Harto se ha
dicho y escrito sobre el conflicto en Chiloe en estas ultimas semanas.
Como se hace siempre respecto de cualquier cosa que altere la aparente
tranquilidad sobre la que se mueve este país. Así fue cuando lo de los
cerdos en Freirina, el gas en Punta Arenas, las manifestaciones de
contratistas y subcontratistas, los derrames de petróleo, la lucha de
los trabajadores forestales, los marítimos y un largo etcétera.
El grueso de
la acción social se limita a solidaridad por redes, envío de alguna
delegación al epicentro del conflicto y cuando se puede (por que las
carencias las tenemos todos) ayuda material que siempre es bienvenida.
Así, se va pasando de un conflicto a otro sin que se asuma abiertamente
que el responsable es el sistema y que lo que corresponde es rebelarse
contra él.
Claramente hay
un problema de dirección, de intereses contrapuestos que permanecieron
ocultos mientras se construía el petitorio y que afloran cuando se logra
romper el cerco de los dueños de las comunicaciones. No podemos
desconocer que en los grupos que demandas hay algunos que resultan más
permeables que otros a la musiquita del sistema.
Por ultimo,
esta el siempre latente interés político, esa maldita costumbre de
tratar de apropiarse de la dirección del conflicto, llevarlo para los
interese particulares y tratar de construir desde allí plataformas
futuras, que no siempre consideran a los que efectivamente estaban
complicados y que se rebelaron.
Resultado?
Acusaciones cruzadas, extravío del objetivo principal, soluciones
cortoplacistas que no dan respuesta a las demandas de fondo y muchas
veces el quiebre y la constitución de nuevos referentes. ¿Como no darnos
cuenta que es esto lo que le da vida al sistema?
Del caso de
Chiloe, aún en desarrollo, tenemos que conocer bien todo lo que ahí
sucede, sacar lecturas que posibiliten nuestro trabajo futuro,
principalmente en este tortuoso proceso de construir la unidad,
profundizando en la integración y la participación de todos.
Para graficar
lo anterior me permito invitar a leer la entrevista que da Teresa
Calfunao, presidenta de la Agrupación de Orilleras de Duhatao (The
Clinic 646, pagina 14). Con un vocabulario simple, sin grandes
construcciones gramaticales ella muestra que es lo que sucede por allá.
Dice Teresa “Soy
orillera desde niña, madre de tres hijos y chilota de tomo y lomo. Todo
lo que he conocido en mi vida es el mar”. “Sin el océano no se como los
chilotes podríamos salir adelante”. “Todos estos años de experiencia me
han permitido ver como de a poco el mar se ha ido apagando”.
“La
desgracia que vivimos hoy, viene desde hace una década consumiéndolo
todo”. “Hace menos de un mes empezamos a ver una espuma verde. “En ese
tiempo nos llegó el rumor de que las salmoneras habían tirado miles de
toneladas de salmón podrido cerca de la costa. No lo podíamos creer.
Aparecieron miles de mariscos muertos en la orilla”.
“Nos
dijeron que la muerte era por una marea roja agresiva, que nada tenia
que ver con los salmones ¿Cómo son capaces de mentirnos así a la cara.
“Esto es una contaminación tremenda”.
“Acá todo
comenzó con el boom del comercio internacional, las exportaciones. Se
prometió trabajo para los chilotes, que las industrias que llegarían a
la zona cambiarían nuestra calidad de vida”. “Luego vino la ley de
pesca que repartió el mar entre los ricos y no solo eso, si no que
también les dio todas las facilidades para que hicieran lo que quisieran
con el”.
Pueden
constatar la forma clara con que Teresa expone su realidad. Sin muchas
vueltas deja al desnudo el perverso rol del modelo y sus promotores en
el gobierno. El dicho popular de “pan para hoy, hambre para mañana” es
perfectamente aplicable en Chiloe.
Y eso no es
todo, Teresa se toma su tiempo para exponer algunos argumentos de por
que ha pasado todo esto, critica y propone, denuncia e invita a
rectificar.
“Nosotras
las mujeres orilleras no estamos bien representadas por los pescadores,
el primer petitorio que sacaron estaba firmado por puros hombres. El
segundo fue más inclusivo pero los hombres siguen dominando. Acá las
mujeres no tenemos voz y eso no puede seguir así”
“Los
hombres no se hicieron cargo de las orilleras en los petitorios y por
eso nosotras estamos alzando nuestra voz” “Debemos luchar por nosotras y
los pescadores también deberían luchar por sus mujeres, no estamos solo
para servirlos”.
