Cuando los
trabajadores del Restaurante Marco Polo (Plaza de Armas de Santiago,
salida Metro) constituyeron su Sindicato, no imaginaron nunca la brutal
respuesta de su patrón. Literalmente los dejó en la calle.
En efecto,
impidió el ingreso de los trabajadores a su fuente de trabajo y les dijo
que el negocio no funcionaba más. Se cerraba porque se organizaron. Si
bien la oportuna acción de los trabajadores de poner el reclamo en la
Inspección del trabajo además de la asesoría de la CGT, impidieron que
tal actuación patronal se mantuviera, llama la atención que para este
tipo de situaciones no existan sanciones claras y contundentes de la
autoridad.
No es posible
que mientras se llenan páginas y páginas para publicitar supuestos
avances y beneficios que la nueva reforma laboral entregará a los
trabajadores, los patrones se permitan ignorar la legislación vigente y
las autoridades del trabajo no digan esta boca es mía.
Es más, ante el
rechazo del patrón de recibir el contrato colectivo, el dirigente
sindical concurrió a la Inspección Provincial del Trabajo de Santiago
para que ésta le notifique, pero su inexperiencia lo hizo equivocar las
cartas que debía presentar y el funcionario que lo atendió no le recibió
la petición obligándolo a hacer el proceso de nuevo. Eso es apoyar a
los trabajadores?.
Pero este no es
el único hecho que afecta a los asalariados en el llamado mes de la
patria. Como siempre y cada año, se hizo una gran campaña previa de la
gran cantidad de cosas que existen en el mercado para comer y beber,
quedando la sensación que es lo único que queda por hacer en esos días
de feriado. Las autoridades de salud vistieron albos delantales y
recorrieron diversos lugares en que se manipulan alimentos, llegando
incluso a clausurar algunos de ellos por razones varias, repitiendo casi
calcado el ritual que siempre se realiza previa esta fecha y las de fin
de año.
Nada nuevo bajo el sol, podríamos decir con total certeza. Y todo sigue igual
Nuevamente las
principales ciudades del país se llenaron de coloridos espacios,
denominados fondas y ramadas, en donde la gente puede dar rienda suelta a
su espíritu patrio, libando y comiendo a destajo. De lo que nadie
parece darse cuenta es que esos establecimientos provisorios son
atendidos por trabajadores que en su mayoría no tienen contrato de
trabajo. Se trata de lugares donde no se respeta la ley en lo relativo a
uniformes de trabajo, descanso dentro de la jornada, pago de la propina
voluntaria del 10% a quienes atienden a las mesas y un largo etcétera
de violaciones a derechos básicos.
¿Donde está la fiscalización de las autoridades?
¿En donde se publican las infracciones cometidas por estos malos patrones y las sanciones a que se hicieron acreedores?
Lo que más
debemos lamentar es que muchas veces son los propios trabajadores
quienes permiten esta descarada arbitrariedad, ya que si bien exponen
algunas veces los hechos que les afectan, piden que no se haga la
denuncia pública ni ante la Inspección, ya que se quedarían sin trabajo y
eso afectaría sus escasos ingresos.
Así de
dramática es la vida diaria de millares de explotados en distintos lugares de trabajo. Empleos mal remunerados. Carencias propias de siglos
pasados, como el no pago de colación, locomoción e incluso el robo de
los descuentos previsionales.
Y todo esto en el mes de la patria. ¿Y esta patria, que patria es? (Quelentaro).
Es una patria
que llaman a cuidar, es una patria que dicen debe ser protegida por
todos, pero pareciera que SU patria no es NUESTRA patria.
SU patria es de
actos cívicos, desfiles ostentosos, declaraciones rimbombantes, leyes
atentatorias contra la estabilidad de la familia, represión
indiscriminada, detención por sospecha, allanamientos sin ordenes
previas, y un largo etcétera.
Una patria que se sostiene en el temor y el abuso.
NUESTRA patria es el espacio en el que compartimos, que debe ser para todos con los mismos deberes y derechos.
Una patria que
está pendientes de los problemas de vivienda, salud y educación de sus
habitantes, una patria que reconoce a todos quienes la habitan el
derecho a vivir en ella.
Y si no les
parece que hay 2 patrias, veamos lo que dice la ley 19.973, una ley que
establece el derecho a feriados irrenunciables para los trabajadores del
comercio.
Loable iniciativa.
Sin duda
responde a la necesidad de permitir que todos los trabajadores de estos
sectores, tan castigados con normas especiales como son los horarios de
trabajo en fechas previas a algunas celebraciones, puedan disfrutar con
sus familias, como lo hace la mayoría de los chilenos. Más no se trata
de todos los ciudadanos de la patrias., mas no la totalidad de los
ciudadanos.
Más de 500 mil
personas, en su mayoría trabajadores vinculados al turismo, pero también
otros como quienes trabajan en farmacias, cines y estaciones de
servicio (y agréguese a estos a los que trabajan en locales comerciales
en los aeródromos civiles públicos y aeropuertos, que perdieron el
derecho a feriado irrenunciable al modificarse la ley 19973) no tienen
derecho al feriado irrenunciable.
¿Cual es la
razón para que algunos habitantes de la patria no puedan disfrutar de
los derechos que le corresponden a otros iguales a ellos?
En otro orden
de cosas avanza la discusión del reajuste para los trabajadores del
sector público y todo indica que no se estará ni cerca de lograr las
aspiraciones de aumento salarial expuestas en el petitorio.
En efecto, los
trabajadores a través de la Mesa del Sector Publico solicitaron un 7,5%
de aumento y la única respuesta del gobierno hasta el cierres de este
Pulso es de un 2,9%, con lo que supera en algunas décimas el alza del
costo de la vida entre Noviembre 2015 y Agosto del 2016, que llega al
2,4%.
Si consideramos
que el año anterior la petición fue de 8% y el resultado final llegó a
4,1% un resultado esperado podría estar entre el 3,5 y el 4%.
Es de esperar
que esta vez no solo se logre un reajuste que satisfaga las demandas de
los cientos de miles de empleados públicos, sino que también se pueda
lograr una solución, aunque sea parcial, para el problemas de miles de
trabajadores que están a contrata o trabajando bajo la falaz figura del
contrato a honorarios.
La invitación
entonces es a acerar la acción de la organización sindical, a fortalecer
el vínculo entre la dirección y la base, a interpretar en los
petitorios las demandas de los trabajadores y por sobre todo jugársela
por satisfacerlas.
Solo así podremos ir logrando pequeñas victorias que preparen el camino para el gran salto.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE