Nueve
socios del Sindicato de Maestranza Seemann fueron a la huelga exigiendo
un reajuste inicial del 6%. Teniendo resuelto lo de bonos, aguinaldos y
otros beneficios, no hubo acuerdo en el reajuste. Luego de 17 días de
huelga retornan a sus labores con un aumento real del 5%. Un ejemplo de
lucha y compromiso. Ellos integran nuestra CGT.
Agradecer
los saludos de Federaciones, Confederaciones y Sindicatos de base, a
nuestro Pulso Sindical Extra N° 22. Decir que aún quedan más elementos
que reflejan la indignidad de la última reforma laboral y que seguiremos
trabajando por exponerlos ante los trabajadores y así quede claro el
enorme daño que el gobierno y su coalición parlamentaria, han hecho a la
causa de los explotados. Es motivo de orgullo para el equipo de Pulso
Sindical, sentir que con nuestros comentarios y observaciones estamos
interpretando a muchos y motivando la comunicación y entrega de
opiniones, pues es este el primer paso hacia la tan ansiada unidad.
Una muestra de lo anterior fue lo sucedido el 31 de Agosto en el centro de Santiago.
Mientras
entre 4 paredes promulgan una nueva y mala ley, los militantes del CIUS
estamos exponiendo, no solo el rechazo a esta deplorable nueva ley
laboral (avalada y aplaudida por la aún vigente presidenta de la CUT y
varios dirigentes sindicales) sino también las propuestas de cambio, que
creemos necesita nuestro país en materia laboral.
Estamos,
y participamos desde nuestras organizaciones, con la demanda de NO +
AFP pero tenemos claro que ahí no se acaban, ni con mucho, las
inequidades que nos rodean.
No
vamos a cometer el error de colocar todos los huevos en la misma
canasta, tenemos claro que sin organización no hay posibilidad de ganar
luchas y las organizaciones que lo logren no van a ser fruto del deseo
de algunos bien intencionados, sino resultado de un ejercicio permanente
de educación de la clase.
Así
lo entendemos en la CGT, por eso nos deja contentos que centenares de
personas recibieran la cartilla informativa del CIUS y asumieran - en
sus preguntas y comentarios - la urgencia de avanzar en la exigencia de
pago de locomoción y colación por día trabajado, sala cuna sin mínimo
de mujeres por empresa, gratificación garantizada de 4,75 IML pagada en
doceavos, entre otras.
Se
trata de demandas sentidas por millones de trabajadores, demandas que
el sindicalismo oficialista y desclasado desconoce y el oficialismo
parlamentario niega.
Pero no podemos quedarnos solo en los enunciados.
Hay
que instalar estas sentidas aspiraciones de los trabajadores en cada
instrumento colectivo que se elabore. Tenemos que promover diversas
iniciativas por todo el país que hagan sentir al Estado, que los
trabajadores están despertando del sueño en que los sumió por mucho
tiempo el modelo.
En
este momento de reformas blandengues y bastante inservibles (como lo
hemos puesto de manifiesto en el Pulso Extra N° 22), cuando se acerca
una nueva conmemoración de la fecha vergonzosa, quedan expuestas a
cabalidad las 2 vertientes que están marcando al sindicalismo nacional.
Una,
de ceguera y sumisión, de aceptación de migajas, de total desprecio por
la clase trabajadora y sus esperanzas, graficado todo en elecciones
indirectas, sindicatos fantasmas y cuotas pagadas por mecenas ajenos a
la organización.
Otra,
de compromiso clasista y espíritu unitario, anticapitalista y popular,
de demandas irrenunciables que reflejan el sentir de grandes sectores de
la población.
Nadie puede permanecer indiferente ni seguir creyendo que es posible arreglar lo que se está cayendo a pedazos.
Los
dignos, los honestos, las y los que aún permanecen dentro de estos
enclaves de indignidad y corrupción política y sindical, han de pensar
en abandonar ese barco de una vez, por que en caso contrario terminaran
definitivamente cubiertos por esa mancha de estiércol que se extiende,
imparable. Suena duro pero es la verdad y no se puede callar.
Es
esa cúpula sindical completamente ajena al diario vivir de los
abusados, unida a un parlamento en descomposición, la que valida
cuestiones tan anti trabajador e incluso inhumanas, como aquellas que
contiene la ley 20918, que establece “normas laborales a los
trabajadores del turismo”, promulgada el 23 de mayo de 2016.
Y
es que no se trata solamente de ir eliminando derechos, que de eso nos
tienen acostumbrados hace mucho tiempo los legisladores. Hablamos del
total desprecio a cuestiones tan potentes como la unidad familiar y el
descanso diario.
Pero
hagamos algo de historia. El Código del Trabajo establece que la
jornada semanal se puede dividir en 5 o 6 días, lo que genera jornadas
ya sea de 9 horas por día o de 7,5 según el sistema de turnos al que
esté afecto el trabajador. A esta jornada muchas veces se agrega el
pacto de horas extras. Sin embargo dichas condiciones horarias eran
diferentes para los trabajadores de hoteles restaurantes y clubes,
quienes según mandato legal (articulo 27 del Código) podían trabajar
hasta 12 horas diarias y por cinco días a la semana, con un descanso
diario no inferior a una hora, que en muy pocas ocasiones se respetaba.
Se exceptuaban de esta obligación quienes trabajaban en cocina,
lavandería, lencería y administrativos. Unido a esto existía una
perversa costumbre conocida como “turnos cortados” que dividía la
jornada diaria en 2 partes y que aplicaba especialmente a los garzones y
ayudantes, lo que implicaba que trabajaran al almuerzo y la cena,
siendo el corte de 4 o 5 horas al día lo que la practica provocaba la
perdida casi total de vida familiar.
Con
la ley 20918 el legislador ha resuelto legalizar los turnos cortados al
establecer que ”se podrá pactar la interrupción de la jornada diaria
por mas de media y hasta por cuatro horas” y agrega, a titulo de
compensación, que el exceso sobre media hora deberá pagarse por hora el
equivalente a un y medio I.M.L y costear el transporte de ida y regreso
a otro lugar dentro del radio urbano.
En seguida hace una serie de juego de palabras que en concreto implican que este sistema de “turnos cortados” podrá
aplicarse a todos los trabajadores de un establecimiento y no solo a
los que trabajen en el restaurante como dice al inicio la ley.
Todo
esto mientras no se sobrepasen los límites semanales y diarios del
artículo 22 y el artículo 28 del Código. Si así se acordare no se
aplicaría la norma del artículo 27.
Trataremos de traducirlo. Desde el 23 de mayo del 2016 todos los trabajadores del turismo (ya
no solo los que trabajen en el restaurante) podrán verse forzados a
suscribir pactos que establezcan estos turnos cortados. Si bien es
cierto esto implica que estarán afectos a la jornada de 45 horas
semanales, eso no significa que las trabajar de corrido. Si se
distribuye la jornada semanal en 6 días, cada día trabajaran 7,5 horas.
Si se corta el turno por 4 horas llegarían a 11,5 horas. Como esta sería
una jornada ordinaria de trabajo no se puede descartar que se les haga
firmar pactos de horas extras que al ser de 2 por día podrían llevarlo a
estar, en la práctica 13,5 horas fuera de su hogar.
Y
si se considera que el promedio de tiempo diario en ir y venir al
trabajo es de 2, 2,5 y hasta de 3 horas, el trabajador podría estar
fuera de su hogar hasta 15,5 horas y mas por día.
Mayor
problema van a tener aquellos cuya jornada semanal es de 5 días de
trabajo pues en esta caso se trata de 9 horas por día, a las que
aplicado el turno cortado pueden llegar hasta 13 horas diarias y esto
sin considerar horas extras y traslado desde y hacía el hogar.
Será
posible que alguien piense que esto será compensado con el pago de
algunas horas o pasajes de locomoción dentro del radio urbano? (Solo en
ir y venir en microbus de Santiago a San Bernardo y viceversa ocuparían
casi todas las horas de turno cortado)
Esto
es inhumano y cuesta creer que quienes propusieron la ley y aquellos
que la aprobaron, no hayan tomado en consideración cuestiones tan
elementales como el derecho a descanso diario y la vida familiar a la
que debe acceder cada ciudadano.
Un
caso mas de explotación pura que debe ser denunciado y eso solo podrán
hacerlo aquellos que tomen partido en la defensa de los derechos de la
clase.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE