Estimadas y estimados:
Julian Assange lleva años preso y pocos son los que recuerdan la razón
de su encarcelamiento. Por lo mismo les invitamos a leer este interesante
artículo que podría motivarlos a buscar más información, a la vez que esperamos
los reenvíen a todo aquel que está por la libertad sin cortapisas.
UNA
CONFERENCIA POR LA LIBERTAD DE JULIÁN
MANUEL
ACUÑA ASENJO
CEREMONIA POR LA
LIBERTAD DE PRENSA
Entre los días 2 y 4 del
pasado mes de mayo, por disponerlo así la Organización para la Educación, la
Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO), se celebró, en Santiago
de Chile, la 31° Conferencia del Día Internacional de la Prensa o Día Mundial
de la Libertad de Prensa. Al evento concurrió Kristinn Hrafnsson, periodista
islandés y editor jefe de WikiLeaks, organización creada en Islandia, el 04 de
octubre de 2006, en cuya gestión participó activamente el periodista
australiano Julián Assange. De acuerdo a una publicación, el motivo de la
presencia del editor de esa empresa periodística en el país sudamericano era
“[…] comunicar
lo que pasa con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, detenido en
Inglaterra, en la cárcel de Belmarsh a la espera de un juicio de extradición a
Estados Unidos”[1].
La prisión de Belmarsch no
es un sitio de reclusión cualquiera; por el contrario, es una de las cárceles
de mayor seguridad en Inglaterra. Especial para guardar allí a una persona que
representa un peligro para la ‘élite política’ planetaria.
Era natural que las
gestiones de Hrafnsson tuvieran repercusión nacional e internacional. En Chile,
el Colegio de Periodistas divulgó una carta enviada al presidente Boric en la
que se le informaba que Assange
“[…] ha contribuido significativamente a exponer violaciones de derechos humanos, injerencias políticas y otras malas conductas por parte de gobiernos alrededor del mundo. Sus publicaciones han tenido un impacto profundo en la opinión pública global y en la política internacional”[2].
No fue la única reacción a la Conferencia; también un grupo de
parlamentarios oficialistas decidió enviar al mismo jefe de Estado una misiva
en términos similares, en la que destacaban acciones realizadas por autoridades
de otras naciones orientadas en idéntico sentido:
“Considerando que recientemente se ha celebrado en
nuestro país la trigésima primera Conferencia del Día Mundial de la Libertad de
Prensa, es que el Comité Parlamentario del Partido Comunista, Acción Humanista
y Federación Regionalista Verde Social, solicita a V.E., Presidente de la
República, Gabriel Boric, adhiera a la solicitud de libertad de Julian
Assange”.
“A esta petición se han sumado varios presidentes
de todo el mundo, y en particular en América Latina, así lo han hecho
expresamente el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el Presidente Gustavo
Petro, el Presidente Andrés López Obrador y la Presidenta Xiomara Castro, entre
otros”[3].
RAZONES POR LAS QUE USA PIDE LA EXTRADICIÓN DE ASSANGE
Para Estados Unidos, Julián Assange ha incurrido en la comisión de
varios delitos en contra de esa nación por lo que debe ser extraditado a la
misma para cumplir las penas asignadas a aquellos. La generalidad de esos
delitos puede condensarse en uno: la revelación de numerosos hechos de
corrupción y actos violatorios de los derechos humanos cometidos por agentes
tanto del Estado norteamericano como de otros países, pudiéndose citar, por vía
ejemplificativa, las acciones realizadas por el ejército norteamericano en
Irak, Afganistán y Guantánamo, las ejecuciones realizadas en Kenia en provecho
de ciertas compañías transnacionales, la corrupción existente en Islandia, los
entretelones de la política exterior estadounidense (Cablegate), en fin.
Los requerimientos del Gobierno norteamericano se han formulado en un
período caracterizado por la constante persecución al periodismo libre y,
consecuentemente, en contra de quienes rechazan lo que, a comienzos del nuevo
milenio, Ignacio Ramonet denominara ‘pensamiento único’, idea que no abandonan
los halcones del Pentágono y que practican impunemente los medios de comunicación,
propiedad de los grandes consorcios transnacionales. WikiLeaks nació,
precisamente, para contrarrestar a esa corriente, y cometió el sacrilegio de
dar a conocer una impresionante colección de documentos secretos que ponían al
descubierto el tenebroso rol jugado por los grandes poderes en el planeta. Por
lo mismo, no debe causar asombro que el gobierno norteamericano reaccionara de
esa manera exigiendo las penas del infierno en contra de las cabezas de esa
organización y, especialmente, en contra de Julián Assange, su principal
mentor, quien ha pasado a ser, de esa manera, enemigo no sólo para el Estado
norteamericano sino para gran parte de sus estados vasallos.
No deja de ser curioso, sin embargo, que los restantes países afectados
no hayan adoptado medidas en contra del fundador de la empresa informadora.
“EEUU ha sido el único país del mundo que ha tomado
represalias legales contra las informaciones secretas difundidas por WikiLeaks,
acusando a su fundador de cometer 18 delitos relacionados con espionaje y
crímenes informáticos. Por la presunta comisión de estos delitos pende sobre
Assange la amenaza de 175 años de prisión”[4].
EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD DE INFORMAR
Puede sorprender a muchos que, a pesar de encontrarse la libertad de
prensa reconocida en el art 19 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948, constituya ella letra muerta. En efecto, el mencionado texto
señala, al respecto, que
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de
opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de
sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Este derecho, establecido a favor de todo el género humano, es ejercido
por quienes practican el periodismo, especialidad a la que se ha concedido,
igualmente, el derecho a no revelar la fuente de su información a fin de
facilitar el libre flujo de la misma hacia la comunidad, y proteger la
integridad física del eventual informador.
La complejidad de la sociedad moderna ha hecho que muchas profesiones
—entre ellas, el periodismo—, encuentre enormes dificultades para ejercerse en
forma independiente (free lance) de la manera que podría hacerlo un médico o un
abogado. Por regla general, el periodista debe venderse como lo hace el
trabajador. Desde este punto de vista, es uno más de aquellos que venden su
fuerza o capacidad de trabajo a quien pueda adquirirla, que no es sino el
comprador de esa mercancía, organizado en empresa periodística.
Esa mecánica impone un pesado lastre para el libre ejercicio de la
profesión periodística: el eje sobre el cual se asienta, es decir, la
transmisión fidedigna de la información, del emisor al receptor, encuentra
tropiezos. El patrón, a menudo, impone limitaciones a ese derecho. No debe
extrañar: el control de la sociedad no solamente se logra a través del uso de
la fuerza sino, también, del convencimiento, para lo cual se requiere manipular
la información y lograr, de ese modo, la sumisión intelectual, pues la más
óptima explotación es aquella en la cual el explotado no solamente consiente en
ella sino la defiende como el mejor de los derechos. La libertad de expresión
se convierte, de esa manera, en letra muerta.
SIGNIFICADO DE LA PRISIÓN DE ASSANGE
No nos vamos a detener a examinar las razones por las cuales fue
detenido Julián Assange en Londres; tal tarea amerita la ejecución de otro
trabajo. Y no es porque dichas razones carezcan de significación sino porque no
son atingentes a la finalidad que nos hemos propuesto: destacar la importancia
de su captura, las razones que la provocan, los motivos que se esconden tras la
misma.
No cabe duda que ella guarda directa relación con la labor que realizara
el periodista al organizar WikiLeaks. Y, por supuesto, con la defensa
irrestricta del derecho a la libertad de prensa en su carácter tanto de derecho
fundamental al interior de una sociedad democrática, como otro de los derechos
humanos (que los Estados violan, constantemente y sin rubor).
LA ÉTICA PERIODISTICA
Nos interesa, sin embargo, destacar el significado intrínseco de la
labor que realiza el periodista. O, si se quiere, la labor que llevó a Assange
a la prisión. Porque el problema no es solamente jurídico sino,
fundamentalmente, ético. La captura de Assange no es cualquier captura pues
tuvo y tiene, a la vez, objetivos claros. Y estos no son sino condescender con
un poder planetario autoerigido como tal, hacer su voluntad e imponerla al
conjunto social como única verdad. Un poder a quien poco o nada le importa o
interesa la opinión pública o lo que piense el ciudadano particular. En
consecuencia, intentará impedir la protesta que surge espontáneamente ante lo
reprochable, buscará acallar lo que jamás ha de acallarse y tolerar lo que
nunca ha de tolerarse. Por lo mismo, para la comunidad no se trata de una
simple cuestión jurídica, entregada a los tribunales de justicia para su
resolución, sino una cuestión de honor; una secuencia que dice relación con la
dignidad de ese conjunto humano.
En el libro ‘Los hechos de los apóstoles’ —complementario de los
Evangelios—, se lee una frase que, en los difíciles años de la dictadura
pinochetista, sirvió para dar el nombre a un modesto periódico editado por
monjas y sacerdotes que anhelaban el término de ese régimen de facto: ‘No
podemos callar lo que hemos visto u oído’. Es una frase notable. Se impone,
sola, como verdad. Porque es un modo de vida, un comportamiento ético, una
forma fraterna de conducirse propia de todos los seres humanos.
Nadie puede callar lo que ha visto u oído, porque, de todas maneras,
toda persona es testigo obligado de la época en que le ha tocado vivir, del
período dentro del cual ha de existir. Y porque nadie, sino el sujeto indicado,
puede atestiguar sobre hechos que, en no pocas oportunidades, le han exigido,
incluso, protagonizarlos.
Desde ese punto de visto, existe la obligación ética de hablar, de
contar aquello que está oculto y que muchos son renuentes a revelar. Es lo que
le ha sucedido a Julián, quien ha visto y oído; y, por ende, no puede callar.
Es testigo obligado de hechos vergonzosos: debe hablar. Debe entregar su
testimonio. Porque, cuando nos revela la forma de manipular la información
empleada por el Pentágono para esconder sus crímenes, cuando nos revela los
negocios que hacen ciertos consorcios en perjuicio de las grandes mayorías
planetarias, cuando nos devela las intrigas y manipulaciones del poder,
implícitamente, está enseñándonos que solamente con la verdad es posible
construir esa sociedad diferente que no pocos intentamos construir.
ESCENARIOS FUTUROS PARA EL FUNDADOR DE WIKILEAKS
Hasta principios de año, era un hecho cierto que su traslado a Estados
Unidos podía ser extremadamente riesgoso dado que la pena de muerte existe en
varios estados de esa nación. Y aún, en aquellos en donde está prohibida, es
posible temer hechos que puedan poner en peligro su existencia. Y es que no
existe confianza en cuanto a suponer que el fundador de WikiLeaks pueda tener
un tranquilo pasar. No hay confianza en sus tribunales ni en sus eventuales
carceleros. Sobre este hecho, aseveró Stella Assange[5] a
los medios de comunicación hace un tiempo atrás:
“Estados Unidos no ha entregado garantía alguna en
relación con la Primera Enmienda [la posibilidad de que Assange pudiera
ampararse en la libertad de expresión que contempla la Constitución
estadounidense], y solo una garantía mínima en relación con la pena de muerte.
No se compromete a retirar las afirmaciones previas llevadas a cabo por la
Fiscalía de que Julián no puede gozar de los derechos contemplados en la
Primera Enmienda porque no es un ciudadano estadounidense”[6].
No obstante, en abril del mes pasado,
“Pocas horas antes de que culminara el plazo
concedido por los magistrados británicos Victoria Sharp y Jeremy Johnson,
este mismo martes, el Gobierno de Estados Unidos ha aportado ante el Tribunal
Superior de Justicia garantías de que Julián Assange recibirá un juicio justo si
finalmente abandona la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, a las afueras
de Londres, y es extraditado a ese país. Sin embargo, el equipo
jurídico del cofundador de WikiLeaks, y su propia esposa, Stella Assange, han
expresado su frustración y temor por la salud y la vida del exhacker ante
el compromiso expresado por Washington, que consideran muy poco solvente”[7].
Aquel es el peor escenario: Julián puede ser extraditado a Estados
Unidos. Y la muerte puede alcanzarlo, aunque no por condena, sino como sucede,
a menudo, con los prisioneros políticos: enfermedad, suicidio, accidente,
grescas con otros reclusos, en fin. No por otro motivo señaló, al respecto, la
secretaria ejecutiva de Amnesty International Agnés Callamard:
“En caso de ser extraditado a Estados Unidos,
Assange correrá el riesgo de sufrir graves abusos, entre ellos el de ser
recluido en régimen de aislamiento prolongado, práctica que violaría la
prohibición de la tortura y otros malos tratos. Las dudosas garantías diplomáticas
ofrecidas por Estados Unidos en cuanto al trato que recibirá, no valen más que
el papel en el que están escritas, entre otras razones porque no son
jurídicamente vinculantes y están plagadas de lagunas jurídicas.”[8]
En Estados Unidos, si es enviado a esa nación, va de ser juzgado por los
18 delitos que se le imputan. Aunque no los haya cometido. Según Amnesty
International,
“Julian Assange puede ser procesado en Estados
Unidos en virtud de la Ley de Espionaje de 1917, una ley de tiempos de guerra
que nunca tuvo la finalidad de penalizar el trabajo legítimo de editores y
periodistas. Julian Assange podría ser condenado a cumplir hasta 175 años de
prisión. Por el cargo de uso indebido de la informática, podrían condenarlo a
un máximo de 5 años”[9].
En este difícil escenario hay algunas alternativas que se encuentran
pendientes de resolución. En general, se trata de promesas, de posibilidades o
de buenas intenciones. Pero nada es seguro. Así, tenemos, por ejemplo, la
resolución del Parlamento australiano, de febrero de 2024, que aprobó por 86
votos contra 42 la moción del diputado Andrew Wilkie a través de la cual se
instaba a EE.UU. y Reino Unido a poner fin a la persecución del
fundador de WikiLeaks, Julián Assange, y permitir su regreso al país oceánico[10].
Esta moción fue considerada por el presidente Joe Biden quien así lo
manifestó a los periódicos, en abril pasado, con un escueto:
“Lo estamos considerando”[11].
Existe, también, una alternativa mejor y es que los tribunales
británicos nieguen su extradición a USA y lo devuelvan, finalmente, a
Australia, patria suya, lugar donde nació y cuya ciudadanía posee, pues, como
nacional de ese país, no debería ser juzgado por los delitos que se le imputan.
En estricta doctrina, las extradiciones no pueden concederse a
nacionales de otros países y enviarlos donde quiera que sea, salvo hayan
cometido delitos contra las personas o contra las cosas. En esos casos, lo
usual debería ser una consulta al país de origen del requerido; pero, en
Inglaterra, vasallo de Estados Unidos, no parece posible: son naciones que han
trabajado estrechamente en la protección de sus intereses y es difícil
separarlas de tales finalidades.
ESTADO FÍSICO DEL PRESO
Cuando, en febrero de este año, fue a visitarlo hasta Belmarsh su medio
hermano, el cineasta Gabriel Shipton, quedó éste impresionado al verlo. A su
regreso a Australia, denunció el hombre de cine al diario Financial Review el
calamitoso estado del fundador de WikiLeaks diciendo, profundamente conmovido,
que éste se encontraba
“[…] en un lugar horrible […] causa pavor
verlo deteriorarse […] está sufriendo todos los días […] su salud está en una
condición de alto riesgo […]”[12]
El cuerpo de Julián Assange se encuentra notoriamente deteriorado. Es
posible que, al momento de escribir este trabajo, su salud haya empeorado. No
puede moverse libremente desde el 19 de julio de 2012, fecha en que solicitó
refugio en la embajada de Ecuador, luego de ser acusado en Suecia por dos
extrañas denuncias de violación que, años más tarde, serían desestimadas.
Al cambiar la situación política en Ecuador, y asumir Lenin Moreno en el
carácter de nuevo jefe de Gobierno de esa nación sudamericana, se puso fin al
asilo concedido al periodista, y el 11 de abril de 2019 fue entregado a la
policía londinense
“[…] en virtud de una orden de extradición del
Departamento de Justicia de Estados Unidos. Se le acusa de conspiración para
intentar piratear un ordenador en relación con la publicación en 2010 de
información militar clasificada obtenida a través de Manning. El abogado de
Assange dice que la acusación es preocupante por sus implicaciones para la
libertad de prensa. El 23 de mayo, se anuncia que Assange ha sido acusado de 17 cargos
adicionales en virtud de la Ley de Espionaje”[13].
Había permanecido enclaustrado casi siete años en la embajada
ecuatoriana, y salía de esa legación no para gozar de la libertad sino para
ingresar a una prisión.
Julián es una víctima del sistema político mundial. Maltratado, cautivo,
relegado en un rincón de Gran Bretaña, mirando el rítmico suceder de los días a
través de las rejas, no es diferente a Nelson Mandela, otro preso ilustre que
debió pagar con cárcel su osadía de oponerse al imperio del poder planetario.
Porque de esa manera se paga el amargo precio de la lucha por la libertad,
aunque en diferentes ámbitos y épocas.
Julián, en la prisión de Belmarsh, se apaga a cada día que transcurre.
Su monstruoso delito ha sido contar la verdad a la humanidad. Inglaterra, al
enviarlo a prisión, no ha encarcelado solamente a un hombre sino a la
conciencia de esa humanidad. Quienes hemos encontrado un espacio donde estampar
nuestras opiniones y hacer oír nuestra voz, no podemos permanecer indiferentes
a tanta injusticia. Por lo demás, sabemos que la suerte de Julián es la que
puede esperarnos a la vuelta de la esquina. Es la advertencia que pende sobre
nuestras cabezas y, sobre quien quiera seguir su ejemplo. Pero eso no nos
atemoriza. Es más, nos urge a agotar nuestros esfuerzos para exigir la libertad
del fundador de WikiLeaks y a estrechar nuestros lazos, una y otra vez, con el
periodismo libre. Porque, como nos lo enseñara Salvador Allende poco antes de
su inmolación,
“Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se
detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia
es nuestra y la hacen los pueblos”.
La Conferencia de mayo, en Chile, ha sido importante en ese sentido.
Enhorabuena. Pero se necesita más. Es necesario despertar la conciencia
planetaria. Hacer luz. Más encuentros, declaraciones, peticiones, artículos,
simposiums, opiniones, protestas, movilizaciones, cartas, mensajes, titulares.
Todo aquello que pueda ayudar a conseguir su liberación. No dejemos morir a
Julián, que sería como dejar morir una parte nuestra.
Santiago, junio de 2024
[1] Repenning,
Alejandro: “Wikileaks en Chile: ‘Caso Assange podría tener graves consecuencias
para el futuro del periodismo’”, ‘El Mostrador’, 05 de mayo de 2024.
[2] Salazar, Julieta:
“Colegio de Periodistas solicita al Presidente Boric interceder por Julián
Assange en defensa de la libertad de prensa”, ‘El Ciudadano’, 14 de mayo de
2024.
[3] González, Alberto y
Olguín, Gonzalo: “Diputados oficialistas piden al Presidente Boric exigir la
libertad de Julián Assange”, Radio Biobío, 08 de mayo de 2024.
[4] Morales, Emilia:
“Assange, a las puertas de la extradición a Estados Unidos: la libertad de información
en manos de la justicia británica”, ‘Público’, 19 de febrero de 2024.
[5] Cónyuge de Julián.
[6] De Miguel, Rafa:
“EEUU aporta garantías mínimas que Assange no será condenado a muerte si es
extraditado”, ‘El País’, 16 de abril de 2024.
[7] De Miguel, Rafa: Id.
(5).
[8] Redacción: “Reino
Unido/Estados Unidos de América: Los cinco años de prisión de Julián Assange en
Reino Unido son inaceptables”, ‘Amnesty Internacional’, Abril 11 de 2024.
[9] Redacción: Id. (7).
[10] Redacción: “Aprueban
moción que insta a EEUU y Reino Unido a permitir el regreso de Assange a
Australia”, Russian Today, 15 de febrero de 2024.
[11] Cable de Agencia
EFE: “Biden examina el pedido de Australia de retirar los cargos contra
Assange”, 11 de abril de 2024.
[12] Redacción: “El
hermano de Assange describe su sufrimiento en la cárcel: causa pavor verlo
deteriorarse”, ‘Russian today’, 28 de marzo de 2024.
[13] Redacción:
“Cronología del caso Julian Assange: ¿qué hizo y de qué acusan al jefe de
Wikileaks?”, ‘CNN en español’, 26 de marzo de 2024.