PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE
21 diciembre 2023
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"..Señoras y señores venimos a contar aquello que la historia no quiere recordar pasó en el norte grande,.."
canta Quilapayun
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1.- Eran decenas de miles quienes trabajaban como animales y no contaban con condiciones mínimas para protegerse de ese trabajo agotador.
Ni medidas mínimas de seguridad en el trabajo, tampoco previsión social, ni hablar de una jornada de trabajo diaria, pago de horas extras o uniformes. En diferentes oficinas, a cientos y miles de metros de altura, carecían de espacios para el descanso y vivían junto a sus familias en espacios pequeños y cerrados, sin servicios higiénicos, muy alejados de poder ser llamados viviendas dignas.
Ni siquiera recibían sus salarios en moneda pues se les cancelaba con fichas, que solo podían cambiar en los mismos lugares de trabajo.
Iban del siglo XIX al XX pero eran tratados casi como esclavos.
Diversos grupos de luchadores que promovían la acción directa y apoyaban diferentes luchas, especialmente en el centro de nuestro país, habían viajado al norte e instalado centros de estudios en varias oficinas salitreras. También comenzaron a llegar las noticias de cómo trabajaban las sociedades de resistencia, e incluso se sabía ya del avance orgánico sindical con la creación de las mancomunales.
Todo esto, unido a las ansias inherentes a todo ser humano relativas a la dignificación, fue generando las condiciones para que nacieran estructuras de organización en las diferentes oficinas y los líderes en cada una de ellas fueron generando los mecanismos para la reunión y la coordinación de esfuerzos.
En el mes de diciembre de 1907 llegó la hora de hacer expresión latente de dicha organización y se declaró la huelga en una, otra y otra oficina, hasta sumar decenas de ellas que declararon la paralización de actividades y tomaron la decisión colectiva de bajar a la ciudad a demandar de las autoridades, el fin de las atrocidades que les marcaron por años.
2.- Una gran muestra de solidaridad fue la que tuvo esta rebelión de explotados. Diversos gremios hicieron suya la causa salitrera y apoyaron moral y materialmente a quienes se habían puesto de pie. El Estado no toleró esta sublevación y envió tropas las que al mando del general Roberto Silva Renard, demandaron el desalojo inmediato de la escuela Santa María donde están instalados los miles de pampinos y sus familias.
Ante la no aceptación de la orden, el general ordena el ametrallamiento de los obreros desarmados. 3.000 y más son los que cayeron bajo las balas y las lanzas de los soldados de a caballo.
Y aquí estamos recordando, indignados y dolidos.
Pensando que hoy son muchos miles los que viven en campamentos con condiciones similares o peores de las que tuvieron que vivir los salitreros. Y sin embargo aún no somos capaces de emular a quienes se sacaron la cresta educando a los salitreros, con medios y recursos enormemente inferiores pero sin duda pertrechados de una conciencia enorme.
El mejor homenaje en esta nueva conmemoración de los hechos de Santa María de Iquique, es corregir las deficiencias y reencantar a los trabajadores con la organización.
Solo así nos liberaremos.
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MANUEL AHUMADA LILLO PRESIDENTE DE CGT CHILE
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria