La
Confederación General de Trabajadores- CGT CHILE – integra junto a
otras organizaciones sindicales, el Comité de Iniciativa por la Unidad
Sindical – CIUS – referente independiente y autónomo que apunta a la
unión de todas aquellas organizaciones que tienen en los trabajadores al
actor principal del proceso de cambio social.
Nuestra
CGT sostiene que dicho cambio solo pueden hacerlo los trabajadores
conscientes y que el primer paso para la creación de la conciencia de
clase está en la educación.
Solo trabajadores que conozcan de su historia, podrán esforzarse por cambiarla. Por eso salimos a la calle a entregar propaganda, difundir derechos y llamar a la organización.
Vivimos
tiempos difíciles pero no nos arredran. Nacimos para enfrentar y vencer
las dificultades. Creemos firmemente en que el tiempo de espera terminó
y que el futuro es de educación organización y lucha.
Por eso, en este mes de Abril, previo a la gran conmemoración clasista y teniendo claro que muchos hechos requieren de nuestra opinión, hemos resuelto entregar algunos pasajes de la hermosa lucha dada por los trabajadores.
Solo nos queda tomar las banderas y mantenerlas al tope, hasta la victoria.
LOS TRABAJADORES, SUS LUCHAS Y EL PRIMERO DE MAYO
“El primero de Mayo no es una fecha conmemorativa, no es un aniversario, no es una fiesta. El primero de mayo es un símbolo de esperanza.
Un
día en el cual se dan cita los trabajadores del mundo entero, para
estrechar cariñosamente su amistad, salvando con el pensamiento las
distancias, los desiertos, las montañas. En una palabra salvando las
fronteras marcadas por banderas.
Es
un día en que a un tiempo, en todos los países simultáneamente, en un
mismo momento, los trabajadores todos, ponen silencio majestuoso a la
labor diaria, se cruzan los brazos, el trabajo cesa, la fragua, el
martillo no golpea, todo queda en inmutable silencio. El taller vacío
llora la ausencia de obrero, sin el cual no hay vida.
Es
un día el primero de mayo, en que los proletarios del universo entero
–al parar el trabajo- lo hacen para expresar a la clase capitalista
gobernante, su protesta y su queja por la explotación permanente en que
hemos vivido hasta hoy.
El
primero de mayo es la fecha escogida para repetir año tras año nuestras
peticiones de modificación de la vida social, que en su organización
defectuosa quita a muchos el patrimonio, para darle a unos pocos en
perjuicio del mayor numero.
El
primero de mayo es una demostración universal de clase a clase. La
clase proletaria señalando sus dolores, sus miserias, su ignorancia,
para que ellas avergüencen al mundo, para que ellas se hagan
desaparecer.
El
primero de mayo es también un día de regocijo, de placer, porque las
multitudes se sienten mas fuertes al verse unidas, porque se comprende
lo que vale esta fuerza unida, compacta y bien encaminada.
El
primero de mayo es la demostración evidente de la fuerza obrera, de la
fuerza productora que necesita ocupar en el banquete de la vida, un
sitio igual que los demás.
Paralizar
las faenas en este día en todo el mundo, es elevar la formidable
protesta contra todas las tiranías que han creado los hombres en contra
de sus semejantes.
Paralizar
el trabajo es demostrar la unidad de pensamientos y que se esta
dispuesto a luchar para conquistar el provenir lleno de felicidades
para el mundo.
SALUD AL PRIMERO DE MAYO – SALUD AL DIA DE LOS TRABAJADORES
Publicado en el Grito Popular, Iquique, 1º Mayo 1911, por Luis E. Recabarren S.
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El primero de mayo de 1886, los trabajadores de la Federación de Sindicatos Organizados y Uniones Laborales de los Estados Unidos y Canadá, realizaron una huelga en demanda de 8 horas de trabajo, 8 horas de reposo y 8 horas de recreación.
En este año 2016, 130 años después de ese valiente y justo grito reivindicativo, el gobierno chileno, los legisladores han dejado establecida la inviabilidad de las demandas de Chicago. Ese y no otro es el significado de las reformas aprobadas.
Avances y retrocesos han tenido los trabajadores en algo más de un siglo, desde que miles se fueran a la huelga demandando de sus patrones una jornada digna de trabajo, respeto al descanso y derecho a recreación.
Lo que no podemos olvidar es que el capital hizo, hace y hará todos los esfuerzos para anular los derechos básicos de la clase trabajadora.
Si no es suficiente la legislación laboral, o si la misma avanza en algunos temas mas allá de lo que sea tolerable para los capitalistas, golpearan con sables, con fusiles, con privación de derechos, con desaparición y muerte.
Por
eso no se puede negar ni atenuar la confrontación de clases. Y es que
se trata de una lucha sin pausas entre el capital y quienes entregan a
vil precio su fuerza de trabajo.
Una lucha que tienen sus orígenes en el momento mismo en que los menos comenzaron a explotar a los más. Una lucha que nos obliga a hablar y actuar.
No hay posibilidad de dialogo ni trabajo conjunto con quienes abusan y aquellos que les dan las herramientas para hacerlo.
No la habrá mientras no se legisle sobre cuestiones tan básicas como el pago de locomoción y alimentación, 8 horas diarias de trabajo, derecho a sala cuna para todas las trabajadoras, entre muchas otras.
Pero debemos tener muy claro también que estas y otras demandas solo serán satisfechas con trabajadores activos y concientes, organizados y decididos.
Esa es, por lejos la mayor enseñanza que podemos sacar de nuestra historia.
Es la que debemos transmitir a hombres y mujeres, trabajadores todos, en este nuevo primero de mayo.
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54 años antes de los sucesos de Chicago – en 1832 – brotó la primera huelga impulsada por los carpinteros en Filadelfia, quienes demandaban una jornada de 10 horas diarias de trabajo, reivindicación que coronaron con el éxito.
El ejemplo prendió entre los albañiles de Manhattan, los molineros de los grandes lagos, los mecánicos y obreros portuarios, y aunque en una primera etapa no tuvieron éxito, se mantuvieron firmes en su exigencia.
En 1833 en Inglaterra se logra una gran conquista en el parlamento, al establecer la jornada laboral de 8 horas para los menores de 13 años, consiguiendo años mas tarde una jornada de 10 horas para adolescentes y mujeres.
Diferentes textos sitúan entre 1837 y 1840 el momento en que en Estados Unidos se legisla sobre la jornada laboral de los empleados fiscales, estableciéndola en 10 horas.
En 1842 dicho beneficio sería concedido a los niños trabajadores.
Un
primer congreso sindical en Estados Unidos, apoyándose en la
legislación para los empleados fiscales, levantó el 12 de Octubre de
1845 la bandera de las 10 horas, que fue apoyada luego por huelgas
metalúrgicas en Pitsburg.
Al promediar los años 60 del Siglo XIX, existía en Estados Unidos un movimiento mas estructurado que luchaba por alcanzar la demanda de 8 horas.
Organizaciones como las Grandes Ligas por las 8 horas, la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo y la Federación de Gremios y Sindicatos Organizados de Estados Unidos y Canadá encabezan la lucha.
La Asamblea Nacional del Trabajo celebrada en Baltimore Estados Unidos en 1866, con 70 organizaciones sindicales y 12 Uniones Nacionales proclamó:
“La
primera y gran necesidad del presente para liberar al trabajador de
este país de la esclavitud capitalista, es la promulgación de una ley
por la cual la jornada de trabajo debe componerse de 8 horas en todos
los estados de la unión americana”.
¿Y que pasaba en nuestro país en ese tiempo?
Dice el profesor Fernando Ortiz que “en Chile se produjo la primera rebelión minera en 1834, en Chañarcillo y que se sucedieron hechos similares de rebelión obrera en la zona del carbón, en el año 1859”.
Hernan Ramírez Necochea escribe: “ Entre 1884 y 1889 hubo al menos 59 conflictos obreros, alcanzando un promedio de 2 por mes en 1889, afectando a sectores variados de trabajadores como mineros, tipógrafos, textiles y portuarios”. Todos los movimientos sin excepción -continua Ramírez Necochea- fueron reivindicativos. En ellos se pedían alzas de salarios, respeto a los compromisos suscritos entre obreros y empresarios, mejoramiento de las condiciones de trabajo, etcétera.
Coinciden
los escritos de la época en que el elemento que hacía detonante en
Norteamérica y en Chile, era la indignación que provocaba en los obreros
la inhumana explotación de la que eran victimas.
¿Entonces cuando y donde se toma la decisión de dar un nuevo paso en la lucha?
El
Cuarto Congreso de la Federación Norteamericana del Trabajo, realizado
en Chicago en Noviembre de 1884 convoca a una huelga general para 18
meses después, el primero de mayo de 1886. Cuando llegó el día la
consigna fue precisa:
¡¡
A PARTIR DE HOY NINGUN OBRERO DEBE TRABAJAR MAS DE 8 HORAS POR DIA. 8
HORAS DE TRABAJO, 8 HORAS DE REPOSO, 8 HORAS DE RECREACIÓN!!.
¿Por que se eligió el primero de mayo para convocar a la huelga general?.
Al parecer esa era la fecha en que tradicionalmente se renovaban los contratos de trabajo, tanto en Estados Unidos como en Europa.
En la fecha resuelta por los sindicalistas se declararon 5 mil huelgas y más de 340 mil huelguistas dejaron las fábricas, atendiendo al llamado de sus dirigentes.
El
mismo día 125 mil obreros conquistaron las 8 horas, al terminar Mayo
eran 200 mil y al término del año un millón de trabajadores había
conquistado tal derecho.
Los logros obtenidos no fueron gratuitos, la represión se hizo sentir fuertemente en diversos lugares ese primero de mayo de 1886.
9 trabajadores muertos en Milhuoky, enfrentamientos callejeros entre policías y manifestantes en Filadelfia, Lousville, Saint Louis, Baltimore y Chicago.
Haciendo referencia al importante paso dado, se escribió en un informe de la A.F.L.:
“Jamás
en este país ha habido un levantamiento tan general de las masas
industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo, ha
impulsado a millares de trabajadores a afiliarse a las organizaciones
existentes, cuando muchos hasta ahora habían permanecido indiferentes a
la acción sindical”.
En Chicago, ciudad a la cual pertenecía la mitad del total de obreros que entraron en huelga, los sucesos tomaron un giro conflictivo.
Allí se trabajan todavía 13 y 14 horas. Muchos obreros jamás veían a sus mujeres y sus hijos a la luz del día.
Por años desde todos los rincones de los Estados Unidos, llegaban a Chicago por miles los trabajadores y sus familias. Yanquis, rebeldes, irlandeses, judíos, eslavos, polacos, rusos.
Ya
el 16 de Febrero de 1886 había estallado la huelga en la fábrica de
maquinaria Mac Kormics, que seguía operando con krumiros, proporcionados
por la empresa de los hermanos Pinkerton.
El primero de mayo se produjeron encuentros entre los amarillos de Mac Kormics y trabajadores de la cuidad que habían acogido el llamado a la huelga general.
Al día siguiente la policía disolvió violentamente un mitín de 50 mil huelguistas.
El 3 de mayo durante una manifestación y sin que mediara provocación alguna, la policía disparó a quemarropa sobre la muchedumbre desarmada, dando muerte a 6 trabajadores e hiriendo de consideración a decenas de huelguistas.
August Spies participó en la manifestación. En su condición de testigo de los hechos y periodista editó una circular en la que decía:
“Los amos han soltado a sus sabuesos. La policía mató a 6 de nuestros hermanos en la fabrica Mac Kormic esta tarde. Mataron a esos pobres porque ellos, al igual que ustedes, tuvieron el valor de desobedecer la voluntad suprema de sus patrones.
Los mataron porque osaron pedir que se acorten sus horas de trabajo.”
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE