Por
alguna extraña razón el movimiento sindical organizado, ha permanecido
silente ante los hechos que se vienen desarrollando en Venezuela,
hechos que a los más viejos no pueden si no recordarles lo que vivimos
en Chile desde inicios de 1970 y que culminaran trágicamente en
septiembre de 1973.
Tal
como entonces en nuestro país, hoy en Venezuela el modelo se ha lanzado
con todo a combatir un gobierno democráticamente elegido, que más allá
de los errores de gestión que pudieran achacársele, tiene el pleno
derecho a desarrollar su programa y poner sus obras y propuestas en las
manos de los electores en el proceso siguiente.
Y pareciera que eso es lo que no quieren los que desean sacar, como sea, a Nicolás Maduro.