Un
nuevo cambio de ministros. Se van los de Hacienda y de Economía, se
realizan algunos enroques, entra un par de rostros nuevos y a seguir
vendiendo el cuento.
Los
actores visibles, ensalzados por los medios de comunicación que a su
vez son pauteados por el gran empresariado, lloran o aplauden según el
lugar socio político en el que se ubican.
Unos
auguran las penas del infierno para el gobierno que ya no es gobierno
dicen, los otros aplauden y destacan la firmeza de la máxima autoridad
al provocar los cambios, no se puede tener en el equipo a quienes ponen
en duda el papel de la directora de orquesta.