“A veces
pienso en el pasado y creo que pudimos haberlo hecho mejor”. “Los
pescadores, cuando se discutió la ley de pesca, no defendieron lo que
tenían que defender” “Se pusieron a pelear las cuotas en vez de ver el
tema de fondo”. “Ahora piden derogar la ley pero en su momento no se
luchó con fuerza por nuestro medio ambiente”.
“Yo creo
que si las mujeres hubiéramos participado mas, las cosas serían
distintas, pero se negoció entre 4 paredes, entre sindicatos de
pescadores”
Sin duda
provocaran reacciones los comentarios de Teresa, pero si estos permiten
sacar conclusiones para mejorar el trabajo, será muestra inequívoca que
vamos por el camino correcto.
Otro tema que corresponde analizar es el llamado proceso constituyente, que se supone concluirá en una nueva Constitución.
Un proceso muy
particular porque, siendo la Constitución un instrumento que afecta a
todos los ciudadanos, no habrá participación real de estos en la
generación y aprobación de la misma.
Un folleto entregado por el gobierno define la Constitución como “La
llave maestra de nuestros derechos y libertades, tan poderosa que
ninguna ley o regla la puede contradecir. Es la que establece las
principales instituciones del país, como se van a relacionar los
poderes con las personas y que derechos y deberes tenemos. Es la madre
de todas las leyes de un estado,”
Visto así, lo
lógico sería que el Estado estableciera los mecanismos para que
efectivamente nosotros, los ciudadanos del país, pudiéramos
pronunciarnos sobre esta ley madre que regirá nuestros destinos y el de
las futuras generaciones. Lamentablemente, todo indica que no es el
camino escogido y que al final quienes tomarán la determinación serán
los mismos que hoy por hoy se reparten el poder .
En el folleto
mencionado se indica la existencia de una página web donde se puede
acceder y participar respondiendo un cuestionario. Luego vienen los
llamados encuentros de Nivel Local, donde se puede participar junto a
otras personas de un proceso de discusión y de toma de resoluciones que
servirán como propuestas. Las conclusiones del nivel local se discutirán
en Cabildos Provinciales que deben registrarse y elevaran conclusiones
para el último nivel de análisis y discusión que tiene por nombre
Cabildos Regionales.
A todo este
proceso se llama Diálogos Ciudadanos, pero en ningún caso está asegurada
la participación efectiva de los ciudadanos y los resultados hasta
ahora difundidos dan cuenta de una baja participación. Aún así, seamos
optimistas y pensemos que millones de ciudadanos participaran de estos
Diálogos, lo que permitirá montones de ideas y propuestas para una nueva
Constitución.
Y es aquí donde se produce uno de los 2 grandes problemas que se detectan al leer el documento del gobierno.
Resulta que
todos los insumos resultantes de las reuniones ciudadanas, van a
compendiarse en un documento que se llamará Bases Ciudadanas, las que
servirán para que la presidenta de la república envíe un proyecto de
cambio constitucional. ¡¡¡¡Plop!!!!, como dice Condorito
O sea que la
presidenta va a elaborar un proyecto de cambio constitucional y en
definitiva quien va a resolver la nueva constitución será el Parlamento.
¿Quién va a
creer que serán capaces de resolver una nueva Constitución los que han
vendido su alma al diablo o sea al capital, quienes arreglan todo entre
ellos porque mas allá de las diferencia de coaliciones, están hermanados
por el modelo que les permite lucrar, corromperse y vivir como reyes,
mientras la mayoría de los ciudadanos se las arregla a duras penas para
llegar a fin de mes?. No vale la pena participar de un proceso como
éste.
Hacerlo es seguir validando instrumentos que son el fiel reflejo de la no participación ciudadana.
Tenemos una monumental tarea por delante.
Ser capaces de
mostrar a nuestro pueblo la realidad en la que nos desenvolvemos y
desde esa construcción de conciencia comenzar a levantar los
instrumentos que posibiliten la participación activa y decidida de los
descontentos.
Solo así podremos recuperar las riquezas básicas, el mar, en suma construir una sociedad más justa y digna.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE