a)
Mantener el gobierno en manos de un conglomerado que tira al canasto de
los papeles la mayoría de las demandas de las fuerzas sociales y en
particular los trabajadores (tengamos presente que en esta crítica se
incluye a los actuales parlamentarios del F.A. que jamás accedieron
siquiera a recibir los planteamientos del CIUS y otras organizaciones
sindicales de clase).
b)
Dar paso a la alternancia – ya vivida en 2009 – y entregar, otra vez,
el gobierno a los dueños del capital que esperan ansiosos poder truncar
aún más las esperanzas de los millones de afectados por el Código del
Trabajo. Además de una serie de cuestiones valóricas que se han logrado y
que corren riesgo de retroceder (el aborto en 3 causales en una señal,
así como también el perdón a los violadores de los derechos humanos).