Mi
 primer trabajo fue de copero en el Hotel Tupahue. Ahí y en otros 
lugares los que llegábamos por primera vez éramos sometidos a una serie 
de pruebas que más que conocimiento buscaban probar el aguante para las 
tallas pesadas. En mi caso recorrí diversas secciones de trabajo 
buscando el colador de hielo.
En
 el bar y comedores, junto al barman, quien la llevaba era el maitre. 
Persona de gran conocimiento, no solo en la preparación, servicio y 
atención de mesas, sino también en la cocina, aperitivos, entradas, 
platos de fondo y postres.
El
 maitre es la cara del establecimiento, quien recibe al cliente y lo 
ubica, toma la carta y la entrega al garzón, comenzando todo el proceso 
que debe culminar con un cliente satisfecho que retornará al local y lo 
recomendará con sus amigos y conocidos.
Conocí a varios y uno de los buenos fue Orlando “el huaso” Morales, maitre del Herefod Grill de Tenderini en sus años mozos.
Nació
 el 15 de noviembre de 1935 y falleció el 25 de abril de 2018. Como 
pudo, y a su manera, nos ayudó en los tiempos duros de la dictadura y 
quise recordarlo en este Pulso.
Para su familia, amigos y ex compañeros de trabajo nuestro pesar gastronómico.      
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Desde
 que existe el movimiento de los trabajadores se han expuesto distintas 
visiones y no siempre tuvieron que estar todos de acuerdo para que ellas
 se desarrollaran. 
Podremos
 diferir respecto de si fue vital o no el rol de la FOCH en 1909, pero 
es poco probable que tengamos diferencias al calificar el papel jugado 
por esta organización desde 1919 hasta pasados algunos años del 
“sindicalismo legal”.
Coincidiremos
 en que fue un avance la constitución de la CTCH, mas saltaran las 
diferencias al tener que determinar si la separación en 2 de la misma 
CTCH – por decisión de los partidos políticos – sirvió a los intereses 
de los trabajadores.
Nadie
 en su sano juicio podría calificar de un error la constitución de la 
Central Única en 1953 y sin embargo es poco probable que estén todos de 
acuerdo con el cuartelazo que se dio a Clotario en 1961, bajando un paro
 nacional y provocando su renuncia a dicha Central.
Lo
 anterior, expuesto como una manera de graficar lo importante que es en 
el trabajo sindical la defensa de convicciones, escuchar a quienes 
difieren y concluir con aquello que sea lo mejor para los trabajadores. 
Cada
 vez que se rompe el principio de participación y toma colectiva de 
decisiones, se produce una fractura en la organización que es ciertos 
casos llega al quiebre.
La organización en la que participo, la CGT, fue fundadora de la Central Unitaria.
Creímos,
 junto a muchos, que las debilidades orgánicas y de participación irían 
siendo corregidas en la medida en que se estabilizara la feble 
democracia que algunos habían negociado con la dictadura. 
Estábamos 
equivocados y cuando se fueron haciendo comunes los arreglos y acuerdos 
entre partidos, por sobre la decisión de las organizaciones – muchas 
veces sin consulta a las bases – nos quedó claro que el proyecto había 
fracasado.
No
 podrían convivir en un mismo espacio los que se arreglaban con el poder
 por algunas monedas y quienes creíamos que las demandas de la clase 
eran innegociables.
Y aun así intentamos cambiar las cosas desde adentro.
Soportamos
 la persecución  partidaria por haber asumido las banderas de la 
organización por sobre las órdenes del partido y expusimos nuestra 
propuesta. No solo se nos descalificó sino que, con actitudes 
gansteriles, se nos impidió participar.
Hemos
 trabajado como muchos por la unidad, pues es el imperativo más grande 
de cualquier organización sindical, pero ciertamente no todos aspiran a 
la unidad en forma honesta y real. Algunos utilizan el llamado a 
concretarla como un fetiche que solo les permite ganar tiempo, pero no 
la quieren pues eso puede poner en riesgo los espacios de poder 
obtenidos, sin importar si estos espacios fueron conseguidos al 
minimizar o ignorar las demandas de quienes se representaba.
Muchos
 van para donde más les conviene, incluso pasando a veces por sobre la 
decisión de los trabajadores o ignorando a estos en la toma de 
decisiones.
¿O
 si no, cómo explicar que haya sindicatos que van de una Federación o 
Confederación a otra y/o que algunas organizaciones se cambian de 
Central sindical como si se cambiaran de ropa interior?.          
Por
 eso nos unimos con otros descontentos y comenzamos a hacer camino. A 
levantar las propuestas olvidadas y llevarlas a conocimiento de los 
trabajadores. Lento pero constante ha sido el respaldo y haciendo 
nuestros los espacios de quienes ya habían dado los primeros pasos, nos 
jugamos por una conmemoración clasista del primero de mayo y dada la 
masiva respuesta comenzamos a pensar que estaba llegando el momento de 
enfrentar la crisis del movimiento sindical y dar un paso adelante en su
 reconstrucción.
El
 acto clasista del Primero de Mayo de 2018 marca un momento importante 
en la movilización de los trabajadores y diversos movimientos sociales y
 por eso se le está atacando con saña.
Quienes llegaron allí, en mayor número que otros años, lo hicieron concientes y decididos.
Ya
 veremos como concordamos visiones y caminos. No hay que ser brujos para
 determinar que tenemos diferencias,  pero es claro que nos une el amor a
 la clase trabajadora y eso nos obliga a minimizar las diferencias y 
acrecentar lo que nos une.
Hasta
 con los que promueven desordenes tendremos que conversar en este 
desafió de seguir avanzando, porque más allá de las dudas sobre su 
pertenencia y objetivos, al final del día quienes responden a la 
represión no son nuestro enemigos ni adversarios.
Aquellos
 que queremos la causa de los trabajadores y estamos embarcados en el 
empeño de la Central Clasista de Trabajadores, coincidimos en definirnos
 como hastiados y agotados. De la manipulación de la información, de la 
representatividad ponderada, de las demandas no discutidas, de las 
organizaciones sindicales – en el sector público y la empresa privada – 
que hablan a nombre de los trabajadores sin considerarlos en su gestión e
 incluso actuando contra el sentir de miles y miles de organizados.
Por eso nos agrede el concepto paralelismo, 
utilizado para motejar a quienes desisten de seguir un camino que se 
sabe errado. Quienes califican así están en un error, toda vez que 
paralelismo se entiende más como la repetición de una misma estructura 
antes que algo distinto.
Los que hemos dejado de creer en los que poco o 
nada hacer por los trabajadores, no hacemos paralelismo. Al contrario, 
si asumimos un nuevo camino es por discrepancias profundas con lo que 
hay y quienes lo administran. Es que dejamos de creerles.
Con
 los que se aferran a lo podrido no se puede buscar la unidad, porque lo
 que persiguen es sepultar las demandas y aspiraciones de la clase 
trabajadora y eso no lo permitiremos.    La unidad se debe hacer con 
todos los que sienten que los trabajadores y sus hermanos de clase 
tienen derecho a una sociedad más digna y justa. La Central Clasista es 
un intento que nace de las organizaciones. Más allá de cuando se 
concrete, es claro que sigue patrones distintos de los que hasta ahora 
se usaron para dotar de un instrumento de representación a la clase, por
 eso hay que conocer su ideario y hacerse parte de ella.
Las puertas están abiertas para todos
Porque nos llamamos clasistas?
Bueno,
 es esta definición la que marca la diferencia con otros instrumentos de
 trabajadores. Creemos que en algún momento todos los trabajadores se 
darán cuenta que sus organizaciones deben definirse como clasistas. 
Desde
 muy antiguo la sociedad a estado dividida entre los que tienen el 
poder, los que mandan y los privados de todo, los mandados. Primero se 
llamó esclavos a los que tenían que hacer de todo y eran alimentados 
solo para subsistir y procrear. 
Luego
 vino el paso de la esclavitud al servilismo y, aunque libres, unos 
debieron seguir sirviendo a otros y dar mucho más de lo que debían para 
mantener los pequeños espacios ganados. 
Cuando
 el capitalismo comenzó a desarrollarse el hombre solo cambio de amo. 
Era libre para ir por donde quisiera pero debía vender algo que era suyo
 (la capacidad de trabajar, la fuerza de trabajo) al precio que fijaba 
quien la compraba (el patrón, el capitalista).
Siempre han existido 2 clases, los que explotan, los que abusan y los explotados, los abusados.
Queda muy claro a cuál clase pertenecemos como trabajadores.
Por
 eso lo de clasistas. Porque tenemos el corazón puesto en los ideales, 
en las demandas, en las aspiraciones de la clase trabajadora.
Porque una nueva Central, si ya hay 4 en nuestro país, porque no construir la Central Unica de Trabajadores? 
Nos planteamos una nueva Central, pues no vemos 
en ninguna de las existentes una verdadera representación de las 
demandas y aspiraciones de los trabajadores.
Es con la anuencia o el silencio de las 4 
Centrales que se aprobaron en 30 y algo más de años de blandengue 
democracia, una serie de normas que más que ayudar han perjudicado a los
 trabajadores. Se mantiene la indemnización con tope, se han aprobado 
normas de flexibilidad, se trabajan jornadas de + de 8 horas diarias, la
 sala cuna solo es para empresas con + de 20 mujeres, se eliminó la 
facultad a las asambleas de vigilar los ingresos y gastos de las 
organizaciones y reclamar a las inspecciones del trabajo una 
fiscalización cuando se pierden las platas de las cuotas, se legalizó la
 polifuncionalidad, se puso más trabas para constituir sindicatos en 
empresa micro y pequeñas y se complejizó el actuar de los sindicatos de 
interempresa, entre otras muchas malas leyes.
No
 habrá Central Única porque en el sindicalismo hay 2 visiones marcadas e
 irreconciliables. Aquellos que creen que conversando con gobiernos, 
empresarios y parlamento se pueden avanzar en medidas que humanicen mas 
no terminen con el capitalismo y quienes creemos que el gran adversario 
es el capital y que a éste debemos demandar respuestas, sin 
negociaciones ni transacciones a espaldas de los trabajadores.
La unidad no se construye ni se construirá renunciando a nuestras demandas históricas. 
Somos disidentes o alternativos de la CUT, la CAT, la UNT, o la CTCH?
No
 somos disidentes de ninguna de las Centrales pues no somos parte de 
ellas, rechazamos la hegemonía de los equipos partidarios o de las 
camarillas de dirigentes apernados, en el accionar de las organizaciones
 de trabajadores.
No
 somos alternativos pues rechazamos lo que ellos sostienen como política
 sindical y no nos presentamos como más de lo mismo, solo que con un 
ropaje distinto.Las Centrales existentes tienen un camino definido y 
este no implica la defensa irrestricta de los derechos de la clase 
trabajadora. Allá ellos con su trabajo, nosotros no les reconocemos como
 representativos de la clase. Lo hemos expresado claramente. Ni 
disidentes ni alternativos, Independientes, autónomos, clasistas. Eso 
somos y no otra cosa. 
Que es lo que haria diferente a esta CCT de las otras Centrales? 
Llevamos
 un trabajo de hartos meses en los que hemos concordado documentos bases
 sobre Estatutos, Declaración de Principios y Plataforma de Lucha, 
documentos fundacionales aprobados por más de 100 dirigentes 
representantes de decenas de organizaciones, documentos que desde el 2 
de mayo de 2018 comienzan a ser discutidos en las asambleas.
La
 Central Clasista de Trabajadores (CCT) radica todo el poder de 
resolución y toma de decisiones en las bases, por lo mismo su estructura
 de dirección será nacional y regional, pero por la vía de la votación 
directa de los socios afiliados, cada trabajador un voto es la 
consigna. 
Para
 elegir a los directorios nacionales y regionales no habrá listas 
partidarias ni de movimientos, por muy valiosos que sean estos, será una
 lista única donde el trabajador determinara con su sufragio quienes 
estarán en la dirección del instrumento, además que el Estatuto 
establece claramente quienes y bajo que cargos pueden ser desafectados 
de sus cargos. Cotización mensual, un trabajador una cuota. Será la 
manera de que el instrumento no sea manipulado ni utilizado para 
cualquier cosa, al margen de los intereses de los trabajadores. 
Se ha comenzado un camino y trabajaremos con fuerzas para verlo cristalizar.
Sin
 embargo y más allá de eso, después del contundente acto del primero de 
mayo de 2018, queda claro que la clase comienza a despertar y que no 
seguirá permitiendo que algunos actúen en su nombre.
De sostener y profundizar esto, nos encargaremos todos los que hoy estamos en este empeño clasista.
Es un compromiso.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE 







