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"..Los arados, los sembríos, las cosechas y su amor, dan al indio en este mundo, alegría en su dolor.."
canta Inti Illimani
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1.- Desde siempre y hasta que no cambiemos de raíz nuestra conducta, los patrones seguirán imponiendo sus condiciones no solo en la relación capital - trabajo, sino también en todo el entramado social donde nos movemos. Ellos construyeron lo que llaman conductas sociales y las seguimos, sin darnos cuenta que estamos replicando su modelo y renunciando a nuestros anhelos y aspiraciones.
A través de sus leyes han establecido los mecanismos y formas de organización, que podemos y no podemos demandar, cuando reclamar y cómo hacerlo, incluso llegan a indicarnos por quienes votar en cada proceso electoral,
A toda esa chorrera de normas, costumbres y creencias le llaman moral y, ciertamente, han aspirado siempre a que hagamos nuestra su moral, la que han intentado imponer a palabras y bayonetas.
Y en esa enseñanza de garrote nos acostumbraron a caminar con la cabeza gacha y a cerrar los ojos ante lo evidente, llegando al extremo de sentir que cuidamos el trabajo y a la familia si damos cuentas de las acciones que se resuelven en el sindicato, para detener las políticas discriminatorias y abusivas del patrón.
El sindicato es pura política, repiten algunos como loros, otros diden convencidos que si no trabajan no comen y creen estar cuidando la pega, cuando dejan entrever o exponen abiertamente a quien o quienes no están de acuerdo con las prácticas patronales, posibilitando que se tomen represalias y se sancione o incluso despida a aquellos que tienen la película clarita.
2.- Nuestra moral no es la misma que la de los dueños del capital.
Valores como la solidaridad, la cooperación, la lealtad, la honestidad y tantos otros que deben ser parte de nuestra conducta, a veces no son entendidos ni menos aplicados por todos. El uso de drogas y el consumo excesivo de alcohol lesionan nuestra moral y dañan a la familia y también al colectivo en que participamos.
No es correcto hacer mal uso de los beneficios que nos da la organización, por ejemplo, ni tampoco es correcto decir que se está y restarse a cada iniciativa, arguyendo otras cosas por hacer.
No hace bien a nuestra lucha y causa, asumir resoluciones cupulares o tomadas entre cuatro paredes e involucrar a nuestra bases, sin antes consultarlas y si es necesario discutir con ellas la conveniencia o no de asumir esta u otra posición. No se ve bien y es totalmente reprochable que se sostengan reuniones con los empresarios y no se informe o se dé información sesgada de estas reuniones.
Moral y ética van de la mano y son valores absolutamente imprescindibles de aplicar en la clase trabajadora, pues aspiramos a tener una sociedad distinta de la que tenemos y para ello hay que destruir los malos valores y conceptos instalados por el capital.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Departamento de Comunicaciones y Difusión CGT CHILE