Pulso Sindical N ° 392

En un tiempo pretérito fuimos invitados a votar NO en un plebiscito que definiría la continuidad o no del dictador, agregándose un «HASTA VENCER» de manera de dejar claro que quienes hacían suya está opción no cejarían en su demanda de terminar con la dictadura y restituir al pueblo lo que los milicos le habían quitado a sangre y fuego, más allá de que ésta abandonara el poder por decisión de la ciudadanía.

En ese tiempo lejano, fueron muchos los compañeros de ruta que no aceptaron esta resolución y se alejaron de la militancia activa,  acusando una «entrega al modelo” y la rendición de las banderas hasta entonces enarboladas.

Siendo justos, es bueno reconocer que algunos de los que se fueron mutaron en empresarios o emprendedores, con distinta suerte, otros se dieron vueltas de carnero de tal manera que hoy se encuentran mirando de manera distinta, renegando incluso de aquello que sostuvieron con fuerza y convicción como si nunca hubieran hecho el compromiso de “luchar hasta vencer”, mientras unos cuantos se fueron para la casa desengañados y dolidos de todo lo vivido.

PULSO SINDICAL Nº 391 DEL 01 AL 15 DE ENERO DE 2020

CHILE DESPERTO
 
Muchos trabajadores han demandado una opinión de su organización sindical, respecto de lo vivido en el país desde el 18 de octubre de 2019 y los hechos posteriores.

Es lo que intentaremos explicar desde nuestra visión como organización de trabajadores.
 
Como es sabido, días antes del 18 de octubre comenzaron las acciones de evasión en el Metro producto de una nueva alza en el valor del pasaje de la locomoción colectiva, jornadas impulsadas por los estudiantes y  las que se fueron sumando trabajadores y personas de la tercera edad.

Lo que vino después es conocido por todos, se le llama “estallido social” y refleja la protesta de la población contra la desigualdad y la discriminación, estallido que se hizo presente con las más diversas formas e instrumentos y que llevó incluso al gobierno a sacar los militares a la calle, intentando recuperar “su orden social” lo que aún están lejos de conseguir. La masividad de las protestas y el posterior toque de queda en casi todas las regiones del país, llevó a la población en general a cambiar sus hábitos en cuanto a llegada y duración de la jornada de trabajo, transporte, compra de alimentos y vida social.

Pulso Sindical N ° 390

EN MEMORIA DE MAURICIO FREDES

EL ESTALLIDO SOCIAL


Desde que la revolución industrial generó una explosiva producción de bienes, que llegó acompañada de una descarada explotación a la naciente clase trabajadora, que tenemos estallidos sociales. Y quien escudriñe un poquito en la historia, constatará que estas explosiones son un resultado previsible cuando los poderosos aprietan  y aprietan la soga que mantienen al cuello de quienes trabajan para ellos (o les venden fuerza de trabajo). Habrá cambiado el material con el que se confecciona la amarra, hasta el extremo de que el trabajador no la siente, pero la explotación del hombre por el hombre está más vigente que nunca y se profundiza cada día que pasa. El capital sigue mandando y generando leyes para cautelar sus ganancias y mantener el dominio.


Los trabajadores sabemos de estallidos sociales desde siempre y también que son miles las vidas que se han dejado, en la lucha por mejorar las condiciones de vida de los más desposeídos. No olvidamos que los responsables de los crímenes son ejército, armada, fuerza área y carabineros, que dócilmente y sin chistar cumplen las ordenes de sus amos.

PULSO SINDICAL Nº 389 DEL 18 DE NOVIEMBRE AL 15 DE DICIEMBRE DE 2019

DE CLAROS Y OSCUROS

La lucha que da nuestro pueblo en estos ya casi 2 meses de confrontación directa, ha servido para exponer muchas posiciones y visiones. 

Desde aquellos que están expectantes de que algunos de estos estallidos esporádicos nos lleven a la revolución, hasta esos otros que solo esperan que el pueblo salgo de ésta más fortalecido y menos dispuesto a que se lo vacunen sin decir ni pio.

Unos y otros marchan y accionan de diferentes formas por muchos días, pero a veces se muestran renuentes a profundizar la organización de los que están hasta la coronilla. Expresan con justeza el drama y se juegan la vida por el pueblo sufriente, pero no siempre les alcanza el tiempo para invitar a ese pueblo a organizarse.

PULSO SINDICAL Nº 388 DEL 24 DE OCTUBRE AL 17 DE NOVIEMBRE DE 2019

LAS LECCIONES QUE NOS DEJA LA EXPLOSION SOCIAL DE OCTUBRE

Cuando la rabia acumulada explosionó, todo un pueblo se lanzó a la calle y aún sigue allí. 

Nuevamente, al igual que el 2006 y el 2011, los estudiantes encendieron la mecha y una población hastiada finalmente salió de su letargo y se puso de pie.

Y a casi un mes del estallido no ha parado de expresarse en todas las formas posibles.

Nuestra CGT, escuchando las orientaciones de la Central Clasista, llamó desde el primer día a los trabajadores a actuar en conciencia, invitándoles a manifestar en sus barrios y participar de todas las acciones en desarrollo, llegando a la paralización de labores en donde estuvieran en condiciones de hacerlo 

Pusimos especial énfasis en la necesidad de romper el miedo en los lugares de trabajo, realizando asambleas, tranquilizando a quienes estaban preocupados de sanciones cuando por cuestiones de cualquier tipo llegaban atrasados o no podían llegar a sus turnos. 

Pulso Sindical Extra N ° 36

Cada cierto tiempo, e independiente del gobierno de turno, se instala un tema que concita la atención, sin que lo de fondo – en nuestro caso la situación de trabajadores y trabajadoras- implique avances efectivos.
Así se van aprobando normas y leyes que incluso teniendo algo de positivo (aunque cueste encontrarlo) no dan respuesta a nuestras aspiraciones más sentidas. El mejor ejemplo para graficarlo está en las normas laborales aprobadas desde el término de la dictadura.

Es lo que pasa hoy con la jornada de trabajo.
El gobierno presenta un conjunto de reformas – que incluye mayor flexibilidad en torno a las 45 horas semanales y que luego anuncia será de 41 horas  – y al mismo tiempo se reflota un proyecto de diputadas comunistas con apoyo de la oposición, que establece una jornada de 40 horas semanales distribuidas en 5 o 6 días.
 
Ambos proyectos – hasta ahora – mantienen importantes discriminaciones (Artículos 27 y 34 bis, entre otros, del actual Código) en las que se ha puesto poca o nula atención.