Pulso Sindical N ° 348

Es cierto, se nos pasó la fecha por algunos días pero, como entonces, hoy decimos que nunca la hemos olvidado. Es solo que tanta cosa a veces no deja siquiera el mínimo espacio para reflexionar un momento sobre lo vivido. 

Son muchos quienes marcan caminos en una organización. Los que siempre están primeros para llevar las banderas, aquellos que no importando que tengan que hacer acuden si se les requiere y también los que desde su mundo apoyan la causa sindical, entregando sus conocimientos.

 

Elisa María Lagos Neumann apoyó entusiastamente el proyecto de entregar conocimientos a los hijos de los trabajadores. Hizo traer a la oficina su piano y cada sábado a las 10 de la mañana recibía a los hijos de los trabajadores que aprendían  jugando con las teclas blancas y negras.

Hace 10 años el piano guardó silencio, un 29 de noviembre Elisa se marchó sin darnos su último concierto pero nos dejó las salas de trabajo llenas de música, música que cuando menos lo pensamos se desprende de los muros para decirnos que sigue con nosotros.
*******************

El 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. 

La Asamblea recomendó a todos los estados miembros que “publicaran el texto de la declaración y procuraran que fuese divulgada, expuesta, leída y comentada, principalmente en las escuelas y demás establecimientos de enseñanza sin distinción alguna, basada en la situación política de los países o de los territorios “.

Tal parece que, a pesar del tiempo transcurrido y ante su permanente desconocimiento y violación dicha Declaración Universal no ha sido divulgada, expuesta, leída, ni comentada en el grueso de los países.

Se ha trasformado en bandera justa y digna de quienes exigen  su cumplimiento, pero no pocas veces este compromiso se ha visto acotado a aquellos casos de privación de libertad, desaparición y ajusticiamiento de ciudadanos.

La Declaración  no es conocida por el común de la población y su difusión no es tarea prioritaria y permanente de los defensores de los derechos humanos. Nada que tenga implícita la violación a los derechos de las personas debiera quedar al margen.

Al cumplirse por estos días 69 años desde entonces, es necesario seguir impulsando iniciativas para terminar de una vez con la represión a los ciudadanos y las secuelas que ésta  arrastra.

También se hace perentorio avanzar en el estudio y la denuncia sobre el incumplimiento a normas como el derecho a la libertad de expresión, la explotación y el abuso de los niños, las condiciones de trabajo de las mujeres, de los trabajadores migrantes y sus familias y de quienes venden su fuerza de trabajo en forma permanente o temporal.        


La educación y la salud, el acceso a la recreación y la cultura son derechos irrenunciables de toda la población de un país y hay que luchar sin descanso por que se cumpla con todos ellos.

Más allá de lo que algunos digan, cada día son más los millones de individuos que  ven violados sus derechos humanos en forma permanente y no se ve en los gobiernos una disposición clara a corregir estas deficiencias. 
En Chile no se cumple con lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos  Humanos y en algunos casos, su violación es simplemente descarada. El hecho que compatriotas nuestros se encuentren en la pobreza y haciendo esfuerzos para sobrevivir es la prueba más nítida de la afirmación anterior. 

Es quizás en el marco laboral donde menos se ha profundizado el trabajo sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No es materia prioritaria en ninguno de los niveles de la organización sindical, (sindicatos, federaciones, confederaciones y centrales), y solo es recordado en la fecha que indica la agenda.

Siendo clara y expresa la Declaración en sus artículos, no se incentiva el estudio ni el trabajo estadístico, no se analiza el impacto en los derechos del trabajador, provocado por el nivel de los empleos y el volumen de las remuneraciones.

La lectura de algunos artículos de la Declaración que a continuación presentamos, aunque lo restringimos a lo laboral, es la mejor reafirmación de lo que expresamos, y también un llamado a generar un instrumento de evaluación y denuncia permanente para la defensa de los derechos humanos de nuestros compatriotas.

Articulo 23

1.-“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias  de trabajo y la protección contra el desempleo.

2.- Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna,  a igual salario por trabajo igual.

3.- Toda persona  que trabaje tiene derecho a una  remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4.- Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para las defensas de sus intereses.

Articulo 24
“Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”.

Articulo 25

1.- Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos  de perdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

2.- La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados  y asistencia especial. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Estos 3 artículos, de un total de 30 de los que consta la Declaración Universal de los Derechos Humanos, son la demostración más clara de que nuestro país no la respeta a cabalidad.

Son además elementos suficientes para llamar a los trabajadores y sus dirigentes a perseverar en la lucha por el respeto irrestricto de la misma.

                                           MANUEL AHUMADA LILLO 
Presidente C.G.T CHILE