EL APORTE DEL CIUS
Cuando
la CGT tomó su nombre definitivo (heredando estatutos, declaración de
principios y plataforma de lucha de la CTGACH y la COTIACH) puso el
énfasis en la necesidad de
seguir trabajando por construir una Central Única de Trabajadores.
Pese
a nuestro alejamiento de la Central Unitaria cuando ésta aceptó el
Seguro de Cesantía, seguíamos creyendo que en algún momento los
equivocados harían un mea culpa y
se la jugarían por la unidad de todos los abusados y explotados.
Profundo
error. Solo meses después los mismos que habían aceptado la imposición
gubernamental, validaban la reforma laboral que ponía termino a la
obligatoriedad de los balances
financieros en las organizaciones con más de 250 socios, así como el
término de la facultad de las Inspecciones del Trabajo para auditar las
finanzas sindicales en caso de denuncias de trabajadores por mal uso de
sus fondos.
Quedó
claro entonces y ha seguido siendo ratificado por decires y actuares,
que un sector del sindicalismo chileno entregó la oreja al sistema y
comenzó a convivir con los
patrones y el gobierno, aduciendo que solo el dialogo y los acuerdos
podían generar mejoras para la clase trabajadora.
Todas las reformas laborales desde entonces son muestra de esta traición a la clase.
Ante
tal cuadro decidimos explorar todos los caminos que nos permitieran
acercar posiciones con aquellas organizaciones de trabajadores que, más
allá de la diferencia en
conceptos y acciones, antepusieran a todo la defensa irrestricta de las
demandas y aspiraciones de los trabajadores.
Fue
así que en diciembre de 2014 en nuestra sede nos reunimos con
compañeros de la Confederación Bancaria, la CEPCH y la UCT. La primera
lectura de esta reunión dio cuenta
del interés por trabajar en una convocatoria amplia y abierta a todos
los clasistas - aquellos que defienden a ultranza a los
trabajadores y sus demandas – con el objetivo de construir un
instrumento que nos permitiera generar unidad en la acción, con
el antecedente previo de que ya UCT y Bancarios habían unido fuerzas
para conmemorar juntos el primero de mayo.
Diferentes
compañeros y compañeras se enteraron de este empeño y lo hicieron suyo,
así un 12 de febrero de 2015 en nuestra sede se constituyó el Comité de
Iniciativa por
la Unidad Sindical – CIUS – que desde entonces hizo uso de todos los
espacios para promover la educación y la organización de los
trabajadores, naciendo de este empeño sindicatos, Federaciones,
Asociaciones, Coordinadoras en diferentes áreas de producción
y servicios.
El
CIUS hizo de la calle y la visita a empresas su campo de acción.
Exposiciones fotográficas, entrega de propaganda, manifestaciones, foros
y debates varios hicieron posible
el trabajo conjunto con todo tipo de organizaciones, siendo el punto
más alto la coordinación para rechazar las últimas reformas laborales en
el gobierno de Bachelet.
El
CIUS trabajó incansablemente pro la unidad de la clase y a mediados de
2017 convocó a un ampliado sindical que tomó la resolución más
importante hasta entonces de este
sindicalismo clasista. Avanzar hacia la construcción de una Central
Sindical, proceso largo y trabajado que vio la luz definitivamente el 01
de septiembre de 2018.
Casi
todas las organizaciones que activábamos en el CIUS resolvimos
incorporarnos a la Central Clasista y ahí estamos ahora avanzando,
lentos pero seguros, en la construcción
del instrumento de organización de los trabajadores. Las que no lo
hicieron y tomaron un camino diferente siguen siendo nuestras hermanas
en el trabajo hacia la clase trabajadora y más temprano que tarde
volveremos a cerrar filas en el m ismo camino.
Por eso la reunión solemne del 12 de febrero del 2020, fue justa y emotiva.
Todos
los que ahí estuvimos, hemos hecho un aporte a la lucha de los
trabajadores y aunque pudimos haber cometido errores en ese camino,
hemos sido honestos y absolutamente
probos, lo que nos da moral para hacer y decir, más allá de las fallas
que pudiéramos tener y de las que nadie está libre.
Salud
a los constructores del CIUS, porque más allá de todo dieron un paso
adelante en el trabajo de unidad y lucha y eso será reconocido en la
historia del movimiento sindical
chileno.
LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES
Desde
siempre los trabajadores han debido aceptar las resoluciones e
imposiciones del capital, pues este es quien en definitiva determina el
que hacer de los gobiernos, salvo
honrosas y contadas excepciones.
Cuando
las carencias y dolores llegaron al extremo de impedir vivir en las
mínimas condiciones, la población - y los trabajadores entre ellos -
explosionó y después de duros
enfrentamientos logró avances en algunas leyes que los regían, sin que
por eso el nivel de vida mejorara según lo que se demandaba al inicio de
las luchas, que no era otra cosa que una sociedad más digna y justa.
Así llegaron las leyes de habitaciones obreras, descanso dominical, jornada de trabajo, entre otras.
No
obstante el costo pagado en vidas humanas fue enorme, además de que las
duras condiciones de los enfrentamientos provocaron una merma en el
número de socios y el actuar
de las organizaciones así como un repliegue de las mismas, aprovechado
por el Estado y el capital para imponer algunas de sus condiciones.
Que conclusión podemos sacar de lo anterior?
Siempre
hemos sido abusados en nuestros derechos y solo hemos reaccionado
cuando el abuso está a punto de matarnos. Sin embargo a pesar de algunos
avances en leyes que disminuyeron
el abuso y la explotación, y por las que pagamos miles de vidas, no
logramos mantener la fuerza y disposición de los miles que lucharon y el
sistema continúo estableciendo las condiciones en las que vivimos.
QUE ES UNA CONSTITUCIÓN?
Los
países tienen Constituciones, las que en palabras simples pueden
definirse como la ley suprema que establece los derechos y garantías
fundamentales de los habitantes
de una nación. No obstante y como las mismas son elaboradas por quienes
detentan el poder, estás constituciones tienden a representar intereses
y garantías de la minoría dominante.
Nuestro
país no es la excepción, por lo mismo las Constituciones que nos ha
regido no han representado los derechos y garantías de TODOS los
habitantes de la nación, sino
solo aquellos de la minoría en el poder.
Sin
embargo, la última constitución (1980) fue elaborada e impuesta por la
dictadura y desde su entrada en vigencia se hizo un imperativo demandar
su cambio.
Pese al discurso político poco o nada se avanzó por cambiar de verdad la constitución que nos rige.
Sucesivas
acciones de protesta desde 1990 no consiguieron más que cambios
cosméticos, incluida la rúbrica en una constitución modificada, puesta
por el presidente R. Lagos.
Sin
embargo dicho cuerpo legal mantiene inequidades como la prohibición de
aspirar a cargos parlamentarios a dirigentes sindicales y poblacionales.
No
fue hasta la rebelión popular iniciada desde mediados de octubre de
2019 que las cosas cambiaron. Y cambiaron de tal manera que los
detentadores del poder se vieron obligados
a hacer algunas concesiones, que en todo caso no permitirán el cambio
que la mayoría del pueblo aspira.
Y quienes aspiran a participar del proceso anunciado para abril de 2020 tienen que tener esto muy claro.
QUE QUEREMOS LOS TRABAJADORES?
Quienes
luchamos por los derechos de nuestro pueblo aspiramos a una
Constitución que reconozca derechos irrenunciables de la ciudadanía,
como por ejemplo:
"Todos los habitantes del país tendrán asegurada la atención de salud preventiva y curativa desde que nacen y hasta que mueren".
"Él
Estado será el dueño absoluto de todas las riquezas naturales,
minerales, la electricidad, comunicaciones y ninguno de los habitantes
del país podrá ser privado de
ellas en ninguna de las formas".
Mientras
la Constitución no reconozca a cabalidad estos y otros derechos
deberemos seguir luchando por ellos. Sin embargo, y está es la claridad
más importante que debemos
hacer como organización sindical, no podemos ni debemos restarnos de
participar en el proceso del 26 de Abril, ante todo por qué desde que se
instalará la Constitución pinochetista abogamos por el cambio de la
misma.
Por
eso, en Asamblea de dirigentes de la CGT y tomando en consideración la
opinión entregada en diversas asambleas de base, se ha resuelto llamar a
los trabajadores a marcar
APRUEBO en el plebiscito del próximo 26 de Abril de 2020.
Cómo
el llamado a plebiscito contiene también la definición del instrumento
que redactará dicha constitución y teniendo en consideración que se debe
optar por "Convención
Mixta" o "Convención Constitucional" se resuelve invitar a marcar
"Convención Constitucional" dado el caso que solo se presentan 2
alternativas.
Hay
que dejar claro que ninguna de las alternativas permite que sea el
pueblo quien en forma soberana elija una Asamblea y que sea está la que
determine el quórum con el
que se aprueben los distintos artículos.
Finalmente
queremos decir que no tenemos esperanzas de que el proceso que se
desarrollará arroje como resultado una Constitución que reconozca los
derechos de la ciudadanía.
Reiteramos
nuestra convicción de que esto solo será posible de lograr, con un
pueblo movilizado y organizado en miles de instrumentos de base.
Por
lo tanto hay que participar del proceso que se avecina sin olvidar que
es un paso pequeño dentro del enorme proceso de construcción de una
nueva sociedad más digna y
justa.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de Trabajadores
Secretario C.G.T. CHILE