Lo
 que le pasó a Eduardo Lara en Valparaíso es un crimen y las 
investigaciones deberían ser rápidas y concluyentes, para dar con los 
culpables y sancionar con todo el rigor que corresponda. Lamentable 
resulta constatar que, transcurridas algo mas de 2 semanas, poco o nada 
se avanza. 
El
 asesinato de Eduardo Lara es repudiable, pero la posibilidad de dar con
 los culpables se diluye, cuando se ha constatado que las cámaras de 
seguridad instaladas por el municipio en el lugar de los incidentes 
estaban sin funcionamiento desde poco antes de que comenzaran los 
incidentes.
Cuesta
 entender que existiendo jefaturas en el municipio, estas no hayan 
concluido oportunamente que habría riesgos y era necesario mover a 
quienes estaban allí prestando servicios.
¿Como
 explicar que no estaban todas las condiciones de seguridad para que una
 persona pudiera salir por las sitios indicados para evacuación y se 
hubiese puesto a salvo?.
¿Y
 que hay de los equipos de comunicación que deben existir entre una 
central de seguridad y el personal que presta servicios en distintas 
dependencias?.
Por
 último, si el alcalde había tomado las medidas para proteger el 
patrimonio municipal ya desde el día anterior, ¿que fue lo que hizo para
 proteger a los trabajadores  que prestaban servicios el 21 de mayo?.
¿Que
 medidas tomó la autoridad del trabajo, para constara si este trabajador
 estaba protegido por la miserable legislación existente?. 
¿Había 
contrato de trabajo, cual era la jornada diaria y semanal, cuantos los 
días libres, y la remuneración? y todos los etcéteras que se quiera 
encontrar. No bastan las multas, sanciones claras hacen falta.
Lo
 que es indesmentible es que don Eduardo Lara tenía mas de 70 años, 
debía trabajar para proveer sustento a su hogar porque seguramente 
recibía una pensión de mierda, era abusado en sus derechos mas mínimos –
 tanto como que no era guardia y debía trabajar como tal – y seguramente dejaría por allí sus huesos, luego de un largo sufrir, como la mayoría de nuestros adultos mayores.
Su
 familia directa debe entender que lo mas importante no es si 
transcendió o se preocuparon mas del caso de Rodrigo Aviles (lesionado 
gravemente por un guanaco policial el 2015). La muerte de su padre y lo 
sucedido a Rodrigo son hechos repudiables. El centro de la preocupación 
debe estar en que junto con que se encuentre y castigue a los 
responsables de la muerte, se sancione como corresponde a quienes 
abusaron de su padre, obligándolo a trabajar en condiciones inhumanas 
para asegurar el sustento familiar.
Por
 el caso de Eduardo Lara y miles como él, es que hemos exigido por años 
una mejor legislación laboral. Por esa misma razón es que dijimos 
claramente que las reformas laborales presentadas por el gobierno de la 
señora Bachelet, no iban en el camino de dignificar, sino por el 
contrario habrían mas espacio al abuso la explotación, la flexibilidad y
 la adaptabilidad laboral.
Y
 sin embargo las aprobaron en ambas Cámaras y los parlamentarios 
gubernamentales aparecieron diciendo que eran buenas reformas, el 
sindicalismo oficialista las aplaudió con algunas reservas (aunque en 
privado las habían santificado) y otra parte del sindicalismo puso 
algunos reparos aunque buscó que se le hicieran cambios y ajustes, 
esperanzados en que el “lobby” abriría las mentes de los parlamentarios 
“cercanos al pueblo. Patrañas.
Solo
 se dieron cuenta que las reformas eran una mierda, cuando la derecha 
cuestionó algunos artículos ante el Tribunal Constitucional y este les 
dio la razón.  
Dijimos
 claramente que esta leserita del veto presidencial era puro cuento, ya 
que no solucionaba el problema de fondo, que no es otro que cambios 
profundos a la legislación laboral para aminorar, aunque sea en parte, 
las enormes garantía de las que disfruta el capital.
Que
 vino a continuación? La dirección oficialista del sindicalismo, que se 
ha ido reforzando con algunos que han vuelto por que no encontraron en 
otro lado las regalías de las que ahí disfrutaban, convocó a una jornada
 de movilización de los trabajadores públicos (por que las 
organizaciones sindicales en la empresa privada apenas si funcionan) que
 pomposamente han bautizado como “paro nacional”, con el objetivo de 
exigir la restitución de la titularidad sindical y la extensión de 
beneficios, como si estas fueran las únicas demandas que importan a los 
trabajadores.
Otro
 grupo de sindicalistas que esta enojado con el oficialismo pero que aún
 no rompen definitivamente con el, ha salido a expresar que lo que se 
requiere es que el gobierno mantenga el veto y que se congele la 
discusión sobre la reforma laboral hasta el próximo año.
Lamentable
 tener que decirlo y reiterarlo, pero unos y otros están profundamente 
equivocados. El problema de la reforma no es de vetos más o vetos menos,
 de discusiones urgentes o congelamientos, el problema de la reforma es 
que es indigna, pues sigue sometiendo a los trabajadores a los dictados 
del capital.
Compañeros
 sindicalistas, el 23 de mayo fue promulgada la ley 20918 que instala 
condiciones espaciales a los trabajadores del turismo, entre otras la 
legalización del turno cortado, que permitirá interrumpir la jornada 
diaria y semanal hasta por un máximo de 4 horas y que tarde o temprano 
se aplicarán a todos los asalariados .   
Estas
 del turismo son también reformas, van amarraditas con aquellas que 
intentarán ser instaladas previo análisis de una reforma constitucional.
 Por eso la respuesta de los trabajadores debe ser contundente. 
NO A LA 
REFORMA LABORAL.
Si
 no se reconoce de una vez la obligatoriedad de la locomoción por cada 
día trabajado, el derecho a alimentación de calidad y cantidad 
suficiente, la justicia del pago de una gratificación anual mínima del 
4, 75 ingresos mínimos en 12 cuotas, millones de trabajadores seguirán 
sin ser beneficiados por los remedos de reforma laboral que hasta ahora 
se han promulgado. Todo lo demás es cuento y debemos decirlo con 
franqueza y muy firmes. Aunque duela.
Por eso validamos y difundimos el trabajo del CIUS.
Fue
 capaz de exponer desde el primer momento su rechazo a esta farsa. 
Mítines, miles de cartillas informativas, encuentros abiertos y marchas 
en distintas ciudades. No se quedaron solo en eso, ya que también 
trabajaron con sus bases la construcción de un Pliego de los 
Trabajadores.
Tarea
 nuestra será socializarlo, difundirlo en la calle y a la salida de las 
empresas, instalarlo como la base desde la que se inicie la 
transformación de la sociedad.
Por
 supuesto que para esta tarea se necesitará mucho más que la base 
sindical, pero nosotros creemos que la primera tarea es organizar a los 
trabajadores. Ellos pueden y deben adherir a toda expresión de 
descontento, desarrollar iniciativas en sus barrios, construir otros 
instrumentos de organización que un día se unirán a los sindicatos así 
como a expresiones políticas del pueblo, de la clase.
Todos
 vamos a construir esa patria justa, todos tenemos nuestra tarea de la 
hora presente, no nos adelantemos, paciencia que la cosecha viene 
siempre después de la siembra.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE 






