Al
mediodía de un nublado 30 de marzo del 2016 despedimos a Julia del
Carmen Escobar Guzmán. Hijas e hijos junto a sus cónyuges, nietos y
bisnietos, además de vecinos y amigos la acompañamos al lugar donde
reposaran sus restos, junto a los de su esposo, ese gran luchador
ferroviario y compañero entrañable, Manuel Gonzalez Vargas, fusilado en
Octubre de 1973 en el Cerro Chena.
Julia
nació un 8 de Marzo de 1926 en Linares, vivió la dura vida del pueblo
proletario y sin embargo nunca perdió la fe y la convicción de luchar
por el bienestar de los suyos. Trabajadora abnegada, vecina afectuosa,
madre firme pero cariñosa, una mujer del pueblo, combatiente anónima
pero vital, en este proceso de construcción de una nueva sociedad.
Con Manuel concibieron 8 hijos, Julia, Antonia, Mario, Manuel, Marisol, Laura, Nieves y Ulises, quienes junto a su numerosa prole la despidieron hoy, entre cantos cristianos y lágrimas de dolor. Mario no pudo venir físicamente desde Inglaterra pero su presencia la percibimos todos.
Julia
me abrazó con mucho amor cuando recuperé la libertad y fui a su casa a
trasmitir las palabras de aliento, de amor y de esperanzas de Manuel,
quien no pudo abrazarla y besarla como era su anhelo. Gritó a los
vientos sanbernardinos su dolor y se la jugó toda por sacar adelante a
sus chiquillos.
Se
ha ido seguro que con la satisfacción del deber cumplido, por eso
utilizo este Pulso para despedirla y trasmitir mi solidaridad y afecto a
sus hijos, a todas y todos los que compartieron la vida de Julia del
Carmen Escobar Guzman, quien siempre estará con nosotros. SOLO MUEREN
LOS QUE SE OLVIDAN.
Y terminó el misterio.
Luego
del paro nacional que no fue, los diputados han aprobado las
modificaciones hechas por el senado al proyecto de reforma laboral y
-gestiones del gobierno mediante- han acordado el envío de algunos temas
a comisión mixta (negociación interempresa, huelga pacífica, subcontratación y acceso a la información de los sindicatos).
No
se crea que se logrará mucho con la comisión mixta, que solo verá 4
puntos y que de seguro arribará a una propuesta acordada entre el
gobierno y su sustento parlamentario. Mayor preocupación debe haber por
la serie de cortapisas aprobadas y que se incorporarán a una legislación
laboral ya bastante mala, como es por ejemplo aquello que llaman
“adecuaciones necesarias” frente a una huelga, herramienta del
parlamento para que los patrones se sigan riendo de la legislación
laboral.
Hay
que destacar la actitud de 36 diputados, entre ellos los representantes
del PC, que votaron en contra de este articulo de las “adecuaciones”,
lo que no atenúa el profundo error que han cometido todos en esa cámara
de diputados y senado, de poner la lapida a distintos derechos de
trabajadores, entre ellos la jornada de 8 horas diarias de trabajo.
¡¡Tiemblen
traidores, pues un día serán encarados y castigados por los que ahora
someten por medio de las leyes, a la flexibilidad laboral y la sobre
explotación!!
Desde
antes del inicio del proceso de reforma laboral, levantamos la voz para
decir que se venía una nueva estafa. Lo sucedido nos da la razón y nos
obliga, nos exige, seguir trabajando para preparar a los trabajadores en
la defensa de sus derechos pasando, cuantas veces sea necesario, por
sobre la legislación.
Un
grupo de prestigiosos profesores de Derecho del Trabajo junto a
abogados laboralistas han emitido recientemente una declaración,
explicando los efectos que tendrán en los trabajadores y su organización
las reformas que ya prácticamente son ley. Vale la pena exponer parte
de esas opiniones e invitar a difundirlas. Dicen ellos:
“Se acoge una demanda histórica del gran empresariado al
introducir flexibilidad laboral por medio de pactos sobre jornadas y
descanso, los que se podrán acordar con sindicatos tan débiles hoy como
ayer. Tan modernas serán nuestras relaciones laborales gracias a la
reforma que habrá personas que podrán trabajar hasta doce horas diarias
efectivas, en cualquier tipo de actividad.
- Los sindicatos seguirán siendo débiles,
porque la norma más relevante de la reforma: el cumplimiento de la
promesa hecha en el programa de Patricio Aylwin en 1989 de prohibir el
reemplazo en la huelga, una vez más fue incumplida, tarea en la que el
gobierno desde un inicio puso todo su empeño e incluso creatividad.
Tras
varias propuestas de redacción, con la norma recién aprobada el
empleador en caso de huelga tendrá derecho a realizar “adecuaciones
necesarias” en la empresa y modificaciones de turno. De esta forma, lo
que debía ser simplemente una prohibición se transformó en un espacio de
interpretación sobre lo que es o no reemplazo interno, cuestión que en
definitiva deberá dilucidar un juez.
Como se ha dicho, se prometió un derecho para los trabajadores y se otorga un juicio de resultado obviamente incierto.
Asimismo,
una invención chilena -que no existe en ningún otro lugar del mundo-,
como son “los servicios mínimos” que debe proveer el sindicato
huelguista para “para proteger los bienes corporales e instalaciones de
la empresa”, en otras palabras, consagró que el sindicato que pretende
ejercer su derecho fundamental de huelga, deba contribuir a la
protección de la propiedad del empleador.
Otro legado de la reforma es que hoy será más difícil constituir un sindicato ya
que no bastarán 8 trabajadores como exige la ley vigente, sino que esos
8 trabajadores representen al 50% de los trabajadores de la empresa,
por lo que en muchas realidades productivas simplemente desaparecerá el
sindicato, no habrá posibilidad alguna de ejercer el más mínimo derecho
vinculado a la libertad sindical”.
¿Podrán
aún seguir defendiendo lo indefendible, todos aquellos que se han
dedicado a descalificar por las redes sociales sin responder a ninguna
de las cuestiones que hemos planteado en nuestro Pulso Sindical?
Ustedes
camaradas, ustedes que se dicen de izquierda y son parte del gobierno,
por acción u omisión han terminando aceptando condiciones esclavistas de
trabajo, que retrotraen la situación de los trabajadores en nuestro
país a las que se vivieron en los inicios del capitalismo.
Descalifiquen,
sigan dándose el gustito de la censura, acallando las posiciones
clasistas, ignorando las manifestaciones de los que de verdad luchan por
su pueblo, minimizando todo lo que no conducen ustedes, pero vayan
entendiendo que vuestro tiempo ya pasó, que los hombres y mujeres
explotados de este país podrán en un futuro cercano construir el
instrumento de la clase, independiente y autónomo, en el que tendrán
cabida todos los que sueñan con una sociedad distinta.
No
solo se ha impuesto - por ahora - el pensamiento de los resolvieron
mediatizar o renegar de la revolución y el cambio, así como aquellos que
siempre ha estado del lado del capital. También ha quedado claro que
los trabajadores y sus sindicatos no tienen nada que hacer en aquellas
organizaciones que no representan ni representaran su sentir.
Todos
aquellos que expresan su rabia en sordina y que no se resuelven a
hacerlo abiertamente, bajo la falsa creencia de que eso le hace el favor
al enemigo de clase, tienen que entender de una vez que solo tendrán
voz y voto cuando se instale como forma de trabajo y gestión la
independencia y la autonomía.
El
mayor enemigo de la organización es el silencio cómplice, la validación
de resoluciones tomadas por la elite sin consultar con las bases. No es
enemigo aquel que expone argumentos, hace la crítica y entrega
propuestas.
Tenemos
claro que hacer e invitamos, en primer lugar, a todos los que tienen a
la clase en su pensamiento y acción, a desarrollar las mas variadas
iniciativas para tomar contacto con los millones de no organizados y
ganarlos para la causa.
Visitarlos al ingreso y salidas de los turnos en las puertas de las empresas y entregar el Pliego de los trabajadores, incentivar la organización, promover la presentación de proyectos colectivos.
Pueden
y debe haber otras propuestas, todas son validas si en el centro está
el cariño a la clase, la decisión irrevocable de luchar por una sociedad
nueva. En algún momento nos juntaremos todos, si aún no es el tiempo al
menos trabajemos para romper el miedo y la inacción.
Asumamos
que la huelga no requiere de permiso. Es la decisión de detener labores
de todos, en demanda de mejores condiciones económicas y sociales. Los
patrones no son dioses omnipotentes y ya es hora de que se enteren que
son sus trabajadores los que les generan las enormes ganancias de las
que disfrutan.
Con
las nuevas reformas intentarán poner condiciones anteriores a las de
1886 en la relación capital – trabajo y no podemos aceptarlo.
Respondamos con propuestas colectivas donde quede claro a que aspiramos.
Un
primer paso en este gran desafío del sindicalismo clasista será
conmemorar en forma multitudinaria el Primero de Mayo. Nadie puede
faltar a la cita en las Regiones y en Santiago.
Todos
juntos, trabajadores, estudiantes, pobladores, hombres y mujeres
diremos Basta y profundizaremos la rebelión contra el sistema.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE