz y voto, exigir baños en calidad y cantidad suficientes, bebidas y alimentos a precios menos onerosos e incluso letreros y lienzos que cubran todo el estadio y sean imposibles de ignorar y un largo etcétera, que sin duda conocen muy bien.
Todo lo que hoy sucede es producto de la sociedad en que vivimos, sociedad que debe ser cambiada.
Por lo tanto, luego del estadio hay que ir a participar de las organizaciones poblacionales, sindicales, sociales y políticas y salir a recorrer las calles para que la gente entienda que hay que cambiar las cosas muy profundamente.
No habrá un fútbol distinto en este sistema en que vivimos, eso todos debemos tenerlo claro.
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MANUEL AHUMADA LILLO PRESIDENTE DE CGT CHILE
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria