“Vamos a declarar nuestra oposición a este sistema de corrupción,No participaremos en falsas democracias, con tanta hipocresía….
Declaración de Intransigencia, Los Miserables.
Y
es que no nos queda otra que declarar nuestro rechazo, a riesgo de ser
consumidos por esta máquina de mentiras que es el sistema donde vivimos.
Vea
usted, entra en vigencia una nueva ley laboral, un mediocre ley
laboral, y los más de 15 candidatos que hay hasta ahora para la próximas
presidenciales, siguen sin decir ni pio. Aunque seamos justos, no es
que no hayan dicho algo, que de escuchar brutalidades estamos
acostumbrados, sino que ninguno se ha pronunciado sobre el fondo de este
engendro maldito, que deja prácticamente en la indefensión a casi 4
millones de trabajadores. Repitámoslo hasta que no quede atisbo de duda.
Esta
ley, fraguada entre la Nueva Mayoría y la CUT, permitirá la imposición
de jornadas de trabajo de más de 10 horas por día por cuatro días,
obligará a los trabajadores a asumir un piso de negociación que no es
más que lo que ya existe y les exigirá ser parte de servicios mínimos,
en nóminas que el propio patrón presentará con anterioridad al proceso
mismo de negociación.
Esta
ley pasó todos los filtros de este parlamento “electo por el pueblo”,
como les gusta llamarse a los “honorables” que hasta ahora parecen muy
convencidos de que le dieron el palo al gato.
Parecen
no entender que dictaron una ley discriminatoria, que separó a los
trabajadores entre aquellos de micro y pequeñas empresas, los de
medianas y grandes empresas.
Es
así que mientras algunas organizaciones sindicales van a poder recibir
la información financiera de la empresa dentro de los 30 primeros días
después de que sean entregadas a los instrumentos del Estado, aquellos
que prestan servicios a más del 95% de las empresas en Chile – y que
puedan organizarse – pierden incluso el derecho que les entregaba hasta
ahora el Código del Trabajo en el artículo 315, derogado por la nueva
ley.
Es
por esa y otras razones que disparamos contra la diputada Vallejo (no
porque sea mujer o comunista como algunos imbéciles sostienen) y algunos
de sus colegas, quienes han aprobado esta ley que – entre otras cosas
– faculta los pactos sobre condiciones especiales de trabajo.
¿Puede
un(os) parlamentario(s) aprobar una ley que faculta jornadas diarias de
hasta 11,25 horas, que antes aprobaron los turnos cortados para los
trabajadores del turismo, aparecer a las semanas después proponiendo una
jornada de 40 horas semanales con un máximo de 8 horas por día?.
No
po, no pega ni junta, es populismo puro, fuegos de artificio,
propaganda para confundir a los incautos, lo que quieran, pero en lo
absoluto preocupación por la clase trabajadora.
Por
eso es que el 3 de abril, en decenas de lugares de trabajo a lo largo
del país, nuestros compas asociados a diversos sindicatos de la CGT,
acatando un llamado del CIUS, expresaron el rechazo a la nueva ley
laboral. No somos muchos todavía, de acuerdo, pero tenemos las agallas
para decidirnos a hacer sindicalismo desde la base, contactarnos con la
gente en la calle para expresarle nuestro parecer y nuestras propuestas.
Es este trabajo de hormigas el que mostrara a los trabajadores que hay
caminos diferentes.
La
mayor y gran lección que debemos sacar de todo lo que está pasando, es
que los que tienen e intercambian el poder se ríen y reirán de nosotros
las veces que les dé la gana, no les importamos, somos solo números.
Hay
que despreciarles, a estos y a los que se vistan con ropajes
diferentes, pero que buscan hacer lo mismo con otros pelos y pinturas.
Dirigentes
y trabajadores en las calles, plazas y barrios, por todo Chile deben
ser la respuesta a todos aquellos que hablan de nuestros problemas pero
ignoran nuestras demandas.
Los
trabajadores deben aprender a distinguir entre aquellos que aunque sea a
nauseas aceptan el modelo y todos sus contenidos, versus los que
desprecian al capital y saben que son importantes en la propuesta de la
construcción de una nueva sociedad.
Los
trabajadores son abusados y explotados de diferentes maneras, ya sea
con el garrote en ristre o bien con discursos y propuestas edulcoradas
que solo van consolidando el modelo.
Millones son los que no están organizados y aceptan en silencio y cabeza gacha lo que el modelo les impone.
Mientras
más tardemos en darnos cuenta de lo anterior, mas durará el abuso y la
explotación hacía esos millones. Mientras más demoremos en construir una
Central Clasista, anticapitalista, más durará la postración de los no
organizados.
Avancemos
hacía ese instrumento de clase que será también enemigo de la
corrupción, los acuerdos a puertas cerradas, la dilapidación de los
recursos de los trabajadores y de todos los vicios de ese tipo de
sindicalismo que despreciamos.,
2 son los desafíos de la hora presente.
Preparar
un Primero de Mayo clasista y promover entre los millones de indignados
una protesta nacional que dé cuenta, no solo de que estamos firmes con
la demanda de NO + AFP, sino que también aspiramos a cambios reales y
profundos en la ley laboral, cambios que no serán hechos por aquellos
entre cuyas manos ha circulado el poder en todos estos años.
Un
primero de mayo clasista, que debe ser también disciplinado, un acto en
donde se escuche la posición de la clase trabajadora y no se produzcan
actos de cualquier tipo, que inviten a actuar al aparato represor del
Estado.
Un
primero de mayo donde se haga un llamado a la organización en todo el
territorio nacional, donde se deje claro que la exigencia más urgente no
es de candidatos, sino de construcción de instrumentos que representen
de verdad a los desheredados.
Una
protesta nacional donde todos seamos convocados a hacer lo que podamos.
Desde embanderar con negro nuestros hogares y lugares de trabajo, hasta
cortar por cientos las calles en las distintas ciudades.
Una
protesta que les diga a aquellos que nos vieron luchar contra la
dictadura, que no hemos olvidado lo que es luchar por lo nuestro.
En
este Marzo que nos trae a la memoria el ejemplo de los hermanos Vergara
Toledo y de Guerrero, Parada y Natinno, entre tantos que dieron la vida
por la libertad, asumamos que esa lucha solo fructifica si somos
actores activos y permanentes.
A luchar por lo nuestro sin dilación, ahora.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE