
En efecto,
impidió el ingreso de los trabajadores a su fuente de trabajo y les dijo
que el negocio no funcionaba más. Se cerraba porque se organizaron. Si
bien la oportuna acción de los trabajadores de poner el reclamo en la
Inspección del trabajo además de la asesoría de la CGT, impidieron que
tal actuación patronal se mantuviera, llama la atención que para este
tipo de situaciones no existan sanciones claras y contundentes de la
autoridad.
No es posible
que mientras se llenan páginas y páginas para publicitar supuestos
avances y beneficios que la nueva reforma laboral entregará a los
trabajadores, los patrones se permitan ignorar la legislación vigente y
las autoridades del trabajo no digan esta boca es mía.