Perdimos
de analizar varios temas importantes durante el mes de abril, pero la
cantidad de comentarios recibidos y la demanda del libro indican que fue
un acierto haber dedicado los 2 últimos Pulsos a exponer lo que
aconteció en los años previos al 1 de mayo de 1886 y también con
posterioridad a la fecha histórica.
No
solo porque nunca está de mas reiterar que es la voracidad del capital
la que impulsa a los trabajadores a unirse y enfrentarlo, sino también
por que se debe insistir permanentemente que para salir airosos de ese
enfrentamiento se debe contar con una poderosa y firme organización, que
aglutine a los explotados.
Una
organización autónoma e independiente de verdad, con dirigentes
impolutos, con bases dispuestas a la lucha por que han sido educadas
para ello.
Sin
organización no hay posibilidades de construir propuesta que sea
asumida por la clase. Propuesta de demandas a satisfacer en una primera
etapa, hasta concluir en la propuesta de una sociedad distinta que debe
construir todo un pueblo organizado.
Sin organización no hay victoria. No podemos olvidarlo.
Este
primero de mayo volvimos a salir con nuestras banderas a difundir los
principios clasistas y nuevamente no se pudo concluir el acto por la
actuación desproporcionada de Carabineros, que responden con inusual
prontitud y utilizando todo su arsenal para frenar el actuar de un
grupito, cuyo único objetivo parece ser complicar el actuar de quienes
nos rebelamos contra el sistema y que claramente consigue su objetivo.
Quienes conforman estos grupitos?
¿Serán
compañeros que buscan expresar su descontento con el modelo? ¿Y si es
así, por que no se van a fregar las actividades oficialistas, o
simplemente se instalan en el lugar que se les ocurra y se dan con los
pacos hasta que se cansen?
Nosotros
conocemos de las razones que hacen que se llame a combatir a este
modelo que profundiza las desigualdades y, aunque no estamos de acuerdo
con algunos de los métodos que se utilizan, tenemos muy claro cual es el
adversario que enfrentamos por lo que saludamos todas las iniciativas
que reflejen el descontento.
¿Por
qué entonces se insiste en provocar desmanes, que lo único que
consiguen es una represión desproporcionada y la utilización de imágenes
que los medios de comunicación usan a destajo para atemorizar y
confundir a nuestro pueblo?
Hemos
protestado con barricadas y otros elementos y volveremos a hacerlo cada
vez que sea necesario, como ahora lo hacen nuestros hermanos en Chiloe,
pero son protestas en las que participa mayoritariamente la población,
protestas a las que se llega después de un largo proceso de convicción y
educación popular, protestas que suman y no restan. ¿O será que hay
quienes se preocupan porque se va desarrollando la unidad y construyendo
propuesta y hacen todo por torpedear el proceso?.
Cualquiera
sea la razón no podemos perder el norte. No estamos construyendo un
instrumento para satisfacer las aspiraciones de un grupo en particular,
por muy justas que estas sean. Como sindicalistas buscamos que los
trabajadores despierten y se subleven, construyan sindicatos y presenten
demandas colectivas, dentro y fuera de la legislación cuando sea
necesario.
Sus
razones tienen los que nos descalifican pero debemos ignorarlos, ellos
tuvieron la oportunidad de ponerse al lado de los trabajadores y luchar
codo a codo con ellos. ¿Prefirieron ser parte del sistema?, entonces no
reclamen si les llamamos como se merecen. La organización clasista debe
seguir progresando y aunando voluntades.
Desde antes del gobierno de Bachelet que se vienen sucediendo hechos que reflejan el descontento de diversos sectores de la población.
Se
trata de los olvidados, los avasallados por el sistema, aquellos que
han debido rebuscárselas para sobrevivir porque se instaló un modelo
económico, que centra su éxito en la explotación exacerbada de los
recursos naturales y la fuerza de trabajo, modelo que dijeron iban a
cambiar cuando ofertaron la alegría pero que solo ajustaron para seguir
fregándonos igual.
Y
cuando el vaso es rebalsado viene la expresión de descontento que pone a
todos a buscar soluciones, pero no las que pongan fin a los abusos sino
aquellas que por la vía de algunas concesiones pequeñas y muchas
dadivas de corto plazo (bonos y similares), dividan a los que reclaman
cambios de fondo.
Estalla
un conflicto y los medios de comunicación se preocupan hasta el
hartazgo de quienes, un tiempo antes de la explosión, ni siquiera eran
considerados en los reportes de prensa. Y todo tipo de autoridades que
se hacían los de las chacras, comienzan a constituir comisiones
investigadoras, disparan contra el gobierno de turno o hacen
autocríticas vacías, proponiendo soluciones a todo lo que hasta hace
poco era ignorado.
Todo esto y mas, hasta que aminore el temporal, luego se vuelve a la “normalidad”.
¿Porque
tendría que haber drama en los pescadores artesanales y en todos
aquellos que viven de los recursos que el mar entrega, si tenemos una
enorme extensión rica en recursos, suficientes para que todos satisfagan
sus demandas?
Putas,
por que privatizaron el mar y lo entregaron a los depredadores. Así
como volvieron a entregar las riquezas minerales a los capitales
extranjeros, como privatizaron el agua, las telecomunicaciones y hasta
las carreteras, así esta el mar en poder de algunos grupos económicos
que se quedan con casi todo y a nuestros viejos del mar solo les dejan
las sobras.
Por eso lo siguiente es doloroso pero necesario de decir.
No
basta la gran explosión de rebeldía, como la que está en desarrollo en
Chiloe en este momento. No puede ser una explosión que se apague con
algunas monedas y compromisos hueros. Esto ya lo hemos vivido antes, en
Aysen, en Punta Arenas con el gas, en la minería del cobre con la lucha
de los contratistas y subcontartistas.
No
basta la solidaridad en las redes sociales, ni las delegaciones que van
a constatar lo que ya todos sabemos que sucede. No son suficientes las
marchas de apoyo.
Estamos
obligados a reunir ese conjunto de demandas ciudadanas y levantarlas
con fuerza, luchando por ellas hasta que sean concedidas. Solo podemos
hacerlo organizándonos. Hay que operarse de todo ese lastre que con el
titulo de autoridades de gobierno o parlamentarios poco o nada han hecho
para que de verdad se responda a las aspiraciones populares.
Para eso requerimos URGENTE la unidad de todos los que están hartos.
Una
pregunta al cierre. Es la resolución del Tribunal Constitucional lo que
complica las reformas laborales?. NO, Estas reformas - incluso antes de
ir al TC – son una burla a los trabajadores chilenos. Más del 80% de
los asalariados de este país requiere cambios de verdad, reales, no
monedas que se intercambien en el parlamento. Deben ser retiradas y
reemplazadas por un proyecto que asegure pago de locomoción, colación
diaria, uniformes y calzado, 8 horas diarias de trabajo continuas
incluida la media hora de colación, gratificación garantizada de 4,75
IML pagada en doceavos, entre las mas importantes.
Por estas demandas hay que llamar a un paro.
Lo demás son cantos de sirena y no hay que escucharlos.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T CHILE